* Valentina Ayelén Romano
Durante cinco años pasé por el mismo quiosco a comprar mi merienda y un día conocí a una vecina que iba a La Gloriosa. Nos pusimos a charlar y me invitó a participar de un encuentro en el barrio La Lagunita, me pareció interesante.
Jamás imaginé que ese día iba a ser el principio de una gran historia. Una historia revolucionaria, de lucha, que cambió mi vida totalmente. Los encuentros eran en el Centro Cultural La Gloriosa y ahí conocí personas de mi edad aunque diferentes. Me daba vergüenza, no sabía con qué me iba a encontrar y ese era mi miedo. Era muy tímida, no me gustaba socializar y mi gran temor era no ser aceptada, que no me incluyeran, no llevarme con nadie, admito que era un peso enorme ir y participar. Finalmente me decidí y fui.
A diferencia de lo que pensaba me incluyeron, me aceptaron como era. Es más, me escuchaban. Eso me sorprendió porque generalmente me he criado en un entorno donde mostrar las emociones estaba mal, entonces tenía que guardarlas.
Cuando me sentí contenida, aprendí cosas increíbles que jamás en mi vida imaginé. Para mí, pensar me cambió.
Fue un antes y un después. Agradecí a mis compañerxs, les dije que me hubiese gustado haberlos encontrado antes y que me encantaría que cada vez que hicieran alguna actividad me invitaran. El ser parte me involucró tanto que hasta ensayé un poema:
Mi querida gloriosa
cuando en las mañanas el sol toca el techo del salón
y las ventanas reflejan el amanecer
esa luz tan brillante te da señal de un nuevo comienzo
el sol ilumina y el olor a café te hace sentir estar en ese lugar,
cálido, tan hogareño, así como las palabras de un amigo,
tan sincero como el abrazo de una madre
y tan amoroso como un perrito saludándote.
Ahí empezó mi vida, esa fue la pequeña semilla que plantó La Gloriosa en mí, comprendí que eso era solidaridad, contención y amor.
¿Amor a qué? Amor hacia los que más necesitan, hacia esta lucha que me enamoró. Cada vez que me escuchaban, me contenían y ayudaban, eso era lo que más quería.
Como dice Nelson, referente histórico de La Gloriosa, es el lugar del pibe, de la piba que necesita contención, ser escuchada. La Gloriosa es la fábrica de sueños de muchos.
Un taller para conocernos
* Valentina Ayelén Romano del Centro Cultural La Gloriosa, que forma parte del Movimiento Evita, participó del taller de comunicación dictado por la Cooperativa de Trabajo La Cigarra. La capacitación surgió tras la firma de un convenio con el programa Santa Fe Más, que depende del Ministerio de Desarrollo Social de la provincia y llega a más de 26 mil jóvenes para brindarles herramientas para la inserción en el mundo del trabajo.
El desafío fue grande y se llevó a cabo en dos talleres de un encuentro semanal cada uno que tuvieron a personas de todas las edades, quienes fueron seleccionadas por haber transitado capacitaciones relacionadas a la comunicación y el periodismo en las organizaciones sociales de las que dependen.
Fueron tres meses por donde pasaron alumnas y alumnos de Radio Aire Libre, la Asociación Vecinal La Florida, La Poderosa, Radio Qom, el Centro Cultural Oveja Negra y el Centro Cultural La Gloriosa. Desde La Cigarra y con las periodistas del diario El Ciudadano, Silvina Tamous como coordinadora junto a Carina Ortiz y Negui Delbianco de talleristas, se pensó en brindar un acercamiento al periodismo y la comunicación institucional para que pudieran aplicarlo en cada una de las instituciones por las que transitan y se sienten parte.
Parece poco tiempo, pero cuando hay ganas todo se puede y logramos esa reciprocidad de conocimientos que nos da sabiduría. Como trabajo final hicieron textos que hablan de ellos y ellas, de sus miedos, de sus progresos, de su mirada de sus organizaciones y de sus barrios. Sus trabajos nos llenan de orgullo y por eso, los vamos a ir publicando tanto en la edición impresa como en la web del diario El Ciudadano. Esperamos que los disfruten.