La Arquidiócesis de Córdoba, con el arzobispo Carlos Ñáñez a la cabeza, difundió este jueves un duro comunicado en el que expresa su “malestar” y “no acompañamiento” a las últimas restricciones por la pandemia, en seis departamentos de la provincia, entre ellas la suspensión de los actos religiosos.
“A lo largo de todo este difícil tiempo, hemos podido constatar que en nuestros templos católicos se han observado y se observan cuidadosamente los protocolos aprobados por la correspondiente autoridad”, precisó Ñañez y explicó que laicos, sacerdores y consagrados «han colaborado con la acción estatal» en las obras de asistencia alimentaria y sanitaria, «observando también los protocolos».
https://www.facebook.com/permalink.php?story_fbid=1669790593208309&id=253011131552936
El arzobispo de Córdoba puntualizó que ante la perspectiva de suspender las celebraciones litúrgicas, se comunicó con las autoridades provinciales para manifestar su «malestar» y el propósito de «no acompañar esas medidas», que, según escribió Ñáñez, son «exageradas y afectan a la salud espiritual de las personas, especialmente en un tiempo de cuarentena prolongada”.
“Para una salud cuidada, todos los aspectos de nosotros mismos deben estar equilibrados. Mente, cuerpo y espíritu tienen que estar en armonía unos con otros. No podemos centrarnos, solamente, en lo material y descuidar lo espiritual. Así nos lo enseña la buena ciencia, a lo que se agrega la experiencia de la situación que estamos padeciendo desde marzo”.
El líder religioso provincial indicó también que si observan con prudencia las medidas protocolares se puede atender “la imperiosa necesidad espiritual de todos los fieles”.
“Albergamos la esperanza que nuestra autoridades puedan comprender esta necesidad vital y posibilitar también la atención de la salud espiritual de los ciudadanos”, cierra el comunicado que lleva las firmas del arzobispo de Córdoba y de los obispos auxiliares Pedro Torres y Ricardo Seirutti.