Con una emotiva entrega de premios dio por finalizada ayer al 22ª edición del Festival Latinoamericano de Video y Artes Audiovisuales, que comenzó el 4 de septiembre y culminará hoy con las proyecciones de los films ganadores.
Esta edición tuvo a Bolivia como país invitado con obras representativas de su cinematografía, como Ukamau (primera película hablada en aymara); La nación clandestina, de Jorge Sanjinés, y Cuestión de fe, de Marcos Loayza, entre otras.
El encuentro mantuvo sus tres secciones competitivas (oficial, rosarina y de escuelas de cine) y contó con numerosas proyecciones fuera de competencia, incluyendo estrenos, cine de género fantástico y terror, films premiados en otros festivales y muestras invitadas, entre otras.
Entre los destacados de esta edición pudieron verse los estrenos de Nicola Costantino: La artefacta, de Natalie Cristiani y Messi, de Alex de la Iglesia, películas que tienen a rosarinos internacionalmente reconocidos como protagonistas y cuyas funciones marcaron el inicio y el cierre del Festival.
Asimismo, la visita del cineasta chileno Miguel Littin puso el broche de oro a esta gran fiesta del cine latinoamericano.
Premiados
Entre los principales galardones estuvieron los de mejor realización audiovisual animada para Viagem na chuva, de Wesley Rodrigues de Oliveira (Goiania, Brasil), por la lograda atmósfera poética con que muestra a través de la metáfora de la lluvia un mundo de ensoñación y fantasía; el premio al mejor experimental fue para Salers de Fernando Domínguez (Buenos Aires, Argentina); mejor ficción resultó Diamante Mandarín, de Juan Martín Hsu (Buenos Aires, Argentina); el premio a mejor documental fue para Clausura, de Jesús Barbosa García (Buenos Aires, Argentina).
Como es habitual, hubo premios especiales para las producciones locales. El primer premio Rosario a la mejor realización audiovisual local fue para Momento, de Felipe Martínez Carbonell, por su novedoso abordaje al cine de género, por su original estructura coral y episódica, y por sus logros formales y narrativos. Una mención especial recibió Bonitas, de Arturo Marinho, por su abordaje del mundo del boxeo femenino y la indagación sobre la intimidad del universo de su protagonista.
Miguel Littin mostró “Allende en su laberinto”
Visita exclusiva del Festival, el cineasta chileno Miguel Littin consideró que el cine latinoamericano siempre fue “el más pobre del mundo pero también el más libre” y llamó a continuar la lucha para mantener esa libertad.
“Había un sentimiento que nos impulsaba a enfrentar todas las dificultades porque siempre fuimos el cine más pobre del mundo, pero también el más libre; eso no hay que olvidarlo nunca y debemos seguir luchando para seguir siendo el más libre, esos fueron los elementos principales que nos llevaban a hacer una película”, dijo Littin al recordar sus inicios en el cine.
Además, el cineasta recordó que en aquellos tiempos los directores latinoamericanos “teníamos un proyecto común sin saber en qué consistía: la revolución de Latinoamérica, lograr mayor nivel de libertad, esa igualdad social que aún no hemos conseguido”.
Y, en la misma línea, añadió: “Esa idea común nos llevaba a juntarnos y ser muy fuertes para reconocer que éramos ciudadanos de un continente que estaba luchando, y el campo del cine representaba a grandes masas de campesinos y obreros que querían cambiar la historia. Fue algo que la juventud de hoy en día no tiene”.
Littin hizo sus declaraciones y presentó su nuevo trabajo, Allende en su laberinto. Al conmemorarse un nuevo aniversario del último golpe de Estado en Chile, Littin recordó el momento en que fue detenido y cómo escapó con la complicidad de un sargento del ejército chileno.
“Fui apresado y luego liberado por la acción de un sargento que me conocía por mis trabajos y tomó la medida necesaria para engañar al oficial que estaba a cargo de los prisioneros: hicieron un simulacro de fusilamiento”, explicó.