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La hora de las lágrimas

Los imputados en el caso Marita Verón comenzaron a dar sus últimos testimonios antes de que el tribunal que juzga la desaparición de la joven tucumana emita su veredictos.

Entre lágrimas, ruegos y acusaciones, los imputados en el juicio por la desaparición de Marita Verón empezaron hoy a declarar por última vez antes de escuchar la sentencia y todos se declararon inocentes.

“Fui abusada por mi padre, perdí a dos hijos, tuve una infancia infeliz y vivo en la escasez de medios pero no en la pobreza como lo hace (Susana) Trimarco, que es una persona pobre porque sus hijos la dejaron”, denunció Daniela Milheim.

La mujer, que supuestamente tuvo a Marita en su casa antes de enviarla a La Rioja para ejercer la prostitución, insistió con la versión de que la joven no fue secuestrada sino que se fue de su casa por el trato que recibía.

“Ojalá Marita venga y diga dónde estuvo todo este tiempo”, señaló Milheim, quien se declaró inocente y cuestionó el pedido de 25 años de prisión realizado por el fiscal y la querella.

“No me pueden condenar por algo que no he hecho, y si me condenan quedará en la conciencia de los que mienten”, indicó.

Milheim indicó: “Quiero pedir que se haga justicia por todo el daño que se me ha hecho ya que estoy sentada acá sólo por haber tenido un hijo con Rubén Ale”, quien no fue imputado en la causa aunque muchos testigos lo involucran.

“He salido de la prostitución y he estudiado para salir adelante en la vida por mis hijos y ahora, que me piden 25 años de prisión, voy a pelear por ellos porque si me condenan los estarán privando de su madre”, indicó.

También habló María Jesús Rivero, quien entre lágrimas expresó que es una víctima del poder político y sostuvo que fue difamada por Trimarco.

“Dijo que era una prostituta rescatada, y miente, como mintieron muchos de los testigos”, indicó la ex pareja de Ale.

“No hay un solo indicio que me vincule con todas las personas que están acusadas acá”, manifestó ante los jueces la mujer acusada de haber pergeñado el secuestro de la joven tucumana.

Rivero afirmó que ni ella, ni su hermano ni su familia tuvieron que ver con la desaparición de Marita, cuestionó la investigación y dijo que Trimarco usó el apoyo de la prensa para enriquecerse y acercarse al poder político.

A su turno, Víctor Ángel Rivero, hermano de María Jesús, insistió en que está sentado en el banquillo por culpa de Simón Nieva, quien –según dijo– lo acusó falsamente.

Finalmente, Alejandro González, ex esposo de Milhein, se definió como “una persona humilde” y en su breve declaración señaló: “Jamás he secuestrado, jamás he robado, jamás he sido un delincuente”.

El juicio pasó a un cuarto intermedio hasta el próximo martes y ese día se escucharán las palabras de los otros imputados: María Azucena Márquez, Carlos Luna, Irma Medina, José Fernando Gómez, Gonzalo Gómez, Humberto Derobertis,  Domingo Andrada, Paola Gaitán y Mariana Bustos.

Todos están acusados por los delitos de sustracción, retención y ocultamiento agravado por su condición de mujer, en concurso con el delito de promoción de la prostitución, en perjuicio de Marita.

En sus respectivos alegatos el representante del ministerio público fiscal y la querella solicitaron penas de hasta 25 años de prisión para los acusados.

La lectura de la sentencia está prevista para la segunda semana de diciembre, pero el tribunal todavía no fijó oficialmente una fecha.