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“La impronta que le doy a los míos es que escuchen a la gente, que no se pongan de este lado del escritorio”

El intendente de Puerto San Martín, Carlos De Grandis, analiza las claves de su gobierno y de la región metropolitana. Las obras, la gestión, y la opinión del gobernador Pullaro: "Parece peronista"

Carlos De Grandis gobierna Puerto San Martín desde diciembre de 2001. Ex jugador de fútbol en los 70, con un paso por las reservas de Boca y Gimnasia, hoy se define como “un negro de Puerto” que sabe escuchar a sus vecinos. Ese es su orgullo más grande, que todavía los vecinos le digan “Carlitos”. Peronista de pura cepa, dice que el gobernador Pullaro “parece peronista” por su contacto con la gente y que “si no cambia se queda a vivir” en la Gobernación. A su gestión no le faltaron obras, de todo tipo, pero a la hora de elegir una destaca “la casa propia del grupo Despertar, un grupo de entre 25 y 30 chicos especiales, que nos dan lecciones todos los días de cómo es la vida, y que luchan para progresar”.

—¿Pensás que se está pensando estratégicamente desde el Ecom la región metropolitana?

—Si toda organización que vos hagas no está signada por lo político, yo te puedo asegurar que se consiguen y se hacen un montón de cosas con éxito. Yo no participo del Ecom, aunque tuve una reunión hace poquito y está la posibilidad de que la integre por primera vez. La verdad es que veía que las cosas se hacían políticamente. Muy gráficamente: la bajada de la autopista a Puerto San Martín no se hacía y se hacía en Bermúdez, no viendo la prioridad. Después terminó haciéndose en Fray Luis Beltrán y me vino bien, porque la ruta 11 está colapsada. Ahora hay gente nueva y con ideas diferentes, y es muy probable que empiece a participar del Ecom, pero en aquel momento estaba mi amigo Miguel Lifschitz y le dije: “No voy a hacer lío ahí, veo que el ministro tiene ganas de hacer la bajada de Bermúdez y no de Puerto San Martín, y la verdad es que no quiero participar”. Bueno, no participé, pero soy ferviente postulante de ese tipo de reuniones, porque sé que desde ahí, a pesar de que los intendentes somos todos egoístas, queremos las obras para nuestra ciudad y no pensamos en la región, y a veces eso choca contra estas obras grandes que hay que pensarlas en general y no en particular.

—Si pudieras elegir una obra estratégica para la ciudad, ¿cuál elegirías?

—Las obras estratégicas que nosotros nos planteamos cuando le propusimos venir a la Intendencia, fue terminar en poco tiempo el 100 por 100 de todos los servicios. Y en pocos años de gestión lo logramos. Después vinieron las obras de infraestructura enormes, el Estadio, el Teatro, la escuela de la Universidad Nacional de Rosario, en sus tres escuelas secundarias, que está vigente y ya están los chicos en cuarto año, pero hay una obra que supera a todas esas y es la casa propia del grupo Despertar, un grupo de entre 25 y 30 chicos especiales, que nos dan lecciones todos los días de cómo es la vida, y que luchan para progresar, a través de este acompañamiento que hacemos con un equipo psicopedagógico, tienen un equipo de teatro, inauguraron el teatro de Puerto San Martín, que es una belleza y la verdad es que es la obra más grande que hemos hecho, y que yo admiro, a pesar de las magníficas obras grandes para la mirada de la gente, entre ellas la barranca, la contención del arroyo San Lorenzo, cuando nos criamos ahí estaba signada por ranchos, cada persona que salió de ahí se hizo su casa, se ha hecho durante tantos años.

—¿Una obra estratégica para la región?

