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La herida rebobinada: el feminismo reescribe los mitos

El feminismo es tener presente que la historia la escriben los que ganan y por ello repiensa los arquetipos que refieren a experiencias colectivas y personales

Por: Alma del Universo / Especial para El Ciudadano 

¿Dónde está el acento del dolor? ¿Quién realmente está expuesto o expuesta para que analicen sus vísceras? ¿Qué dicen los relatos de la humanidad con respecto a esto? ¿Quién escribió esos relatos?

El feminismo es tener presente que la historia la escriben los que ganan y por ello está replanteando la manera de conocer y de saber. Repiensa, así también, los mitos y los arquetipos  que nos refieren a las experiencias colectivas y personales. Para la astrología moderna esto es esencial porque nos permite reconsiderar también la manera en la que abordamos el conocimiento sobre los planetas, en este caso la historia de Quirón.

En astronomía Quirón es un asteroide cuya órbita pasa entre Saturno y Urano, significadores de la restricción y la  liberación, la tradición y la revolución. En astrología este asteroide enlaza dos conceptos que son contrapuestos y lo hace a través de la experiencia del dolor: Quirón es la herida sangrante, así es como se lo define, porque su mito hace referencia a experiencias de rechazo que determinan su historia. Una de ellas, la primera,  es la del rechazo de la propia madre. Según una de las formas aceptadas de la narración, Philyra abandona a su hijo por considerarlo una abominación ya que era mitad humano y mitad caballo. Pero muy pocas veces se hace hincapié en que este hijo es en realidad producto de una violación.

Saturno, dios del tiempo pero también de la tradición y el deber ser,  encuentra a Philrya mientras él buscaba a su propio hijo, Zeus, para devorarlo. Aterrorizada por el avance del dios ella se transforma en una yegua con la intención de no ser descubierta, pero él inmediatamente toma la forma de un semental y la fuerza a tener relaciones para luego escapar. Cuando ella da a luz a Quirón lo abandona y ora para ser convertida en algo que no tuviese apariencia humana, por lo que es transformada por los dioses en un árbol de Tilo. ¿Ha visto usted los árboles de Tilo en toda la ciudad de Rosario?

Hoy, desde el feminismo, sabemos que no es su apariencia lo que lo hace abominable a Quirón a los ojos de su madre, sino su significado. La primera herida es la de la violación, y el primer rechazo es la de la sociedad cuando ella, mortal, es abandonada a su suerte por un dios inmortal.  La historia no es sobre el centauro, que muy bien termina (es educado, se vuelve maestro, accede al conocimiento y cuando muere es elevado a la forma de constelación), sino sobre Philrya, violada y dando a luz en contra de su voluntad.

El horror es la maternidad forzada, nos dice la otra versión del mito, es sobre el abandono y el rechazo, sí, pero no de Quirón sino de una mujer abusada y abandonada.

Quizás por eso siempre me llamó la atención que los dioses la convirtieran en un Tilo, árbol sanador. ¿Por qué sería un castigo ser transformada en un árbol bellísimo? Tal vez precisamente porque no era un castigo sino una reparación. Ella había sido violada por un Dios devorador de hijos.

Cambio colectivo y liberador

El estudio de Quirón en la astrología a través de este marco feminista, nos revela que el dolor enlaza la posibilidad de soltar la limitación y la tradición social para lanzarnos a un cambio colectivo y liberador.

Pero para ello es necesario correr la mirada hacia la herida primera, la primera persona forzada contra su deseo y la primera persona rechazada en la sociedad. Philyra no tuvo voz en los mitos, pero nosotras sabemos qué significa su historia, el mito vive en lo colectivo y en todas las mujeres que tienen que encontrarse con una sociedad que le niega el reconocimiento de su propio dolor. Reescribamos las narraciones para cambiar la historia del mundo. Quizás así una herida deje de sangrar entre todos.