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La idea fija: ser hombre de la ley

El joven que seis meses atrás fue descubierto como un falso efectivo policial mientras hacía cacheos con sus pares, en la previa del Clásico en el Coloso, cayó in fraganti ahora cuando quería viajar gratis en colectivo desde Santa Fe y alguien lo reconoció.

Leo tiene 19 años y su obsesión por pertenecer a la Policía lo dejó al descubierto por segunda vez en el año. La primera imputación por usurpación de títulos y honores fue el 24 de abril cuando se presentó como agente de la Policía de Acción Táctica (PAT) en el partido entre Newell’s y Central. Esta vez, el joven fue apresado anteanoche en la terminal de ómnibus en Santa Fe cuando un policía que trabaja en la UR II (Rosario) lo reconoció, otra vez, uniformado.

Según fuentes policiales, anteayer alrededor de las 21, un uniformado que trabaja en la Unidad Regional II estaba en la terminal de ómnibus Manuel Belgrano de la capital provincial. Cuando llegó a la plataforma de la empresa de colectivos interurbanos que viaja a Rosario advirtió una cara conocida. El policía intentó acercarse pero, lejos de recibir un saludo del muchacho que podría haber sido su colega, se encontró con alguien que trataba de esquivarlo. El policía rosarino advirtió de la situación a los agentes del Cuerpo de Prevención Urbana (CPU) que recorren la terminal santafesina, quienes le cortaron el paso. “El personal policial procedió a entrevistarlo y le solicitó la documentación que lo acreditara como funcionario policial. Sin embargo, no la poseía”, indicó un parte de prensa de la UR I.

De acuerdo con la investigación, al falso policía lo trasladaron a la comisaría 1ª, ubicada en Primera Junta 2454. Ya en la seccional los uniformados identificaron al joven como Leonardo B., el rosarino de 19 años que ya había sido detenido en abril pasado por un delito similar. El fiscal lo puso en carpeta por usurpación de títulos y honores y dispuso que el proceso lo transite en libertad, aunque se desconoce cuándo será imputado. “Tenía sólo el uniforme de fajina azul; no llevaba credencial ni nada que simulara el arma reglamentaria. Estaba en la parada del colectivo que va a Rosario. Se ve que quería pagar sólo el seguro”, y por lo tanto viajar gratis, describió un vocero policial.

Fijación por el uniforme

La historia de Leonardo salió a la luz seis meses atrás cuando tuvo su primera audiencia imputativa. En ese momento, el delito fue el mismo por el que se lo acusó ahora, pero la Fiscalía investigó a fondo debido a que el muchacho hacía meses que intervenía en procedimientos y operativos donde los uniformados cobran adicionales. La investigación descubrió que Leonardo proviene de una familia de escasos recursos y pretendió seguir los pasos de su abuelo, quien era policía. Ingresó al Instituto de Seguridad Pública (Isep) pero en 2014 sufrió una enfermedad que le valió la baja. Al no poder admitir la situación ante su familia creó una parodia. Todos los días salía de su casa para cursar sus estudios, pero se iba a una biblioteca. Hasta que llegó la colación y se inventó algo para que su familia no asistiera al acto.

Leonardo compró el uniforme y se presentó ante las autoridades policiales. No tardó en obtener adicionales para la prestación de diversos servicios de seguridad que los funcionarios policiales, aseguraron, nunca cobró. En esa audiencia imputativa surgió que el joven logró forjar camaradería, durante las tareas que desarrollaba con uniformados, quienes no dudaron que se trataba de un colega; incluso aportaron mensajes de Whatsapp en un chat que compartía con policías verdaderos.

En ese contexto fue que el domingo 24 de abril Leo fue descubierto mientras realizaba cacheos en una puerta de acceso al Coloso, sostuvo ser agente de la PAT y, si bien contaba con vestimenta de fajina con el logo de dicha fuerza, su arma lo delató. Se trataba de una pistola 9 milímetros pero de juguete. Y el deteriorado chaleco antibalas que llevaba puesto no contaba con la protección adecuada: lo había acondicionado de manera casera y relleno prolijamente con hojas de revistas.

El fiscal Sebastián Narvaja, tras imputarlo de usurpación de cargo, delito que conlleva una pena condicional de un mes a un año e inhabilitación especial por doble tiempo, solicitó que le morigerarn la preventiva.

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