En la Municipalidad de Rosario están preparando un decreto para subir un 20% el boleto del transporte urbano de pasajeros, en coordinación como ocasiones anteriores con los Ejecutivos de Santa Fe y Córdoba. La suba de la llamada “tarifa federal” puede publicarse este mismo miércoles, y entraría en vigencia en dos semanas.
El argumento oficial que intenta atenuar el nuevo golpe al bolsillo en un servicio que está lejos de ser eficiente y cómodo es que el incremento del pasaje previsto es del 20%, y ello es un 10% por debajo de la inflación oficial del cuatrimestre.
La normativa vigente en la ciudad –una delegación de facultades del Concejo Municipal en el Palacio de los Leones– autoriza al Ejecutivo a “actualizar de manera automática en los meses de febrero, mayo, agosto y noviembre de cada año la tarifa del transporte». Y ello, en referencia al estudio de costos elaborado por el Ente de la Movilidad.
La Intendencia tiene precisamente hasta este miércoles, último día del mes, para hacer uso de esa potestad cedida por los ediles.
Como ocurre desde hace tiempo, el aumento llega precedido de anuncios de medidas de fuerza por parte de los choferes representados por el gremio UTA y de los empresarios que concesionan el servicio, que en las tres ciudades que actúan en tándem lanzaron el pedido de 160 pesos por viaje por vía de la Federación Argentina de Transportadores por Automotor de Pasajeros (Fatap). El último informe del Ente de la Movilidad, publicado en enero pasado con indicadores de diciembre y primeras semanas de 2023, dio 143,9 pesos. Y el próximo, estiman, rondará los 185.
El nuevo ajuste al alza de los pasajes comenzó a negociarse la semana pasada con Santa Fe y Córdoba, pero todo quedó en suspenso ante la amenaza de un paro de los conductores a nivel nacional. Prorrogada la conciliación obligatoria por 10 días, las conversaciones se retomaron este lunes, cerca del límite para hacer uso de la modificación de tarifa por vía de resolución ejecutiva.
La movida tripartita, además, es parte de la presión de los gobiernos locales del «interior» hacia el Gobierno nacional por una distribución de subsidios más equitativa. Hubo retoques en ese sentido, pero el grueso de la torta sigue direccionada hacia el área metropolitana de la ciudad y la provincia de Buenos Aires, el territorio con mayor capacidad de generar ruido político.
El último ajuste de tarifa en las tres ciudades del tándem fue a principios de febrero, cuando se aumentó a 99 pesos, como en los comercios de barrio, para no mostrar las tres cifras. En el área metropolitana de Buenos Aires, desde este mes, los costos de los pasajes van de 42 a 58 pesos, porque están escalonados según la extensión de los viajes.
La nueva tarifa ya debuta atrasada para los empresarios nucleados en la Federación Argentina de Transportadores por Automotor de Pasajeros (Fatap). Su titular, el santafesino Gerardo Ingaramo, estimó que el boleto tendría que ubicarse “en $160”.
El cálculo de los transportistas se basó en que “el ultimo ajuste fue en febrero y la inflación para el rubro ya superó el 30 por ciento, y además ahora la UTA pide una suba del 30 por ciento en la reapertura de la paritaria, que en principio no sería cubierta íntegramente por el gobierno nacional”.