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La guerra en Ucrania y la tensión entre China y EEUU acaparan la cumbre del G20

El martes y miércoles se encuentran lideres y políticos de veinte países en la paradisíaca isla de Bali. El conflicto ruso ucraniano y las reuniones que tendrá Xi Jinping, una de ellas con Joe Biden, son dos ejes que atraen la atención del encuentro

Líderes políticos y diplomáticos del G20 se reunirán el próximo martes y miércoles en esta ciudad de Bali, Indonesia, en una cumbre marcada por las divisiones ante la guerra de Ucrania y la tensión entre China y Estados Unidos, y con la gran ausencia del presidente ruso, Vladimir Putin, confirmada a último momento por el Kremlin.

La decimoséptima reunión de los jefes de Estado de las principales economías, entre ellos el mandatario argentino y presente pro tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), Alberto Fernández, tendrá el lema «Recuperarse juntos, recuperarse más fuertes», en alusión al golpe que provocó la pandemia de Covid-19 en el mundo.

Sin agenda formal difundida todavía por Indonesia, la secretaría del G20 encargada de la organización adelantó a Télam que durante el primer día de sesiones se debatirá sobre la arquitectura sanitaria global y la seguridad alimentaria y energética.

Esa misma noche los líderes asistirán a una cena de bienvenida con espectáculos y atuendos típicos en el parque Garuda Wisnu Kencana, dedicado al dios Vishnu y la mítica águila Garuda, ambos venerados por el hinduismo, la religión predominante de Bali, a diferencia del resto del país de mayoría musulmana.

Cambio climático

En el segundo día de la cumbre, los líderes plantarán manglares, un árbol de la zona que cumple un rol clave en la mitigación del cambio climático global y que en muchas zonas fue deforestado para construir granjas para la cría de camarones, y luego debatirán sobre transformaciones digitales.

Más allá de estas cuestiones, el conflicto en Ucrania desatado por la invasión rusa inevitablemente dominará gran parte de los debates, así como también algunas de sus consecuencias, como la profundización de la crisis alimentaria, la escalada de la inflación y la seguridad energética.

Los principales aliados de Kiev en la cumbre, Estados Unidos, Reino Unido, la Unión Europea (UE) y Canadá, presionarán para que el documento final incluya una condena a la invasión, pero la posibilidad de un consenso grupal es nula ante el voto de Rusia y de otras naciones que exhibieron una posición neutral, especialmente China e India.

Putin confirmó a último momento que no viajará a Indonesia por cuestiones de «agenda», según lo indicó el Kremlin, y su país estará representado por el ministro de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, quien ya confrontó con sus pares de Occidente durante una reunión de cancilleres del G20 que tuvo lugar en julio, también en Bali, y en septiembre en la Asamblea General de Naciones Unidas (ONU).

Por el contrario, el mandatario ucraniano, Volodomir Zelenski, participará de forma virtual como invitado, tal como hizo en otros foros internacionales desde el inicio de la invasión rusa a su país, el 24 de febrero último.

En este contexto de profundas divisiones, las reuniones entre líderes que se realizarán en los márgenes de la cumbre acapararán gran parte de la atención, sobre todo las que mantendrá el presidente chino, Xi Jinping, presionado por Occidente para que rechace con firmeza la invasión lanzada por su aliado Rusia.

La bilateral más esperada del mandatario chino es la que tendrá el lunes con su homólogo estadounidense, Joe Biden, en momentos en que la relación entre las dos superpotencias mundiales está en un punto mínimo, con la soberanía de Taiwán como tema más caliente en un listado de disputas que incluye además los lanzamientos de misiles de Corea del Norte, el comercio y la tensión geopolítica, tanto en el Pacífico como en Ucrania.

Xi, en el poder desde 2012, llega en alza tras ser reelecto por el Partido Comunista de China para un inédito tercer mandato que rompe con una tradición según la cual sus predecesores dejaban el cargo a los 10 años, y Biden aseguró que también llega «más fuerte» a ese encuentro, luego de las elecciones de mitad de mandato en Estados Unidos en la que su partido retuvo el control del Senado.

Entre las ausencias destacadas, además de la de Putin, están la de los mandatarios de Brasil y México, los otros dos países latinoamericanos, además de Argentina, que integran el G20.

El mandatario brasileño, Jair Bolsonaro, no acudirá en sintonía con sus escasas apariciones públicas desde que perdió las elecciones frente a Luiz Inácio Lula da Silva, quien será investido en enero próximo, por lo que la representación del país estará a cargo del canciller Carlos França.

En el caso del mexicano Andrés Manuel López Obrador, su decisión de no viajar está vinculada a su actitud reacia de participar en este tipo de foros internacionales, por lo que su lugar será ocupado por el canciller Marcelo Ebrard, tal como ocurrió el año pasado.

Más allá de estas ausencias, en Bali hay una gran efervescencia por la realización de la cumbre, que pondrá a la isla en el centro de la escena mundial por una razón que no son sus paradisíacas playas.

El logo del G20 está en todos lados: carteles a ambos lados de las calles, vehículos oficiales y hasta las cabinas de peaje fueron ploteadas para la ocasión.

Esto es más notorio en Nusa Dua, una zona turística de grandes complejos turísticos en el sur de la isla donde se encuentra el centro de convenciones que será sede del encuentro y donde se alojarán los mandatarios y líderes diplomáticos.

Los jefes de Estado y cancilleres comenzarán a llegar a Bali en las próximas horas para las actividades que concluirán el miércoles, cuando el presidente indonesio, Joko Widodo, le entregue simbólicamente la presidencia del G20 al primer ministro de India, Narendra Modi, a cargo de organizar la cumbre de líderes y las actividades paralelas durante 2023.

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