El presidente de Estados Unidos Barack Obama pidió ayer a los legisladores que levanten el embargo contra Cuba y cierren el centro de detención de la base de Guantánamo, en su octavo y último discurso del Estado de la Unión, frente a las dos cámaras del Congreso.
En una de las pocas menciones a América latina, el presidente demócrata advirtió a los legisladores: “Si quieren mejorar nuestro liderazgo en el hemisferio, reconozcan que la Guerra Fría terminó, levanten el embargo a Cuba”.
Al pronunciar esas palabras, el mandatario norteamericano se ganó el aplauso de gran parte de la bancada oficialista y el silencio unánime de la oposición republicana, que es mayoría en las dos cámaras del Capitolio.
Obama retomó las relaciones con su par cubano Raúl Castro en diciembre de 2014 y desde ese momento viene reclamando al Congreso que deje sin efecto el embargo comercial, económico y financiero que Estados Unidos ejerce sobre Cuba desde 1960.
En tanto, el presidente estadounidense consideró que el centro de detenciones ubicado en la base militar de Guantánamo, en Cuba, es “caro e innecesario” y sólo sirve para reclutar enemigos, por lo que debe ser cerrado.
“El liderazgo que el país precisa depende del poder de nuestro ejemplo. Es por eso que continuaré trabajando por el cierre de la prisión de Guantánamo. Es cara e innecesaria, y sólo sirve como atractivo para reclutar a nuestros enemigos”, consideró Obama ante los legisladores.
En su último discurso del Estado de la Unión antes de abandonar la Casa Blanca el año que viene, Obama retomó su vieja promesa de campaña de cerrar el centro de detenciones y que hasta ahora no ha podido cumplir, a pesar de sus repetidos llamados al Congreso a sumarse al esfuerzo.
Según el demócrata, mantener abierta esa prisión “debilita la seguridad nacional” de Estados Unidos al destinarle enormes recursos financieros y a la vez dar una herramienta de propaganda a los yihadistas del Estado Islámico (EI).
En el Congreso, la bancada del opositor Partido Republicano se opone de forma terminante a cualquier proyecto que contemple el cierre del centro de detención mediante el traslado de los prisioneros considerados peligrosos al territorio estadounidense.
Preocupa el terrorismo
En otro tramo de su discurso, Obama llamó a “eliminar” a la milicia yihadista del EI. Sin embargo, criticó a las voces más dramáticas respecto a la situación, como el candidato republicano Donald Trump: “No debemos ser la policía del mundo. El EI no amenaza la existencia nacional de Estados Unidos, como muchos dirigentes dicen desde el año pasado. Los mensajes exagerados de que esta es la tercera guerra mundial sólo benefician a los yihadistas”.
El presidente norteamericano también consideró: “En el mundo actual no estamos amenazados por imperios malvados, sino por estados fallidos”. Y ejemplificó con los “conflictos milenarios en Medio Oriente”.
Finalmente, llamó a retomar el liderazgo en la lucha contra el terrorismo. “La gente en el mundo no busca en Moscú o Pekín un liderazgo, nos mira a nosotros”, afirmó.
Los republicanos no escatimaron críticas
El opositor Partido Republicano, que controla ambas cámaras del Congreso, no demoró su respuesta y criticó el discurso del presidente norteamericano Barack Obama. El presidente del partido, Reince Priebus, lamentó que, tras siete años de presidencia de Obama, Estados Unidos sea “menos próspero, menos seguro y menos libre” y criticó los, a su juicio, “fracasos y promesas incumplidas” del mandatario estadounidense. En inequívoco tono de campaña, también el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, quien presenció todo el discurso de Obama sentado justo detrás de él, lamentó que, “como es habitual”, el gobernante “trató de dirigir las percepciones de la gente en lugar de enfrentarse a la realidad”. “Si todo fuese tan bueno como él ha dicho que es, dos tercios de los estadounidenses no dirían que el país va por mal camino”, concluyó.