El abogado de la familia de Carlos Orellano, Salvador Vera, señaló este miércoles que de acuerdo a los testimonios y las irregularidades observadas por la familia, la hipótesis que debería seguir Fiscalía es la de un incidente entre el joven y personal de seguridad mixto del boliche Ming House River –policías con adicionales y custodios privados– que empieza en el sector Vip del local y termina en el exterior, sobre la baranda que da al Paraná. El letrado enumeró serias irregularidades en las primeras actuaciones, por parte de una agente de la fuerza y de la seccional 2ª. Y un dato hasta ahora no mencionado: los familiares constataron un “sendero de rastros de sangre” que comienza en el interior del local del Complejo La Fluvial y termina en la zona del muelle 3. Esos indicios apuntan, como había deslizado Edgardo, el padre del muchacho desaparecido desde la madrugada del lunes, a una golpiza de patovicas y uniformados y la posterior caída del muchacho a las aguas del Paraná, donde se montó un operativo de búsqueda.
“La hipótesis es una desaparición en el río Paraná, a partir de una situación comprometida del personal de seguridad mixta del boliche”, resumió Vera. El abogado opinó que Fiscalía debería evaluar un pedido de detención de la mujer policía que cumplía adicionales de custodia en el boliche, junto con su pareja también integrante de la fuerza, que hizo la denuncia en la comisaría 2ª sobre un muchacho que, interpretó la mujer, podría haber caído al agua en la zona de la disco, y del jefe de seguridad del local.
Se secuestró material informático que pudiera contener los videos de las cámaras de seguridad del local, y se encomendó el relevamiento y secuestro del contenido de las demás cámaras de seguridad, privadas y públicas, de zona de influencia.También se secuestraron los celulares de todo el personal de seguridad que trabajó esa noche, como de los empleados policiales de adicional.
Fiscalía, por su parte, solicitó la nómina de empleados, contratados, trabajadores eventuales y adicionales de seguridad del boliche bailable durante la noche del domingo y la mañana del lunes. Pero, también, en sintonía con los dichos del abogado Vera, pidió las cartas de incidencia y los llamados al 911 y a la central de Prefectura Naval, de esa fecha, que pudieran tener relación con el hecho.
Investigación paralela sobre el accionar policial
También, el Ministerio Público de la Acusación inició una investigación paralela, de oficio, por la tardanza en que la comisaría 2 efectivizó ciertas medidas encomendadas por Fiscalía. Se secuestró el libro de guardia de dicho destacamento y cursó intervención a la Agencia de Control (ex Asuntos Internos de la policía). En concordancia, sumó la participación de la Unidad Fiscal de Violencia Institucional.
El abogado de la familia recalcó que, de lo que pudo saber de las actuaciones judiciales, surgen “fuertes contradicciones” en las declaraciones del personal de seguridad y policial.
El letrado agregó que la denuncia en la comisaría céntrica “no fue protocolizada”, y que en esa dependencia desoyeron la orden judicial de intervenir las cámaras de video del local. Interpretó que esas circunstancias son indicios de maniobras de encubrimiento. Otra de las irregularidades, dijo, es que Ming House River abriera normalmente sus puertas el martes, el día siguiente al del grave incidente.
Búsqueda por agua y tierra
Fiscalía informó que en la búsqueda del muchacho intervienen lanchas y buzos tácticos de Prefectura, y este miércoles se sumó personal de perros de rastreo, por la zona costera. También colabora en la búsqueda la Brigada Provincial Canina de Santa Fe.
Continúa la búsqueda de Carlos Orellano mientras familiares exigen su aparición