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La final de Sub 19 en la que Nico Brussino le ganó a Luca Vildoza y no dejaron jugar a Taya Gallizzi

En 2012 tres integrantes de la selección nacional subcampeona del mundo se enfrentaron en el Argentino de Mar del Plata. Santa Fe dio la nota y a cancha llena se consagró campeón

Antes de la pandemia, Nicolás Brussino era figura de un Zaragoza que se mezclaba con Barcelona y Real Madrid en la pelea por el título de la Liga de España, mientras que Luca Vildoza trataba de volver al ruedo tras una lesión en Baskonia y comenzaba a analizar sus chances de NBA. Los une también la selección argentina subcampeona mundialista y ser dos de las figuras que pasaron de promesa a realidad en el básquet nacional. Pero si el tiempo da marcha atrás algunos años, el 18 de agosto de 2012, cuando eran jóvenes y empezaban a deslumbrar al país, se enfrentaron en la definición del Campeonato Argentino Sub 19, en una de las tareas más recordadas del cañadense con la camiseta de Santa Fe.

Ese U19 2012 está entre los más gratos recuerdos de los Campeonatos Argentinos que ganó Santa Fe. Y eso que fueron muchos. Con un equipo debilitado por lesiones y la negativa de Quilmes de ceder a Taya Gallizzi (estuvo alentando a sus compañeros), los pibes santafesinos dirigidos por Tomassetti y Dianda jugaron un enorme torneo y se consagraron en Mar del Plata en un Once Unidos tan repleto como enfurecido contra los visitantes.

“Con la selección de Santa Fe los recuerdos son muy lindos, salir campeón en Mar del Plata con la U19 fue genial, la pasamos tan bien en ese viaje, nos  divertimos de una manera increíble dentro y fuera de la cancha y eso hace que el título sea todavía más especial de lo que es”, dice Brussino desde su confinamiento español, ahora con la chance de salir un poco al sol.

El cañadense con pasado en Dallas Mavericks y Atlanta jugaba en aquel momento en Regatas Corrientes y metió 23 puntos con 9 rebotes en la semifinal frente a un Capital que contaba con Lucho Massarelli. En la final jugó e hizo jugar a todos contra Buenos Aires y cerró con 14 puntos. Jugó desde base hasta pivot en el mismo partido. Pero no estaba solo.

“Era un grupo de bandidos. Éramos chicos físicamente con respecto a los otros equipos pero de principio a fin fuimos al frente. Los otros equipos fuertes (Córdoba, Buenos Aires, Capital, Chaco) tenían nombres importantes en ese momento, con chicos en selecciones argentina de inferiores, nosotros teníamos a Nico Brussino, todos ponían el ojo en él, y además que los cagó a goles a todos, lo acompañamos muy bien en todo el torneo. Hicimos una fase de grupos excelente, consiguiendo un buen resultado frente a Córdoba. Llegamos motivados a la semifinal frente Capital, era duro, con diferencia de talla física. Pero entendimos que había que dejar todo porque era nuestro último campeonato Argentino de Sub 19 y lo hicimos a la perfección. Ganamos la semi ante Capital, yo creo que ahí dimos un batacazo. Teníamos la confianza muy arriba. Nos tocó la final con el local, Buenos Aires, el Once Unidos lleno, toda la gente en contra. ¡Hicimos un partidazo! Se ganó, se festejó. Éramos un grupo humilde, buenos pibes y con ganas de pasarla bien y obtener resultado. Nos llevamos un lindo torneo. Todo el grupo fue fantástico, jugadores, cuerpo técnico. Y el Muerto (Jorge Toñanes) que siempre decía que él había ganado el torneo por llevar esos jugadores”, se extiende el rosarino Jeremías Sandrini , hoy base de Estudiantes de Olavarría, mientras que el santafesino Fabrizio Cosolito recuerdan que los cargaban por sus físicos: “Siempre nos cargaban por lo livianitos que éramos. Nos decían que entre los titulares no llegábamos a los 100 kilos. Yo era el ala pivot del equipo y era súper flaco y el Nico Brussino jugó de pivot y también muy flaco. Otras selecciones tenían jugador de más talla y más peso. Jodíamos todos con que éramos unos perros pero salió buenísimo, jugamos bárbaro y ganamos”.

