La concreción de la megafusión de The Walt Disney Company y la 21st Century Fox, la reunificación de CBS y Viacom y el lanzamiento de las plataformas de streaming de Apple y de la compañía del ratón Mickey son algunas de las claves que signan los gigantescos cambios que atravesó la industria del entretenimiento durante el año que acaba de finalizar.
Pero la mayor concentración y el vuelco de los grandes estudios a la oferta de sus contenidos online se profundizará durante este año, en lo que se configura probablemente como el proceso de transformación del mercado audiovisual más importante de las últimas décadas.
Entre los sucesos de 2019, la compra de los principales activos del grupo Fox por parte de Disney fue el de mayor impacto. Acordada en junio de 2018, la compra por la exorbitante cifra de 71.300 millones de dólares recién se hizo efectiva en marzo del año pasado, cuando dieron el visto bueno los múltiples organismos de control tanto estadounidenses como del resto de las regiones en las que ambas compañías están radicadas.
La operación modificó completamente el mapa del sector: fue la primera vez que uno de los clásicos “majors” de Hollywood absorbió a otro y convirtió a la compañía fundada por Walt Disney en el conglomerado de medios y empresas de entretenimiento más grande del mundo.
La jugada de su CEO y presidente, Bob Iger, obedeció a la estrategia que la compañía lleva trabajando desde hace más de diez años, con las compras previas de Pixar (2006), Marvel (2009) y Lucasfilm (2012), que consiste en agrandarse para adaptarse a los cambios que se avecinan.
Ya rindió sus frutos en la gran pantalla, en la que el liderazgo es abrumador y con la compra de los activos de Fox lo será aún más: en 2019, Disney se convirtió en el primer estudio en superar los 10 mil millones de dólares de recaudación mundial gracias a films como Avengers Endgame o Toy Story 4.
Todo online
El objetivo ahora es el mercado del streaming, en el que Netflix es rey y así lo demuestran los 160 millones de suscriptores con los que cerró el año. Se trata de una torta demasiado apetitosa para Disney y otros grandes jugadores, que también quieren su porción.
De hecho, el streaming ya no es sólo el futuro del mercado audiovisual, sino su presente: los cinco conglomerados más grandes de medios ya tienen en línea o lanzarán pronto su propia plataforma.
Disney lanzó Disney+ en noviembre para el mercado de Estados Unidos, Canadá y parte de Europa, que llegará a la Argentina en el segundo semestre de este año, con el objetivo de convertirse en un dolor de cabeza para Netflix y Amazon.
Para eso se apoya en el inmenso catálogo de Fox recién adquirido, en el que se destacan, por ejemplo, las treinta temporadas de Los Simpson, y en una inversión inicial de mil millones de dólares para contenidos como la ya muy elogiada serie de Lucasfilm The Mandalorian.
Comcast (con todo el contenido de NBCUniversal) lanzará Peacock en abril, en tanto que la gigante de las telecomunicaciones AT&T lanzará HBO Max en mayo, con el catálogo antiguo y las nuevas producciones de sus marcas HBO, Warner, Turner y DC, entre muchas otras.
Por otra parte, ViacomCBS, la otra gran fusión del año, luego de que CBS comprara los activos de Viacom por 15.400 millones de dólares, trabaja en una plataforma digital que reunirá a sus marcas CBS, Paramount, MTV, Nickelodeon, Comedy Central y el elogiado canal premium Showtime, entre otros.
A este panorama se le agregó el arribo, también en noviembre pasado, de Apple TV+, la plataforma de la compañía creadora del Iphone, que apostó fuerte desde el inicio con producciones propias plagadas de estrellas como Reese Witherspoon y Jennifer Aniston (The Morning Show) o Jason Momoa (See).
Millones en ruedo
La guerra del streaming se mide en millones dólares: todos quieren captar nuevos clientes y para eso tienen que generar una oferta de productos que sea atractiva.
Algunas de las cifras que trascienden en medios financieros norteamericanos dicen que Apple TV+ está invirtiendo 6 mil millones en contenido, Amazon otros 6 mil millones y el canal HBO 2 mil millones de dólares.
Por supuesto el ranking de gasto es liderado, como cada año, por Netflix, que sólo en 2019 invirtió 15 mil millones de dólares en series, películas y documentales que reemplacen el contenido que antes le proveían los grandes estudios y que ahora debe generar.
De este modo, la empresa liderada por Reed Hastings sigue su juego. No sólo busca mantener su posición en el sector sino que, así como puso en cuestión el modelo establecido de la televisión, ahora ataca directamente al cine.
Para el espanto de las distribuidoras y las cadenas comerciales de salas de exhibición, Netflix lleva varios años apostando por tener exclusividad de films de autor de gran reconocimiento, y va por buen camino.
Roma de Alfonso Cuarón estuvo muy cerca de llevarse el Oscar a la mejor película en 2019, y en febrero, El Irlandés de Martin Scorsese, Los dos papas de Fernando Meirelles, e Historia de un matrimonio de Noah Baumbach seguramente estarán en la lista definitiva de candidaturas al gran premio de la Academia al tiempo que este domingo, las tres se medirán en los Globos de Oro.
Con la proliferación de plataformas y más de 500 series producidas cada año por la industria de habla inglesa, a las que en Argentina hay que agregar el crecimiento de ficciones de gran calidad y la penetración de productos de otros mercados como el español, la pregunta que se plantean los expertos es cuál es el límite del fenómeno.
Cuándo estallará la burbuja, qué ocurrirá cuando el público quiera ver contenidos de múltiples plataformas y no pueda afrontar la suscripción de todas ellas, y si tenderá el mercado a ofrecer un paquete de servidores de streaming al estilo de los cableoperadores de antaño que brinde una oferta de decenas de canales, son, por el momento, una serie de preguntas que no tienen respuesta.