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La familia Popea a un paso del juicio oral por lavado de activos

El clan liderado por Leonardo Popea, un joyero con antecedentes por estafa, sufrió un nuevo revés ante la Cámara Federal de Rosario, que ratificó el proceso por lavado de dinero contra la familia, cuyo principal integrante fue penado en un caso narco. Ahora sus hijos lo acompañarán en el banquillo

La Cámara Federal de Apelaciones de Rosario confirmó el procesamiento por lavado de activos de Leonardo Popea, el hombre de 62 años que fue condenado hace dos años por narcotráfico, y de sus hijos, uno de los cuales adquirió con 25 años y sin ingresos demostrables una joyería, era propietario de inmuebles y titular de una cuenta por 3.8 millones de pesos, reza la acusación.

La sala B de la Cámara rosarina ratificó el fallo de primera instancia por el cual Leonardo Popea fue procesado por lavado de activos, como desprendimiento de un juicio por narcotráfico en el que resultó condenado a 8 años de prisión en marzo de 2017 y dónde también fueron sentenciados otros 11 integrantes de la banda, explicaron las fuentes judiciales a la agencia de noticias Télam.

Según el proceso abreviado de abril de 2017, Popea fue condenado como organizador de una banda dedicada al narcotráfico, en una causa iniciada en 2013 en la que los investigadores le descubrieron una cocina con 29 kilos de cocaína, 100 kilos de elementos diversos para estirar la droga y 57 litros de precursores químicos en Manuel Ugarte al 700, de barrio Tango.

Lavado de dinero

Como desprendimiento de ese expediente, la Justicia federal rosarina inició una investigación por lavado de activos, en la que la Unidad de Investigaciones Financiera (UIF) es querellante.

Allí también están involucrados sus hijos Alejandro Leonardo y Pablo Rodrigo Popea, y su pareja Fátima Viviana Aluy, quien en primera instancia fue sobreseída, aunque ahora la Cámara revocó esa decisión.

Según el expediente, Alejandro Popea era propietario en 2013 de un Daihatsu Feroza y titular de la cuenta del Banco HSBC Bank por la que pasaron 3,8 millones de pesos entre el 21 de enero de 2011 y el 14 de marzo de 2013. Su otro hijo, Pablo Rodrigo, tenía un Volkswagen Gol; otro Gol Trend, y una vivienda ubicada en bulevar Rondeau 638.

De acuerdo con la investigación, Fátima Aluy era titular de un Ford Ka Fly Viral y de una moto Zanella Pocket.

De acuerdo con la resolución de la Cámara, «se pudo establecer que Alejandro Popea junto con su grupo familiar, podrían haber realizado distintas operatorias de compraventa de automotores e inmuebles sin tener perfil económico suficiente» y pone como ejemplo «la adquisición del comercio La Casa de las Alianzas, de San Luis al 900», una tradicional joyería rosarina, comprada en diciembre de 2010.

Esa actividad, advirtió la UIF, posee «un elevado riesgo en cuestiones de lavado de activos».

El organismo dictaminó que Leonardo Popea no registraba actividad previa, que se inscribió en la Afip «como monotributista en el mismo momento en el que incursionó en la actividad descripta» y que no presentaba declaraciones juradas.

«Al momento de comenzar su actividad contaba con sólo 25 años, resultando ser el titular, a partir de abril de 2011, es decir sólo 5 meses luego de comenzar su actividad como comerciante, de dos inmuebles ubicados en Rosario de los cuales se desconoce el origen de los fondos con los que fueron adquiridos», señala la resolución.

A la vez, explica que esos dos inmuebles «fueron vendidos con posterioridad» y que en «el primero de ellos la venta se efectuó por un monto de 127.000 dólares (553.720 pesos de entonces), cuando sólo diez meses antes lo había adquirido por 132.000 pesos».

La resolución destaca que «fue vendido en más de cuatro veces de su valor de adquisición, lo que configura una maniobra típica de lavado de activos».

La banda de Popea

En abril de 2017, Leonardo Popea –de oficio joyero y con antecedentes por estafa– aceptó un juicio abreviado que lo condenó a 8 años de prisión por la causa federal Otoño Blanco, que señaló como dueño de una cocina de cocaína y distribuidor de estupefacientes en seis ciudades del sur provincial. En esta instancia también fueron condenadas otras once personas con distintos roles dentro de la organización. Entre ellas se encuentran tres miembros del clan Villalba.

Según el expediente, Popea tenía un laboratorio propio que funcionaba en Ugarte al 700 –Mendoza al 9000 y liderado por los Villalba– y distribuía cocaína en seis localidades del sur provincial: además de Rosario, en Roldán, Granadero Baigorria, Correa, Coronda y Cañada de Gómez.

En el marco de la causa, los jueces decomisaron dos vehículos de su propiedad pero no incluyeron en ese marco el caserón que Popea posee en Lennox al 2400, en la vecina localidad de Funes, ubicada en inmediaciones del barrio privado Funes Hills.

También fueron condenados en el mismo juicio Sergio Abecasis, Marcela «Colorada» Villalba y Diego Villalba, que recibieron 6 años y 8 meses de prisión. Mientras que a Darío Herrera, Ruth Gómez, Walter Nores, Leonel Ferreyra, Ricardo Nores, Jonatan García, Jorgelina López y Victoria Villalba les impusieron 6 años de pena.

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