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La hora de los partos

Por: David Narciso

Ningún final está escrito de antemano en política, pero todo indica que el próximo jueves la Cámara de Diputados alumbrará la tercera versión de reforma tributaria para Santa Fe, después del proyecto original del Poder Ejecutivo y las generosas modificaciones que le introdujo el Senado.

En este nuevo libreto habrá modificaciones en materia de inmobiliario urbano (se aliviaría la carga sobre la versión del Senado) y se volvería sobre una actualización de la valuación fiscal de los campos, que en la versión del FPCyS al jueves pasado era del 5 por ciento de incremento y en la de los sectores del PJ que podrían votar a favor sería 20 por ciento. En materia de Ingresos Brutos es donde las negociaciones se extenderán hasta último momento.

El presidente del PJ, José Luis Freyre, se distrajo dos días de su labor de intendente de Venado Tuerto y se instaló en Santa Fe en busca de la titánica tarea de alcanzar una posición única del PJ que hasta ahora no logró. El intento era de por sí difícil con los nueve sub bloques de diputados, pero además debía cerrar con los dos sub bloques de senadores para que no tumben lo que sancionase la Cámara baja.

El Frente Progresista tiene acordada una posición que es la que votarán los diputados, aunque a la hora del debate particular es posible que haya diferenciaciones. Lo que allí resulte debería ser la posición de los senadores de la UCR y de Miguel Lifschitz, que en plan de no demorar más la aprobación ratificarían la posición que resulte ganadora en la Cámara baja. Hasta el viernes era así.

A esta altura la reforma tributaria viene más conversada que partida de truco. Mientras el resto de las provincias van por la segunda o tercera versión y Buenos Aires vuelve a la carga con otra vuelta de rosca sobre los impuestos, en Santa Fe no se avanzó por las relaciones de fuerza en la Legislatura desde 2007 a la fecha. Esta vez parece la vencida, aunque será una reforma ultralight que logra apoyo de sectores de la oposición porque la malaria alcanza a todos los niveles, incluidos los jefes comunales del PJ. Como se contó hace quince días aquí, también el gobierno nacional resolvió dar una mano, convocando a los referentes del PJ más afines ala Casa Rosadapara que ayuden a encontrar soluciones, aunque sin libreto sobre qué y cómo votar. No es benevolencia, sino evitar que Santa Fe se sume a las provincias que necesitan asistencia nacional.

Poder Judicial

Esta semana tambiénla Asamblea Legislativadará tratamiento a los primeros diez pliegos de postulantes a defensores y un juez en el marco de la implementación de la reforma procesal penal, que está en su etapa culminante.

El gobierno ya giró otros 14 pliegos de fiscales y la semana próxima repetirá con otros tanto, y así hasta completar el centenar de puestos ya concursados.

El problema es que hay sectores del PJ, que en un primer vistazo están arrastrando a todo el justicialismo, incluso a los sectores juveniles que se plantean como renovación y a los que se enrolan en el kirchnerismo progresista, a posturas que, de concretarse, podrán ala Legislaturaal borde de un escándalo.

Ya se explicó la semana pasada que hay un sector del PJ –el que dice que sólo reconoce a Carlos Reutemann como conductor, próximo al macrismo y asesorado por un ex secretario de Justicia– que elaboró una lista negra de postulantes a los que se propone tumbar por el solo hecho de haber ejercido cargos en la gestión de Hermes Binner o pertenecer a institutos jurídicos que asesoraron, al igual que en otras provincias y países, en el diseño de la reforma procesal. No está dispuesto a considerar que esos hombres y mujeres ganaron concursos inobjetables, que ni siquiera los organizó el Poder Ejecutivo, con jurados independientes e inéditos en el país.

A eso se suman las presiones de un segundo grupo que no termina de dejar en claro (al menos en público) cuáles son sus objeciones. Y un tercer núcleo con evidente falta de autonomía política, ya que sin tener compromiso con quienes durante años manipularon designaciones en el Poder Judicial ni con los gobiernos justicialistas pasados, prefieren tirar por la ventana a “uno del palo” como Enrique Font para votar en línea con Alejandra Vucasovich y Joaquín Gramajo.

Sistema de voto

Un proyecto de ley para ajustar el sistema de boleta única levantó revuelo y forzó los primeros posicionamientos, a pesar de que no tiene chance alguna de tratarse a corto plazo.

El proyecto introduce una modificación de diseño de la boleta que vincula (pone a la misma altura) la lista “oficial” de legisladores de cada candidato a cargo Ejecutivo, ya sea gobernador o intendente. Es decir, de aprobarse, esa lista de diputados o concejales estará en la misma línea, gráficamente hablando, que la del candidato, pero igual tendrá el casillero para que el elector pueda elegir por esa o por otra.

De esa manera se busca que el proceso de conformar mayorías y minorías legislativas sea más explícito a la hora de sufragar. Sus autores creen que así se puede evitar lo que ocurrió en San Javier, donde el intendente que ganó con más del 70 por ciento tiene el Concejo controlado por opositores.

El proyecto –puede deducirse– da por sentado que el elector no tuvo la intención de dinamitarle la gobernabilidad al intendente cuando votó como votó. (Más allá de que el intendente no se haya lucido a la hora de elegir su primer candidato a concejal).

Lo mismo podría suponerse de lo que ocurrió en la provincia, donde Antonio Bonfatti fue electo gobernador mientras que la lista que encabezaba María Eugenia Bielsa ganó la categoría Diputados. ¿Quiso el electorado condicionar a Bonfatti o fue una combinación de chiripa? El sentido común indica que quiso premiar a Bielsa, pero de ahí a que quienes sufragaron por ella tuvieran la intención de dejar en minoría al gobierno hay un trecho.

Si la boleta única es el sistema que mejor expresa la voluntad del elector, los autores creen que el proyecto viene a profundizar ese aspecto, haciendo explícito también el voto a las condiciones en las que quiere que gobierne el elegido. El debate no es desatendible en Santa Fe. Cabe recordar quela Constituciónno contempla la integración proporcional dela Cámarade Diputados, sino que el ganador (aunque sea por un voto) se lleva una mayoría de 28 de 50 bancas. La lista de Bielsa ganó por 32 mil votos (2 por ciento) y se llevó 13 diputados más.

Es necesario que los partidos políticos debatan si es necesario hacer ajustes al sistema de voto. No es pecado ajustarla en base a esa primera e inédita experiencia, siempre que garantice las posibilidades de las minorías partidarias.

Por supuesto que no es sencillo lograr acuerdos, porque cualquier debate sobre sistema de voto o electoral está atravesado por conveniencias circunstanciales de los actores.

Si el proyecto del radical Santiago Mascheroni es el camino o no para llegar a ese objetivo lo decidirán los partidos con representación parlamentaria y la sociedad, que se apropió de la boleta única como forma de voto. El debate es bienvenido siempre y cuando no signifique volver atrás, como los ensayos de literatura legislativa que empezaron a circular en el inefable Senado, que en la práctica buscan mantener la boleta única aplicándola a una suerte de ley de lemas.

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