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“La guerra civil en Siria ya se cobró más de 120 mil vidas”

Por: Paulo Menotti.- Néstor Suleiman, secretario general de la Federación de Entidades Argentino-Árabes, analiza el conflicto en el país asiático. “A lo largo de 43 años la dinastía de los Al Assad ha hecho los deberes para los norteamericanos”, señaló el dirigente de la Fearab.


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Desde hace dos años una guerra civil castiga a Siria, y principalmente a su población. El conflicto bélico ya se cobró más de 120 mil vidas y se calcula que hay más de dos millones de refugiados. La guerra viene siendo la principal noticia internacional en este mes porque se utilizaron armas químicas, algo que generó la intención de intervención militar por parte de Estados Unidos porque ve en el gobierno de ese país un peligro global. Además, la lucha que se desarrolla en el país que aún mantiene como lengua el arameo, tiene una importante repercusión en la Argentina, principalmente en Rosario donde vive una nutrida comunidad de descendientes sirios. Uno de estos hijos de inmigrantes, Néstor Antonio Suleiman, presidente de la Federación de Entidades Argentino-Árabes (Fearab) de Santa Fe, secretario general de Fearab Argentina y titular del Centro Cultural Argentino–Iraquí, dejó su opinión en una entrevista con El Ciudadano y enmarcó la situación dentro de lo que ocurre en el mundo árabe.

––¿Cuál es tu posición sobre el conflicto en Siria?

––Lo que está ocurriendo en Siria no se puede separar de lo que ocurre en otro lugar del universo. Esta primavera árabe tiene una característica en común en todos los procesos emergentes y eso tiene relación con gobiernos con perfil nepotista, tres o cuatro décadas en el poder de esas dinastías familiares gobernantes. Ellos tienen una actitud claudicante y están demasiado domesticados con respecto al objetivo común que tiene el mundo árabe en general que es la emancipación de Palestina. Entonces, lo de Siria no puede estar apartado de esta realidad que emerge entre los árabes desde Túnez, en el Magreb, hasta el golfo arábico con el levantamiento en la región de Bahrein. Pero lo dramático de esta situación, es que esta guerra ya se cobró más de 120 mil víctimas fatales, alguien tiene que hacerse cargo, alguien es responsable de esta situación. En ese sentido, el gobierno de la familia Al Assad ha tenido durante 43 años una actitud por un lado demasiado domesticada con respecto al eje de Estados Unidos e Israel. Por otro lado, ha tenido una situación interna de desgaste muy importante, es un gobierno que ha privilegiado siempre a los sectores que tienen lazos con su familia, y ha desatendido los reclamos populares, y esto ha sido un motivo fundamental para el levantamiento.

––¿Qué papel juega Estados Unidos en esta guerra siria?

––Estados Unidos está en una actitud de querer darle una lección al gobierno de Bashar al Assad. Digo una lección porque a Washington no le interesa derribar a este gobierno sirio, porque esa dinastía a lo largo de 43 años ha hecho los deberes para los norteamericanos. Jamás tuvo una política hostil hacia el Estado sionista, jamás se preocupó por recuperar los territorios ocupados en el Golán, en 28 años de presencia en El Líbano ha tenido una actitud nefasta, de complacencia con respecto a los estadounidenses. Su ingreso en 1976 en ese territorio, exigiéndoles a los palestinos la entrega de las armas, significó casi quitarles la vida. Esta actitud se mantuvo por largos años con gestos retardatarios con lo que tiene que ver con el accionar político en El Líbano, por ejemplo, durante la batalla de Beirut donde la resistencia palestina fue bombardeada por los barcos israelíes mientras los sirios los atacaban, los desgastaban, desde la otra posición. Por eso digo que lo que está haciendo el gobierno de Estados Unidos es una especie de llamada de atención, porque Barack Obama mismo ha dicho que no estaba interesado en que Al Assad se vaya del gobierno, sino que se siente a dialogar con los sectores de la oposición.