—Las obras estratégicas para la región, que no dependen de mí, son las entradas a las terminales portuarias, donde no se ha invertido absolutamente nada desde el 2001, que estoy aquí, hasta la fecha. En aquel momento había 10 millones de toneladas y hoy hay 150 millones. Las entradas siguen siendo las mismas. Es una obra regional importante, porque arranca al otro lado de Rosario, continúa por la A012, circunvala Roldán, entra a San Lorenzo por el camino de la Cremería, la entrada a Puerto San Martín por la calle Perón, bueno, no se ha hecho nada. Me tocaron seis gobernadores en mi gestión y ninguno hizo absolutamente nada, ni siquiera gestionar en la Nación para hacerlo. Si vos te vas a la Nación, mirás que con recursos nacionales hoy a los puertos del Amba hoy entran los camiones por un tubo. Y acá cuando entrás a la ruta 11 parece que estás entrando a Kosovo. Desde el 2001 hasta ahora me los fumé a todos y la verdad que hice cientos de viajes, pero ninguno hizo absolutamente nada por las obras de infraestructura que están afuera de nuestra ciudad, pero que generaría un alivio en la llegada de los camiones que cada vez son más, y que no se van a poder reemplazar por los trenes. Y eso no se logra precisamente sacándole a los intendentes los recursos de la tasa de camiones.

—¿Una obra estratégica para la provincia?

—Yo estoy pensando siempre en los caminos, las infraestructuras a los pueblos, los trenes, desde que sacaron los trenes la gente empieza a emigrar. Las rutas tanto nacionales como provinciales en esta provincia, que es estratégicamente industrial, son muy importantes. Cada demora en cruzar una vía, o un camino que esté roto, como la 11, como la 33 o la 34, son minutos. Multiplicalo por un millón doscientos mil camiones que entran en Timbúes y Puerto, es una eternidad que pierde ese camionero al llegar a la terminal. Esa es una obra estratégica para que la producción llegue con más ligereza a las terminales y que puedan descargar.

—Si tuvieras que definir la impronta de tu gobierno, ¿qué elegirías?

—Propusimos cuestiones estratégicas, sabíamos cómo estaba nuestra ciudad, no teníamos duda de cómo teníamos que urbanizar nuestra ciudad, mal urbanizada desde hacía muchísimos años. La impronta ya quedó, porque todo lo que prometimos lo cumplimos, y después fuimos por mucho más, cosas que no estaban en agenda. Hicimos todo, la cloaca, el gas, gratuitamente, porque no es fácil vivir en Puerto San Martín, es difícil vivir en esta ciudad industrial. Por eso es un mimo a la gente, para que pueda convivir con la empresa de al lado de su casa. Y sé que la impronta está, inclusive en los más chiquitos, porque me siguen diciendo Carlitos. Eso grafica un montón de que vamos a quedar en la historia.

Y esa es la impronta que le doy a los míos, que escuchen a la gente, que no se pongan de este lado del escritorio. Que se pongan en el lugar del que viene con un problema y que lo escuchen. Y esto es lo que hemos hecho, y por eso la gente nos sigue apoyando. Acá Milei ganó por paliza, Pullaro ganó por paliza, y el concejal nuestro ganó por paliza.

La gente supo identificar el trabajo de cada uno. Nosotros no tuvimos elecciones a intendente. Y eso es lo que le va a quedar a la gente. Creo que nunca se van a olvidar los que se ponían las bolsitas en los pies cuando no había ni una sola calle pavimentada para ir a la escuela. No podían ir si no iban con una bolsita de nailon en los pies atada, porque no había ni una vereda ni un camino. Hoy tienen todo y todos los servicios, y creo que es lo que la gente se acuerda. Porque a veces los intendentes trabajan en el centro o en los lugares más estratégicos, y no van a los barrios. Yo me dediqué exclusivamente a los barrios. Hoy, después de 20 años, estoy con los centros comerciales a cielo abierto, acá en el centro de la ciudad. Pero les llevé los pavimentos, les llevé las cloacas, les llevé el gas, y creo que esa impronta va a quedar en la gente, y no se va a olvidar.

