Por Juan Aguzzi.
Una noche rítmicamente de alto nivel es la que fue conformándose en Willie Dixon el viernes cerca de la medianoche con la presencia del Pelado Cordera, ex líder de la Bersuit que desde hace poco más de tres años viene fogoneando una carrera solista –es decir, con otra formación– con una propuesta elaborada en base a un mix de cumbia y rock.
La excusa fue la presentación de La caravana mágica. Vol. 2, su tercer disco de estudio luego de Suelto (2009) y La caravana mágica. Vol. 1 (2010), dos materiales que lo posicionaron en una línea musical cuyo emergente es la cumbia con cadencia rockera y que en la actuación en vivo se enlaza en una suerte de ritual con mucho baile y sudor. Con una banda que mucho puso para que el ritmo tendiera a estimular los cuerpos de una masa de gente que hizo un buen “aguante” para el feedback, Cordera hizo gala de su estado físico activo bailando sin parar y coqueteando eróticamente cuando pudo con su principal corista, que también hizo gala de su impecable registro, por ejemplo, en “India negra”, un tema del reciente álbum. Aun con un pie más decididamente apoyado en el rock, los temas sonaron con énfasis en un perfecto combo de cumbia y una clara apoyatura de guitarras y teclados y una densa cortina percusiva que de a poco iba levantando la temperatura arriba y abajo del escenario. Convencido ya del camino solista elegido, Cordera despliega su potencial comunicativo que prolonga sus letras con alusiones a cierta espiritualidad de la que parece embebido; espiritualidad que por supuesto no le impide las referencias a la lúdica sexual como objeto de una práctica saludable. Frenesí que pudo palparse perfectamente en temas como «Me la juego», «Abusame», «el Baile», «Mi soberano», o «Nacer», entre otros ‘explosivos’ temas.