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“La gente pide cosas simples”

Por Daniel Zecca.- Con los 19 mil votos del 11 de agosto, el veterinario Carlos Cossia aspira a una banca en el Concejo y enfrenta con optimismo las generales de este mes. Promete escuchar a quienes viven en zonas marginales y se tiene fe con su experiencia de “administrador”.

cossia

En su primera participación política, en las primarias del 11 de agosto pasado, el veterinario Carlos Cossia sorprendió con una cosecha de casi 19 mil votos, un  número que lo coloca muy cerca de una de las trece bancas del Concejo que se eligen el 27 de este mes.

En diálogo con El Ciudadano, el doctor Cossia pidió esperar “a contar los votos” pero se mostró ilusionado con la posibilidad de acceder al Palacio Vassallo, aunque aclaró que si le tocara no estaría más de cuatro años. A su conocido perfil de veterinario, Cossia le agrega a su discurso un mensaje orientado a “los marginados” y la puesta en valor de su perfil de “administrador”. Se muestra confiado en que si resulta elegido logrará satisfacer la demanda de los vecinos, quienes, dijo, piden “cosas simples”.

—Con cinco mil votos más podría llegar a ser concejal. ¿Cree que tiene un pie dentro del Concejo?  

—El pie lo voy a tener adentro el 27 a la noche. Recién cuando estén contados los votos voy a decir “esto es blanco o este es negro”. Pero la sensación de la calle es muy buena. Los votos del 11 de agosto fueron votos de confianza.

—¿Siguen las recorridas por los barrios?

— Sí, por supuesto. Para mí ir a los barrios es un placer. Yo jamás escuché un silbido, un insulto, una descalificación. Todo lo contrario. La gente habla al corazón.

—¿Y qué le dicen?

—La seguridad es el tema. Yo creo que debemos sincerarnos y admitir que los más humildes tienen la peor salud, los peores servicios y la peor seguridad. La gente pide por seguridad. En todas estas cosas hay mucha hipocresía. La misma gente que ocupa lugares de decisión desde hace 20 o 25 años prometen que en la próxima elección van a hacer lo que no hicieron. Yo jamás renovaría un período de concejal. Me alcanza y me sobra con cuatro años. Si en ese tiempo no hago las cosas que se necesitan sería un engaño a la gente.

—En un órgano legislativo no todo depende de usted. Hay que consensuar con otras fuerzas.

—Yo tengo una manera de pensar con respecto a eso. En esta campaña no salió una sola promesa de mi boca. En todos lados quedó plasmado un compromiso. Ese compromiso se llevará a las comisiones que corresponda del Concejo. Y lo expondremos a quienes no los quieren votar, y deberán explicar por qué. Lo que pide el vecino son cosas mínimas.

—¿Cómo qué?

—Un transporte que cumpla los horarios. Una salud más cerca de los vecinos. La presencia policial a la salida y entrada de los colegios, donde les arrebatan las mochilas a los chicos. Si uno dijera que nos están pidiendo un subterráneo, bueno, uno diría que la ciudad no está para eso, pero la gente pide cosas simples. Es increíble pensar que en nuestros barrios no hay agua. Que no hay agua para beber. Por eso yo digo que la gestión de salud municipal, que tanto se vende, es falsa. Y pareciera que uno pega golpes bajos. Pero sólo hay que ir a los barrios. Un niño que tiene una enterocolitis y tiene la suerte de llegar a uno de nuestros hospitales, a mí no me cabe ninguna duda que ese chico se va a recuperar. Pero vuelve al mismo lugar. Y todos sabemos que las cañerías de agua van por las zanjas, porque es la única manera de llevar el agua. Están todas pinchadas y cuando baja la presión del agua se mete el agua servida, y eso es lo que bebe la gente. Por eso digo que una medicina que vaya corriendo detrás del problema es una medicina falsa. Es abrir cada día más hospitales para tener más clientes. El asunto es la prevención.

—¿Por qué cree que estas cosas no encuentran respuesta?

—A mí no me queda ninguna duda de que no se escucha a la gente. El concejal es elegido por el pueblo. Y tiene voz para reclamar a los que están en otros puestos políticos, con las mismas energías y con los mismos derechos. El concejal es un representante de la gente, en forma directa. Ellos están confiados en que nosotros llevaremos su voz.

—¿No encuentra cierto descreimiento en las recorridas?

—Yo lo primero que hago es pedir perdón por las promesas incumplidas. Pero tengo una sola ventaja, que es muy difícil que yo me saque el traje de veterinario. Por eso para mí es muy seductor estar en los barrios.

—¿Se ve con perfil para un cuerpo deliberativo?

—Estoy acostumbrado a los consensos y a la administración. Sabemos lo que es tener responsabilidades y administrar. ¿Por qué yo insisto mucho con hacer un hospital animal municipal gratuito? Porque con los mismos presupuestos que el municipio tiene alcanza. Hay que administrarlo. Yo sé lo que es tener un hospital animal, y lo puedo administrar con la “tercerísima” parte de los recursos que hay hoy. Sabiendo administrar las cosas se pueden hacer. Lo que no hay es voluntad. Ahí está el tema.

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