Foto: Febasantafe.com.ar

Por su parte, el escolta de Norte de Armstrong Jonatan Torresi tiene en la memoria el duelo entre los hoy selección argentina: “Tengo grabado el duelo de talentosos entre Nico Brussino y Luca Vildoza, que claramente estaban muy por encima del resto y se notaba. Disfruté de verlos. Del torneo recuerdo que fue sensacional, en Mar del Plata que se respira básquet, en el Once Unidos, en el Polideportivo, ganamos todos los partidos y fue una experiencia maravillosa. Me pone muy orgulloso ser parte de la historia de la Federación de Santa Fe”.

Y el entrenador de Santa Fe Gabriel Tomassetti rememora un detalle que podría haber dado mucho más énfasis en el recuerdo a esa final, la presencia de Taya Gallizzi, otro mundialista en China: “Fuimos de menor a mayor, con algunos jugadores llegados con lo justo y la ausencia de Taya Gallizzi porque Quilmes no lo dejó jugar. El pibe nos acompañó en todos los partidos y lo sufrió de afuera. Fuimos mejorando, encontrando el potencial de los jugadores que iban tomando confianza. Quizás nos dimos cuenta que podíamos pelear cuando le ganamos a Córdoba en la etapa de grupos. La final fue contra Buenos Aires a cancha llena y Nico Brussino tuvo un juego increíble”.

En aquel duelo la victoria fue 69 a 58 para Santa Fe ante Buenos Aires en el Once Unidos y Vildoza hizo 15 puntos. El primer segmento estuvo marcado por la paridad, las faltas y la nula chance de correr por ambos bandos. Si bien Santa Fe sacó una pequeña luz en el inicio, Provincia fue a zona y le negó juego interno, y en ataque aparecieron Torres y Mateo, lo que le devolvió la igualdad al marcador al tirar los santafesinos sólo 2 de 8 en triples. Igual, los rompimientos de Marchisio inclinaron la balanza 15 a 14 para los de Tomassetti al cierre del período.

Foto: Open Sports

 

Cuando acertaron en la larga distancia Strack, Stival y Marchisio, Santa Fe recuperó su ventaja y, aunque debió soportar la reacción de Buenos Aires de la mano de Vildoza, luego mejoró la marca del talentoso base de Quilmes y encontró en la potencia de Bosch el camino para terminar arriba el segundo parcial 37 a 30. Y a esa altura ya los dos equipos tenían a varios jugadores cargados de faltas. Había clima de final adentro y afuera.

Santa Fe siguió con su trabajo de desgaste bajo el aro y de trabar y contener a los perimetrales y desde su defensa encontró terreno luego para ampliar cifras en ataque con la aparición de Brussino y todo su repertorio (triple y volcada incluida) sacó una máxima de quince puntos. ¿Definido? No. Ni cerca. Sonó el despertador de Buenos Aires en forma de triple de Madrid, y el regreso de Giletto le dio aire para arrimar 54 a 48 al término del tercer segmento.

Y Buenos Aires copó la parada en el inicio del último cuarto, cuando de la mano de Alderete ganó el rebote ofensivo y quedó otra vez mano a mano en el juego. Pintaba para final cerradísimo, pero Jeremías Sandrini tomó el control del juego y Brussino y Stival lo acompañaron en los dos costados para empezar a retomar la diferencia en el marcador y cerrarlo de manera impecable.

Un Santa Fe que llegaba con muchas ausencias importantes y corto de centímetros, redondeó un torneo enorme y trabajó cada partido para vivir una semana soñada. A casi 8 años, el recuerdo se agiganta.

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