––¿Cómo está formada la oposición y qué intereses tienen?

––Sabemos que la oposición trae una mixtura de intereses que hace que el porvenir sea incierto. Si se ve lo que pasó en Libia, en el periodo pos Gaddafi, creo que de alguna manera se puede repetir esta experiencia. Hay sectores salafistas, wahabíes, de la rama musulmana que convergen con algunos neoliberales que están ligados a intereses regionales como el caso de Turquía. El devenir es incierto. La permanencia de Al Assad en el gobierno significa una mayor sangría, un mayor sacrificio para el pueblo sirio. La salida beneficiosa sería un gobierno de transición donde se atiendan todos los intereses de la población, donde no capitalicen los fanáticos musulmanes, pero tampoco queden enquistados en este posible gobierno de transición los sectores vinculados a Al Assad. Espero que haya un cambio verdadero en el proceso sirio.

––¿Es posible ese cambio?

––Sí, porque también hay una oposición verdadera. En 2008 que fue mi último viaje a Siria estuve con opositores. La posición disconforme estaba instalada. Ahora, no hay que poner en la oposición de Al Assad a Al Qaeda. Hay algunos que defienden al gobierno sirio y hablan de miles y miles de combatientes extranjeros y eso es una aberración, una mentira. Cómo se explican los más de 2 millones de refugiados que generó el conflicto. ¿Eso tiene que ver con la necesidad de Al Qaeda, de los salafistas, de infiltrar? No, eso tiene que ver con una realidad social que vivía Siria. La oposición también está formada por antiguos miembros del Partido Baaz que renunciaron al gobierno. Hay sectores de la vida democrática en Siria, vinculados al Partido Socialista y Comunista, e independientes en ese país que no están de acuerdo con Al Assad. También hay sectores de la hermandad musulmana que forman una porción importante dentro de la oposición, sobre todo en la región de Hama. En 1982, el padre de Al Assad, Hafez, hizo una represión que costó la vida de más de 25 mil personas, las pasaron a degüello. En Irak habían formado una oposición desde hacía mucho también.

––¿Qué pensás sobre el uso de armas químicas?

––Nadie se pregunta por los muertos que está dejando esta guerra civil. Aparece ahora el tema de las armas químicas que mataron a muchos, pero ya venían matando gente desde antes. En cuanto a esto último pregunto ¿quién tenía las armas químicas? No hay duda que el que tenía el arsenal de armas químicas fue el gobierno. Si los rebeldes expropiaron esas armas y las utilizaron, o si fue el propio gobierno, me gustaría que se investigue y que los responsables sean juzgados en tribunales internacionales por delitos de lesa humanidad y que no ocurra lo de la ex Yugoslavia donde sólo un sector fue enjuiciado y punido.

––¿Cuál es la importancia estratégica de Siria?

––Siria tiene una posición estratégica que comunica con una zona rica en hidrocarburos. Pero    creo que la cuestión tiene que ver con otras cosas. El problema es político, no económico. La cuestión cultural de la primavera árabe tiene que ver con el fenómeno religioso. Éste juega un rol importante en estos procesos si atendemos a las visiones inadecuadas de algunos grupos musulmanes como salafistas, wahabíes, chiítas. Ellos tienen una mirada muy cerrada y eso provoca que el tema religioso cumpla un papel bastante negativo, sin culpar a la religión. Esto termina provocando divisiones internas que no atienden a un frente en común árabe contra los invasores extranjeros. Por ejemplo, contra las apetencias del sionismo desde el sur. Hezbolá es un grupo que termina haciendo esto y por eso los israelíes le reconocen una victoria porque lo prefieren como enemigo. Israel jamás reconoció ningún tipo de derrota frente a los palestinos y tuvo muchas, por eso me parece curioso que reconozcan así al Hezbolá y por eso lo pone como enemigo porque ese grupo crea divisiones entre los árabes.

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