La pandemia de coronavirus no perdona, y a la caída estrepitosa que sufren la televisión y el teatro se sumó también la industria cinematográfica que por estas horas, y luego de los años del macrismo que profundizaron la crisis, lamenta la cancelación de al menos 46 rodajes, por lo que autoridades del Sindicato de la Industria Cinematográfica (Sica) calculan que uno dos mil puestos de trabajo y alrededor de 50 millones de pesos en concepto de salario se perderán sólo el mes que viene.
Dentro de ese grupo aparece el rodaje de la película rosarina Vera, que por estos días estaba en etapa de preproducción y cuyo rodaje comenzaba el 31 de marzo. Se trata de un proyecto de Pez Cine, con guión y dirección de Romina Tamburello y Federico Actis, con protagónicos de las actrices porteñas Inés Estévez y Luciana Grasso, como madre e hija, con producción de Santiago King.
Más allá de un largo proceso de varios años, Vera había generado en este tiempo un equipo de trabajo que involucraba a cincuenta personas: treinta técnicos y veinte actores y actrices, completando el resto del elenco con artistas de la ciudad que surgieron de un casting.
“Este proyecto cuenta con el interés del Incaa en el formato de Audiencia Media, lo cual asegura el recupero del costo de producción del film a través del Subsidio de Medios Electrónicos del Instituto pero una vez estrenada la película, a un año de haber sido rodada, por lo que es muy difícil financiarla y llevarla adelante”, explicó King. Y agregó: “Frente a estas cuestiones, los productores independientes nos vemos obligados a salir a buscar inversores privados y apoyos o aportes de todo tipo, y nunca logramos cubrir el total de costos imprescindibles para esta etapa, siendo que en la etapa de rodaje es cuando más recursos del presupuesto se consumen”.
En gran medida, el dinero que se necesitaba para esta primera etapa de producción del film estaba destinado a los trabajadores y trabajadoras en los puestos de director de fotografía, director de arte, vestuarista, asistentes de dirección, jefa de locaciones, jefa de producción, asistentes de producción, realizadores, administrativos y ayudantes en varios rubros. “Lamentablemente, dada esta contingencia, todas estas personas debieron interrumpir sus tareas siendo que es insostenible para este tipo de producciones poder afrontar situaciones como estas. Porque además no hay apoyos ni subsidios previos que generen caja para poder sostener a todo un equipo en momentos de emergencia. De la misma forma se suspendieron las tareas del elenco, que en la semana de interrupción tenían planeados ensayos y pruebas de vestuario”, detalló el productor. Y completó contundente: “A dos semanas del inicio del rodaje teníamos muchísimos acuerdos cerrados, locaciones, proveedores de servicios como catering, movilidades, proveedores de equipos de cámara y luces. Tuvimos que suspender y nos vamos a tener que volver a sentar para re-planificar y acordar sus participaciones en la película. Lo mismo con la búsqueda de aportes como vestuario y hoteles, dónde teníamos muy avanzadas las gestiones y ahora se cayeron y tendremos que volver a negociar una vez que se reactive todo. Más allá del tiempo que lleve esto, que esperamos sea corto y se solucione todo cuanto antes, vamos a necesitar que cuando volvamos podamos seguir contando con los apoyos gubernamentales que ya teníamos, pero ahora más que nunca”.
La suspensión del rodaje de Vera, una película que se enmarca dentro de un nuevo género llamado Coming of Age (ver aparte), se suma a otras tantas suspensiones en todo el país.
En concreto, debieron ser detenidas o canceladas las grabaciones de 16 ficciones, 15 documentales y 15 publicidades programadas para los próximos treinta días de actividad, aunque Guido Valerga, secretario general del gremio que agrupa a los técnicos que trabajan en la industria cinematográfica y de publicidad en el país (Sica) explicó en las últimas horas a la agencia de noticias Télam que la entidad continúa con el relevamiento de datos y no descartaba que las cifras de la crisis sea aún mayores.
Por ejemplo: cuando se habla de los puestos de trabajo, se trata sólo de aquellos vinculados al sector de los comerciales (los que más trabajo generan), por lo que la cifra aumenta si se tienen en cuenta las referidas ficciones y documentales para cine.
Con respecto a la publicidad, esos dos mil puestos corresponden al número de técnicos perjudicados, pero no a la cantidad de trabajos que se realizan. “Estimamos que los puestos de trabajo perdidos son cerca de cuatro mil. Para algunos, que en el mes participaban de dos o tres filmaciones, hablamos de pérdidas de 60 mil pesos en sueldo; es una barbaridad”, agregó el dirigente sindical.
A esos números hay que sumarles los salarios de actrices, actores, extras, maquilladoras, vestuaristas, camiones y un gran número de trabajadores cuya facturación será nula mientras perduren las medidas de aislamiento social. Y seguramente inciertas, cuando la maquinaria del cine se vuelva a poner en marcha.
ACERCA DE “VERA”
Vera es un proyecto de largometraje de ficción, ganador del Concurso Federal de Desarrollo de Proyectos Raymundo Gleyzer del Incaa y del Premio Espacio Santafesino para el Desarrollo de Largometrajes que otorga el Gobierno de la Provincia de Santa Fe. “Vera es una película sobre la búsqueda del placer. Es también una historia de sexo, pero sexo como grito de rebeldía, con alegría, para escapar. Y sobre todo, sexo como un puente directo al lugar al que todos queremos cruzar: el descubrimiento de la propia identidad”, adelantan desde el equipo de producción del film. La película se encuadra dentro del género conocido como Coming of Age, un formato literario y cinematográfico que está comenzando a producirse en la Argentina, que narra el crecimiento de su personaje protagónico, generalmente desde la juventud hasta la adultez, donde son frecuentes las problemáticas vinculadas con la identidad sexual. Dentro de este género aparecen películas como Y tu mamá también, La vida de Adelle, Boyhood, Casi famosos y Juno, entre otras.