La Fundación Pro Tejer advirtió sobre las graves consecuencias de la desregulación del comercio exterior y la falta de control sobre plataformas digitales, factores que facilitaron una “avalancha” de indumentaria proveniente de China de “dudosa calidad”. Según la entidad, esta situación pone en riesgo a toda la cadena textil argentina, que emplea a 500.000 personas, al obligarla a competir en condiciones totalmente desiguales.
El informe señala que la flexibilización del régimen courier y la ausencia de fiscalización permiten que productos chinos ingresen sin certificaciones, etiquetas, trazabilidad ni pago de impuestos, desplazando producción y empleo local. También destaca el impacto del modelo de Ultrafast Fashion, impulsado por plataformas como Shein, AliExpress y Temu, beneficiadas por subsidios estatales chinos que reducen drásticamente los costos logísticos.
Mientras países como Estados Unidos, México y miembros de la Unión Europea avanzan en regulaciones para proteger a sus industrias y consumidores, Argentina –según Pro Tejer– va en sentido contrario y desmonta herramientas clave de control. La entidad valoró iniciativas legislativas como la del diputado Miguel Ángel Pichetto, que propone aranceles específicos y registro obligatorio para compras en plataformas extranjeras, a fin de restablecer condiciones mínimas de competencia y evitar distorsiones en el mercado.