La banda neoyorkina de acid jazz Snarky Puppy, que este año fue galardonada con su segundo premio Grammy, regresará a Argentina para ofrecer un recital el próximo miércoles a las 20, en el estadio Luna Park, de avenida Madero 420 en el barrio porteño de Retiro.
Formada en Nueva York en 2004 por el compositor, bajista y productor Michael League -que se encuentra produciendo el nuevo álbum de Salif Keita-, la orquesta que se integra por 19 músicos más, encuentra su marca distintiva en la improvisación en vivo y la combinación de sonidos tradicionales, una identidad propia y la innovación conceptual.
«Siempre tuvimos un gran sonido como ensamble, pero el hecho de que seamos tantos músicos en cada instrumento es resultado de la necesidad. Todos tocan en otras bandas y necesitan libertad para hacer música con otros artistas o en sus proyectos solistas. Así que vamos rotamos a los músicos en las giras», explicó el bajista, en entrevista con Télam, sobre la formación que cuenta con tres bateristas, tres percusionistas, cinco tecladistas, tres guitarristas, un violinista y cuatro vientos.
La convergencia de los músicos de distintas regiones de Estados Unidos, la participación de un percusionista argentino, Marcelo Woloski, y las colaboraciones con artistas como Erykah Badu, Snoop Dogg, Kirk Franklin, Justin Timberlake, Roy Hargrove, y Marcus Miller, fueron produciéndose desde su comienzo, cuando la banda estaba transitando su adolescencia en la Universidad del Norte de Texas.
Con un pie en Argentina, League declaró: «Piazolla fue un gran compositor. Me sentí muy influenciado por sus trabajos. Me impresionó la pasión con la que componía y su atención en cada nota. Para él todo era importante y tenía su lugar. Pero sobre todo, se siente una fuerte vibra en cada una de sus grabaciones. Es asombroso. Marcelo me ayuda a conocer los ritmos folclóricos de Argentina».
Sobre las oportunidades de compartir escenario con artistas de otros géneros, League expresó: «Cada experiencia es singular y requiere distintas habilidades. Esas situaciones nos enseñan diferentes cosas. Creo que es algo sano para continuar alimentando a la música. Aprendemos de nuestras actuaciones con cada uno de ellos y lo incorporamos a Snarky Puppy».
Sin embargo, la orquesta prefiere mantener su identidad como banda instrumental y hablar de proyectos especiales cuando sumen una voz a sus actuaciones o graben álbumes con vocalistas.
«En nuestro núcleo -enfatizó- somos una banda instrumental; amamos explorar las posibilidades dentro de ese contexto. Tratamos de sacar a la luz nuestras personalidades y eso mantiene la originalidad, incluso si estamos apuntando a diferentes estilos».
Y en la misma línea, manifestó: «La banda está repleta de grandes improvisadores pero mi parte favorita de improvisar con Snarky Puppy es que lo hacemos desde la composición. Cada noche cambiamos nuestra forma de tocar sin planearlo. Mantenemos los oídos abiertos e intentamos crear una nueva identidad sobre nuestras melodías cada vez que las interpretamos».
Sobre su shows en Argentina y el presente de la banda, League charló con Télam:
-¿Cuáles son las emociones que se trabajan desde la música instrumental?
-No es algo tan específico como una emoción, per se. Trato de crear cosas que me hagan sentir algo. Melodías que ame tocar y también escuchar. Se trata de una sensación como cuando lográs realizar una idea y decís: «es justamente esto».
-¿Cómo es el proceso de creación?
-Es diferente por cada melodía pero siempre hay un concepto y trato de mantener la música de la «estrella del norte» en mi cabeza para mantenerme enfocado en la composición. Es fácil para mí irme por la tangente y perderme. Entonces empiezo con una idea que me gusta y la desarrollo de acuerdo al concepto pero siempre tratando de contar una historia.
-¿Cuál es tu opinión sobre la escena actual del jazz?
-A pesar de que nuestra música se aboca al jazz, no creo que ningún integrante de la banda siga la tendencia del jazz y la mayoría de los shows que vamos a ver no son de jazz. Dicho eso, hay un interesante desarrollo y fusión en Estados Unidos. Se está perdiendo el miedo de crear sonidos nuevos. En el pasado los artistas tenían temor y recelo de hacer algo que no estuviese establecido en la escena. Somos una combinación de culturas con una historia de innovación artística. No tenemos música tradicional así que tenemos que tomarla prestada de otras partes del mundo para formar nuestra identidad.
-¿En qué momento llega y qué significa haber recibido un segundo premio Grammy?
-Llega después de doce años y extensas giras, 1200 actuaciones, 11 álbumes y mucho tiempo juntos. Estamos comenzando a aceptar la idea de que la gente sepa quienes somos. Estuvimos mucho tiempo en la sombra y es un sentimiento nuevo para nosotros. Lo vemos de una forma saludable aunque el Grammy no nos hace ni importantes ni famosos. Y después de todo, ganar un Grammy no te hace una mejor banda. Somos musicalmente lo mismo que eramos el día anterior pero lo tomamos como una apertura hacia más oportunidades. Si te respetan, confían más en tus ideas.