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La historia nunca contada de la llegada de Queen a la ciudad

Fabián Bazán narra ese acontecimiento en su libro. La presentación será este viernes 9 de septiembre, a las 19, en el Centro Cultural Roberto Fontanarrosa

El 6 de marzo de 1981, Queen expuso toda su potencia musical en el Gigante de Arroyito en un recital que fue único hasta ese momento y que se volvió un grato recuerdo para las rosarinas y los rosarinos. Claro, ese acontecimiento tiene sus sinsabores, su lado incómodo para la memoria porque fue realizado en plena dictadura militar con su terrorismo de Estado y su marca de represión también moralista que en Rosario estaba representada por la Liga de la decencia. El escritor Fabián Bazán narra ese acontecimiento en su libro <<Una reyna en la aldea. La historia nunca contada de la llegada de Queen a la ciudad de la Liga de la Demencia<<, en el que presenta a la ambigua experiencia de jóvenes, quienes eran perseguidos por el gobierno de facto o vistos como sospechosos, disfrutaron el show de una de las principales bandas de rock. Antes de su presentación para este viernes 9 de septiembre, a las 19, en el Centro Cultural Roberto Fontanarrosa (San Martín 1080), el autor señaló las características de su obra y sus recuerdos de esa época.

Partido en dos

“En la primera parte de este libro cuento cómo fue armado el show, quién fue el empresario que los trajo y su relación con la dictadura militar, además de los pormenores de cómo se organizó un espectáculo de esa magnitud. En la segunda parte, le doy voz a las personas que fueron protagonistas, que vivieron ese espectáculo tanto como público o como gente que realizó alguna actividad para poder hacer realidad que Queen tocara en Central”, explicó Bazán al mostrar las directrices que componen a su texto.   

“Este libro es hijo de la pandemia. Aclaro que estoy de acuerdo en que nos hayamos quedado en casa y eso me sirvió. Un día vi un programa de televisión de cuando Queen estuvo en Rosario y empecé a investigar sobre el tema y me dije que sería bueno escribir algo sobre ese acontecimiento, a hablar con la gente que estuvo en el recital”, contó Bazán y expresó que a partir de entonces inició su investigación en la que contactó a los hijos del empresario que contrató a la banda británica.

“Encontré a los hijos del tipo que trajo a los Queen, Alfredo Capalbo que era el empresario número uno del negocio del espectáculo. Capalbo cenaba casi todas las noches con la crema del poder, con elementos de las Fuerzas Armadas y con el hijo del represor Roberto Viola. Parece ser que éste quería mostrar otra imagen de la dictadura militar, quería aparecer como más aperturista, y por eso colaboró para que pueda presentarse Queen en nuestro país”, explicó el autor y agregó que, al momento de iniciar su investigación le “intrigaba que esta gente, los militares que además eran homofóbicos, aceptaban a un artista que se mostraba libre”.

Rock como aire libre

“Yo quería mostrar también cómo vivían los jóvenes de esa época”, contó Bazán en referencia a la persecución que les imponía el gobierno de facto a los de su generación.  “Eran los tiempos de la peluquería al aire libre. Me acuerdo que íbamos a una disquería a escuchar algunos discos. Una vez, cuando salimos de allí, íbamos con un flaco de pelo largo y lacio y nos pararon en Córdoba y Sarmiento. Al muchacho éste lo subieron al camión del Ejército y bajó con media cabeza rapada. Se fue aterrado, se tomó el colectivo y nunca más lo volví a ver. Y es triste tener que agradecer que por suerte no lo chuparon en ese momento”, explicó el autor haciendo referencia a esa época.

“Era una ciudad en la que el poder no estaba en la Municipalidad sino en el Comando del Ejército, con Leopoldo Fortunato Galtieri y con el arzobispo Guillermo Bolatti. Éste tenía un órgano periodístico que era la Liga de la Decencia, al que una revista humorística llamaba la Liga de la Demencia. Era una ciudad absolutamente represiva y opresiva en la que los jóvenes buscábamos canales por dónde expresarnos. Los que eran músicos buscaban lugares para tocar, otros nos dedicábamos a redactar revistas para contar otras cosas. Estábamos tratando de respirar libertad y el rock nos permitía respirar”, señaló Bazán.

Un concierto masivo

“El concierto fue masivo porque fue el primero. Desde principios de los setenta que había venido Santana, que no se veía algo así. Los músicos que se presentaban lo hacían con poca energía, con un par de lamparitas pero Queen trajo ocho camiones para las instalaciones del escenario del Gigante de Arroyito, las luces y hubo que traer energía desde la usina Sorrento directamente por la gran potencia energética que necesitaron. Cuando probaban la canción Rapsodia bohemia, eso hacía saltar todas las instalaciones eléctricas”, relató Bazán.

“También recopilé un montón de material, fotos y pequeñas grandes historias de ese momento”, contó el escritor y agregó: “Por ejemplo, Susana Rueda me contó que su padre había sido echado del trabajo y no tenía plata para ir, pero fue a ver a la entrada y le permitieron entrar”.

“Otro lindo recuerdo es de los afinadores de piano Miele y Maranzana que le pusieron a punto el piano a la banda. Contó un familiar que estuvo en ese momento que ellos estaban trabajando y llegó Freddie Mercury a los gritos, que no le tocaran el piano pero ellos habían detectado que algo estaba mal, se lo arreglaron y por eso el cantante les agradeció”, finalizó Bazán.   

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