Digo también que uno cumple también su ciclo. Me gusta, amo esto, vengo a las siete de la mañana, soy el primero que llega y el último en irse. Y creo que eso la gente lo sabe, y es el legado que les dejo a los pibes jóvenes que tengo, en cantidad, y que son unos fenómenos. Y los más viejitos ahí estaremos para darles un apoyo, y tratar de que esta ciudad siga creciendo, en el marco de lo que conté, una ciudad difícil. Yo me pregunté hace muchísimos años, ¿por qué vendrían a Puerto? Camiones, ratones, polvillo, palomas, trenes, olores, de todo, por eso lo que se ve en el oeste, la escuela de la Universidad, el camping municipal, el carrusel.

¿Pensar en un emprendimiento como Tierra de Sueños para Puerto San Martín? Eso era para Funes, para Roldán, para aquellos lugares. Bueno, hoy hemos logrado que las terceras y cuartas líneas de las grandes empresa se vengan a vivir a Puerto San Martín. Esto es lo que pensamos y soñamos con un grupito muy chico, cuando por primera vez hace casi 30 años fui electo concejal. Y eso lo hemos logrado y con creces.

—¿Qué le sobra y qué le falta al gobierno de Pullaro?

—Con Maxi me junté tres o cuatro veces, la verdad es que en un programa de televisión dije que me parecía que era peronista, porque se baja y se abraza con la gente. Le dije “flaco, si vos no cambiás te vas a quedar a vivir”. Pero charlando con él cuando íbamos para Punta Quebracho, yo le dije que es difícil chocar la provincia de Santa Fe, como es difícil chocar Puerto San Martín, si lo administrás como corresponde, si sos consciente de lo que manejás. Y él me dijo “Carlos, ya tengo los tres sueldos que decía (el ex gobernador Jorge) Obeid que había que tener guardado para sus trabajadores. Bueno, no le ha tocado un momento fácil, eso seguro, pero esta es una provincia que si la administra como corresponde…

Yo le decía que recibí esta ciudad con 325 empleados y hoy la tengo con 355, una cosa así. No fuimos unos locos. Sí hemos tercerizado algunas cuestiones, pero en realidad hemos sido coherentes en ese sentido.
Le falta mucho a la provincia y a Puerto. Sería muy mediocre si dijera que hice todo. Falta. Siempre en la ciudad hay que ir por más, y me imagino lo que debe ser la provincia. Por muchísimo más. Ojalá que hagan política, que tengamos un poquito más de credibilidad en la gente, porque la hemos perdido. Hay un mensaje, tanto para el gobernador como para mí, de que algo hay que cambiar. Si no tendrá el paso de la urraca o de la perdiz, volará hasta ahí nomás. Hoy hay que cambiar esa mentalidad.

—¿Te gustaría ser gobernador de la provincia?

—La verdad es que nunca estuvo en mi mente. Yo soy un negro de acá, de Puerto, de clase muy humilde. No me la voy a dar de humilde con ustedes, pero conozco lo que es el techo de chapa, el excusado, el piso de tierra, porque viví ahí. Y mi ciudad era tildada de los negros de puerto. La realidad es que nunca pensé estar en la política y a través del fútbol me hice conocido en toda la ciudad, y a alguien se le ocurrió que podía participar. Yo venía de un bar, de portuario, vendía vasos de vino, y nunca pensé que podía incursionar en la política. Cuando se me dio la oportunidad me dijeron que en seis meses le iba a pedir que vuelva al que estaba en ese momento, y la verdad es que hace veintipico de años que estoy y solamente con humildad, con trabajo, con tratar de que la gente viva un poquito mejor, lo pudimos lograr. No quiero ser más que intendente de esta ciudad y el día que me vaya de aquí me voy para mi casa. Lo tengo claro, independientemente de que tuve muchas propuestas de ser diputado, diputado nacional, senador provincial y dije que no. No quiero ser más nada de lo que soy, y el día que me vaya me voy a Belgrano 225, porque voy a seguir viviendo toda mi vida ahí.

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