Por Jorge Giles (Timón)
Los jubilados levantan la mano desde los escombros pidiendo ayuda. No dan más. No tienen para comer, para abrigarse ni para comprar sus remedios. Pero el presidente no los escuchó. Ni antes del domingo 11 ni ahora que es la hora de la presunta “reparación”.
Se oyen sus voces angustiadas y desesperadas. ¿En serio que no hay nada para nosotros? dice un abuelo. Pero si nosotros lo votamos en el 2015 ¿porqué nos castiga ahora?. Para usted no hay nada, abuelita, le responden en conferencia de prensa. Nada de nada.
Los trabajadores se quejan por la curita. No alcanza, señor presidente.
Los empresarios pyme y comerciantes se quejan. No alcanza, señor presidente.
Los que manejan la botonera del precio del dólar y el riesgo país, los funcionarios que tienen sus fortunas dolarizadas, los especuladores de la bicicleta financiera, se refriegan las manos, miran al gran lobo del norte y reciben la orden: ¡disparen! Y todo sigue su curso de revanchismo y muerte.
Aguantar, para nosotros, es la consigna, porque esta vez las únicas urnas son las electorales. Ojo al piojo. Nadie gana una batalla si se desespera. Es hora de desplegar sin límites nuestra solidaridad para con los que más sufren y seguirán sufriendo. Todo es cuestión de tiempo. Hay que llegar, a como de lugar, a definir esta instancia por elecciones libres. Pero que nadie se equivoque: gobierna el neoliberalismo, no el Frente de Todos. No hay ni habrá co-gobierno. Son dos modelos enfrentados.
Uno es la pesadilla del país. Otro es el sueño de las multitudes populares.
Esta masacre social fue planificada y es el resultado de la política oficial, no un daño colateral de la misma. La pagarán muy caro cuando llegue el momento más sublime de la democracia: la hora del voto popular. Y vuestra caída será más estruendosa aún que la del propio 11 de agosto.
Mirá lo que te digo.
Políticamente hay un poder dual, desigual y combinado.
Los que gobiernan perdieron absolutamente toda capacidad de maniobra y de credibilidad en todos los terrenos.
Los que no gobiernan, ganaron representatividad y desde allí guían serenamente a nuestro pueblo para llegar a destino.
La historia siempre enseña: el 17 de Octubre de 1945 cuando la Plaza rugía de pueblo y amor por su Líder preso, el gobierno militar decide liberarlo y traerlo al balcón de la Casa Rosada para evitar males mayores.
El entonces presidente Farrel acompaña al Líder hasta el micrófono y le pide: “espero que los calme y hagase cargo usted del gobierno ahora mismo”. Perón lo mira sonriendo y le responde bien fuerte para que escuchen todos: “No Farrell, nosotros sólo llegamos al gobierno ganando elecciones”.
Así nació el peronismo. Así continúa hoy.
A cuidarnos mucho compatriotas. Sepamos que la única salida a esta crisis es cambiar este gobierno en el cuarto oscuro. Todo lo demás es saraza. Y provocación.
Estamos pariendo un nuevo país. Por eso duele tanto.
Que así sea.