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La falta de mantenimiento sembró de baches la ciudad

Por las lluvias y el intenso tránsito, pero sobre todo porque no se arreglan, los pozos nuevos se multiplican y los viejos se agrandan.

bachesdentro

Las calles de Rosario vienen sufriendo –desde hace tiempo– un deterioro que crece día a día, a la vista de todos. Los baches y roturas en el asfalto se multiplican democráticamente sin distinción de barrio ni de sector social. Las razones de este fenómeno que afecta de manera directa a quienes las transitan diariamente dañando con distinta intensidad los vehículos, y hasta subiendo el nivel de riesgo de accidentes por la necesidad de maniobras bruscas para evitar los pozos, está dada principalmente en la falta de trabajos de bacheo por parte de la Municipalidad, situación que viene a su vez encadenada con la falta de recursos provenientes de las escuálidas arcas comunales. A esto hay que sumarle un parque automotor que crece sin detenerse, a una temporada extremadamente lluviosa que empeora las cosas y a la falta de “mano firme” para prohibir el tránsito pesado en zonas vedadas.

De este a oeste y de norte a sur, pozos de los tamaños más variados llegan al límite de impedir el paso en algunas calles, obligando a los conductores a realizar maniobras de precisión o directamente a dar marcha atrás para buscar otra salida.

Además, como dato significativo, la importante cantidad de lluvias que viene sufriendo la ciudad empeora el panorama elevando el riesgo de accidentes o de roturas de las partes de los autos al llenarse los pozos de agua, lo que no permite saber a los conductores la profundidad de los mismos.

En este sentido, el concejal Alberto Cortés, integrante de la comisión de Obras Públicas del Concejo Municipal, contó a este diario que es cada vez más común ver baches que por su tamaño llegan casi de cordón a cordón. “Hay pozos que directamente cortan el tránsito o te obligan a pasar con muchísimo cuidado. Hace poco estuve en la zona de Viamonte al 7000 y me metí en un bache lleno de agua que no me rompió el auto de casualidad”, destacó.

“El problema es que acá hay que repavimentar cuadras enteras y todo esto tiene que ver con la falta de mantenimiento. Esto es algo que no estuvo previsto para la ciudad, no hay dudas. Además, todo está empeorando por el tema de las lluvias y lo que hace falta es una acción muy enérgica para revertir esta situación. Estamos ante la suma de varias cosas que hicieron que lleguemos a la situación actual”, añadió.

Uno de los sectores que más sufre la multiplicación de los baches es el sector de taxistas. Según contó el presidente de la Cámara de Titulares de Taxis de Rosario (Catiltar), José Tornambé, “esta es una situación que preocupa desde hace un tiempo”. “Las calles tienen cada vez más pozos y los más antiguos se agrandan cada vez más. Otro de los problemas que tenemos son las calles reducidas y cortadas por corralitos y obras que llevan meses. Este es un problema de una ciudad que está en constante crecimiento y que no tiene la manutención necesaria”, destacó.

Si los pozos no pueden ser evitados y son “agarrados” a una velocidad determinada, los riesgos de roturas de algunas partes son elevados. “Si bien nosotros tenemos choferes que son muy cautelosos para manejar, los que más sufren los baches son los autos, principalmente las cubiertas, el tren delantero y los amortiguadores. Acá hay una realidad y es que se nota cada vez más un aumento en el número de baches y para colmo los que están de antes se van agrandando y ensanchando y en muchas ocasiones no hay posibilidad de evitarlos para pasar por determinados sectores”, continuó.

Con respecto a las dificultades que ocasionan las roturas del pavimento en los autos, Luis Sánchez –titular de un taller especializado en Vera Mujica al 1500– fue categórico al decir que “se viene notando un crecimiento desde hace un tiempo en daños por la presencia de pozos en las calles de la ciudad”.

Y agregó: “Hay que aclarar que esos mismos pozos también se encuentran en varias rutas. Nosotros atendemos una gran cantidad de taxis, además de vehículos particulares, y los elementos que más sufren esta situación son los neumáticos, la amortiguación y el tren delantero. Muchas veces un golpe fuerte puede causar problemas en los vehículos y esto es algo cada vez más común de ver”, concluyó.

Cavallero y la escoba

El concejal del Partido del Progreso Social Héctor Cavallero apuntó una hacia la intendenta Mónica Fein, ante la acumulación de residuos.

En el texto, el edil da cuenta del estado de la ciudad y del riesgo  “contra la salud, la higiene y la seguridad pública”. Y marca que desde la Municipalidad “en ningún momento hacen referencia a la responsabilidad que poseen las empresas encargadas de la recolección de residuos, Cliba y Lime”. También recuerda que la higiene urbana le cuesta al municipio, “y por lo tanto a los contribuyentes rosarinos”, unos 500.000.000 de pesos por año, y le pide a la intendenta que informe “si ya se han realizado las medidas administrativas” para descontar los días en que el servicio no fue prestado, y si se le han aplicado a éstas empresas las multas que por contrato le corresponden”.

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