La actividad industrial marcó un quiebre durante agosto en medio de la depresión económica que golpea a la actividad rosarina. Según datos del Centro de Información municipal, el sector manufacturero mostró una mejora del 7,2% respecto al mismo mes de 2019, que se explica por una creciente demanda, pero que fue posible a partir de procesos productivos bajo estrictos protocolos y rotación de personal que mantuvieron las fábricas en marcha desde mayo.
Si bien el sector industrial no fue ajeno a los coletazos del coronavirus, ya que al día de hoy existe entre un 20% y 25% de ausentismo por contagios o contactos estrechos, las medidas sanitarias permitieron sostener el nivel de actividad. De hecho, para responder a la creciente demanda decidieron contratar más personal.
La secretaría de Desarrollo Económico municipal y la Asociación Industrial Metalúrgica, coincidieron en que la vuelta al trabajo escalonado (tras las primeras restricciones), la organización en turnos rotativos y el estricto cumplimiento de protocolos, evitaron contagios masivos y posibilitaron sostener la actividad a tal punto que los niveles de agosto marcaron una mejora respecto al 2019.
Dentro de la industria manufacturera, el rubro Metales, productos de metal y maquinaria marcaron una mejora interanual del 18%. El podio lo completaron Fabricación de componentes electrónicos con una suba del 7% y Vehículos y Transporte con un 6%.
Apertura responsable
Consultado por este diario, el secretario de Desarrollo Económico y Producción municipal, Sebastián Chale, sostuvo que la mejora indudablemente estuvo traccionada por la demanda, pero mucho tuvo que ver la posibilidad de que el sector mantenga una apertura responsable durante la pandemia.
“La industria vienen funcionando con normalidad desde mayo. No hubo nuevos cierres y eso dio horizonte y previsibilidad, los proyecto que había previamente se implementaron”, analizó el secretario municipal.
Además de los sectores destacados anteriormente, Chale hizo hincapié en el buen desempeño de la industria alimenticia en la zona y el efecto dominó que generó sobre los proveedores de ese rubro.
En cuanto a las dificultades por la pandemia señaló: “Hubo contagios, pero como las dotaciones estuvieron reducidas, se recluyó a los contactos y después se hicieron los hisopados. No hubo mucho cierre de planta, existió una rotación de recursos humanos que posibilitó disminuir los riesgos”.
Mayor demanda y cuidados
Consultado al respecto, el presidente de la Asociación Industrial Metalúrgica de Rosario (AIMR), Roberto Lenzi, reforzó la idea que consignó Chale y ponderó la conducta que hubo en el sector a la hora de respetar los protocolos.
Pese a las contingencias que se presentaron desde marzo, incluso con cierre de plantas por contagios, el titular de AIMR destacó los números que mostró la actividad. “La actividad industrial ha repuntado y algunos rubros como el metalúrgico con niveles por encima a lo que teníamos previo a la pandemia”, analizó.
Entre los motivos de la mejora, resaltó un nivel de demanda que se recupera “casi en forma normal”, acompañado del estricto cumplimiento de protocolos sanitarios en las plantas productivas, una conducta que evitó cierres o dificultades en la cadena de trabajo.
Lenzi explicó que el nviel de producción no se detuvo ante una demanda en ascenso. Y que si bien registran entre un 20% y un 25% de ausentismo por contagio entre empleados o aislamiento por contacto estrecho, el sector metalúrgico tuvo que tomar personal nuevo para sostener el ritmo.
“Al principio hubo que acostumbrarse a la nueva normativa, concientizar a la gente. Obviamente con elementos de seguridad. Hubo que distanciar los puestos de trabajo, rotar turnos, no se concentra mucha gente en los turnos de trabajo o para comer”, explicó el referente del sector que encabezó el repunte de la actividad local en agosto.
Realidades distintas
En el marco de la crisis económica provocada por la pandemia, los datos difundidos por el Centro de Información Económica expusieron realidades muy distintas entre los sectores que componen la actividad. Mientras la industria logró una mejora del 7,2% interanual, la construcción a gran escala registró una caída del 48,2% respecto al mismo mes del año pasado.
Ese contrapunto expone las posibilidades y las limitaciones que provocaron las restricciones preventivas en la provincia de Santa Fe. Es que en el primer caso la actividad se sostiene casi con normalidad desde mayo, mientras que por su parte, las grandes obras en construcción sufren dificultades en su avance a partir de la restricción de personal.
El mismo efecto colateral sufrió el sector de Servicios Privados que mostró una caída del 20,9% interanual. El impacto más severo dentro de este apartado lo sufrió el rubro Alojamiento y Servicios de Comida, que expuso un derrumbe del 61,2%, en medio de la inactividad producto de las restricciones por la pandemia.