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La frase de Manu Ginóbili que generó polémica en las redes sociales

"Tengo miedo a la rebeldía del proletariado cuando no tenga para comer. No sé qué es lo que pueda llegar a pasar, porque hay un 25% de chicos que no saben si van a comer la próxima comida. En Estados Unidos existen estos problemas, y ahora se sumarán más de siete millones de desocupados", dijo

Emanuel Ginóbili participó en el podcast que conducen el periodista Germán Beder y el base de la selección Nicolás Laprovittola. Si bien Manu no esquivó ningún tema, se destacó uno en particular: su opinión frente a la pandemia de coronavirus, que tiene a las sociedades resguardadas en sus hogares. Y en medio de su larga charla dejó una frase que generó polémica, ya que algunos lo interpretaron como una ideología de clase. Otros lo tomaron simplemente como un análisis del contexto general que se vive en Estados Unidos, donde hay 609.407 infectados y 26.056 muertos por el virus, y también preocupa la situación económica.

“Tengo miedo a la rebeldía del proletariado cuando no tenga para comer. No sé qué es lo que pueda llegar a pasar, porque hay un 25% de chicos que no saben si van a comer la próxima comida. En Estados Unidos existen estos problemas, y ahora se sumarán más de siete millones de desocupados. La verdad es que no sé qué es lo que pueda llegar a pasar, por más que Donald (Trump) le esté dando a la maquinita para solucionarlo”. A su vez, se mostró intranquilo por sus padres, quienes se encuentran en el grupo de riesgo por su edad: “Mis viejos están en el área más vulnerable por la edad que tienen y también me preocupa mucho su situación”.

También, Manu contó cómo marcha su vida después del retiro, ya con 42 años y a uno y medio de haberse despedido del básquet: «Prefiero jugar al tejo, tenis o comer una picada, antes de volver a jugar al básquet. No toco una pelota hace un año y medio, y estoy destruido físicamente. Creo que si me invitan para jugar un picadito, alguna metería y algún pase inesperado también daría, pero no podría volver a la NBA». ¿Y la alta competencia, la extraña? Para nada: «Estoy en un período de desintoxicación a tener que responder a las presiones y responsabilidades. Desde el momento en que decidí colgar las zapatillas, bajé 17 cambios. Empecé a disfrutar de otras cosas de la vida, como ayudar a mis hijos en el colegio, pasar el verano en la Argentina o comer lo que se me ocurra. No extraño para nada esa contaminación».

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