Una pasmosa cifra de 71 millones de personas cayeron en la pobreza en todo el mundo como consecuencia de la disparada de los precios de los alimentos y la energía, iniciada en las semanas posteriores a la invasión rusa de Ucrania, informó este jueves la ONU.
En un informe, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) dijo que que esta aceleración de la pobreza «es considerablemente más rápida que el choque de la pandemia por Covid-19″.
Según el PNUD, «las transferencias de dinero dirigidas a los hogares son más equitativas y más rentables que las subvenciones generales a la energía».
Al mismo tiempo consideró que los países involucrados necesitarán de apoyo del sistema multilateral «para llegar al fin de mes».
«Mientras las tasas de interés aumentan en respuesta a la subida de la inflación, existe el riesgo de desencadenar una nueva pobreza inducida por la recesión que exacerbará aún más la crisis, acelerando y profundizando la pobreza en el mundo», advierte el PNUD en su informe.
El documento analiza 159 países. Los que enfrentan la situación más crítica están en los Balcanes, en la región del mar Caspio y en África Subsahariana, en particular el Sahel, dice el documento, informó la agencia de noticias AFP.
«Las escaladas de precios sin precedentes significan que para muchas personas en todo el mundo, la alimentación que ellos podían permitirse ayer ya no es accesible hoy», deploró en el comunicado el director del PNUD, Achim Steiner.
«Esta crisis del costo de la vida empuja a millones de personas a la pobreza», con el riesgo de una «hambruna a una rapidez vertiginosa». Al mismo tiempo «la amenaza de un aumento de los problemas sociales crece todos los días», alertó.
Entre los países que enfrentan las consecuencias más dramáticas del alza de precios están Armenia, Uzbekistán, Burkina Faso, Ghana, Kenia, Ruanda, Sudán, Haití, Pakistán, Sri Lanka, Etiopía, Malí, Nigeria, Sierra Leona, Tanzania o Yemen.