Parece un relato de ficción pero forma parte de la realidad de este 2014 sacudido por los crímenes en el departamento Rosario. De a poco, a fuerza de balas y sangre, aunque muchos hoy intenten compararla con ciudades colombianas o mexicanas, la ciudad va recobrando su mote de la Chicago Argentina. Ayer sumó un nuevo capítulo a esta saga tras el hallazgo de dos túneles debajo de viviendas de La Granada, algunas de ellas vinculadas a la banda Los Monos, a pocos metros del majestuoso casino que se levanta en uno de los ingresos a Rosario.
A principios del siglo XX Rosario estaba directamente relacionada con la mafia. Al ser una ciudad portuaria, las organizaciones del mundo del hampa encontraron un punto perfecto para asentarse y crecer sin correr riesgos. Esa suerte de personajes que habitó la llamada Chicago Argentina contaba con matones, autos, prostíbulos, ametralladoras y –sobre todas las cosas– túneles, o al menos eso dicen los mitos urbanos. Por ellos entraba y salía toda clase de mercadería, lejos de las miradas de los sabuesos de la Aduana. Si bien ya pasó casi un siglo de esa suerte de leyenda, hoy en día aparecen cosas no muy diferentes.
Eso se desprende luego que en la mañana de ayer, personal de la Brigada Operativa de la División Judiciales, junto a Bomberos Zapadores, descubrió un túnel que, según los uniformados, era utilizado por integrantes de la banda como lugar de acopio y modo de escape ante una emergencia. El pasadizo tiene inicio debajo de una casa que pertenece a alguien cercano a la familia Cantero y, si bien en un principio se pensó que recorría casi 300 metros hasta la colectora Juan Pablo II, lindera a avenida Circunvalación, hasta anoche se había llegado a confirmar la existencia de casi 16 metros construidos bajo tierra como pasadizo, escondite o lugar de acopio.
Fuentes del caso señalaron que la construcción contaba con al menos una conexión y que había al menos tres ingresos a modo de red, ubicados en domicilios con ingreso por los pasajes 509 y 512 y por calle Melián.
El operativo comenzó alrededor de las 6.30 de ayer, cuando funcionarios judiciales, personal policial y algunos miembros del Ministerio de Seguridad provincial comenzaron lo que apunta a ser un nuevo golpe a la logística de la banda Los Monos, que tiene a varios de sus integrantes procesados como integrantes de una asociación ilícita (bajo esa misma acusación también quedaron implicados 13 policías).
El objetivo era concreto, allanar una casa ubicada en la esquina de Melián y pasaje 509, porque –según el dato aportado por un arrepentido– en dicho lugar había una importante obra de ingeniería utilizada por la familia más nombrada de la zona sur.
Cuando el reloj marcaba las 8, un gran número de policías llegó hasta la vivienda que estaba abandonada desde hacía meses. Tras una rápida recorrida por la construcción, encontraron en el último cuarto, ubicado al sur y muy cerca del patio, un arreglo en el piso que databa de poco tiempo. Ahí, los investigadores encontraron una tapa de concreto, generalmente utilizada para cubrir fosas sépticas, debajo de la cual se ocultaba un túnel de aproximadamente un metro y medio de ancho por uno de alto.
“Tenemos entendido que a la construcción la usaban Los Monos para guardar armas y dinero. Pero también creemos que fue el lugar por donde se escapó Ariel Cantero en uno de los allanamientos que armamos para arrestarlo”, contó uno de los pesquisas.
“Entre las posibilidades que manejamos está la de que no sea sólo un trayecto y que haya una red de túneles. Por el momento son sólo conjeturas que dejan abiertas las puertas a encontrar cualquier cosa”, dijeron fuentes del caso.
Los investigadores presumen que el escondite de Los Monos en realidad tiene alrededor de 300 metros de longitud y salida en la colectora Juan Pablo II, pero con el correr de las horas esa hipótesis no pudo ser confirmada, ya que cuando el sol se ocultó, se decidió suspender la tarea.
Hasta ese momento solamente se había chequeado la existencia de dos túneles que en total tenían 16 metros de longitud; que en un punto había escombros, por lo que se sospecha que en realidad eran dos construcciones y que la obra contaba con un recubrimiento de membranas, para que no se filtre humedad y gran número de respiraderos.
La investigación continuará en la mañana de hoy, cuando personal de bomberos Zapadores retome las tareas en barrio La Granada.
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