En medio de las lluvias torrenciales que afectan la región y nuestra ciudad, se inundan los barrios y aumentan los riesgos de inundación en las zonas más postergadas de la ciudad. Tal fue el caso de los barrios Empalme Graneros, Nuevo Alberdi y Fisherton que en el día de ayer amanecieron con el agua hasta los tobillos, dentro de sus casas. Y entonces, la crecida del arroyo Ludueña vuelve a estar en el tapete.
Pero desde la Mesa Intersectorial por el arroyo Ludueña aseguran que la crecida del arroyo no es una «amenaza indomable ni impredecible», sino un «riesgo advertido y pronosticado desde hace tiempo» que no recibió el trato correspondiente por parte de las autoridades locales.
En diálogo con el portal Conclusión, Rodolfo Martínez de la Multisectorial por los Humedales aseguró que «más que la crecida de los arroyos, la amenaza son nuestros funcionarios que legislan sin voluntad para accionar ni jerarquizar las problemáticas más urgentes de la ciudad. Ni ayer, ni hoy, se vio presencia del Estado para canalizar y sacar el agua de las casas. Los barrios están abandonados».
«Obviamente a raíz de las últimas lluvias sale a la luz lo que venimos avisando hace más de dos años cuando nos empezamos a juntar las distintas organizaciones interesadas por tener una remediación sobre el arroyo Ludueña», reflexionó, y siguió: «Lo preocupante es que hay cosas que ya habíamos avisado como la contaminación que se da en las zanjas, que no siempre es culpa de los vecinos, ya que esa basura llega también de otros lados y después son los mismos vecinos los que terminan organizándose para destapar todo porque esperar que venga el Estado es morir».
Puntualmente sobre las lluvias de estos últimos días, Martínez alertó: «Afortunadamente el río Paraná estaba abajo lo que permitió que el agua del Ludueña escurra y no se estanque, porque no sólo estos residuos plásticos se van acumulando sino que las últimas obras que se hicieron en la desembocadura del arroyo donde hay una guardería no están gestionando bien los sedimentos de la tierra que socavaron y se están acumulado al final de la desembocadura».
«Venimos pidiendo que se genere una mesa institucional para que entre la provincia y la intendencia le pongamos el cascabel al gato», reiteró y lamentó que eso no suceda. «Argumentaban que el gobierno anterior no tenía voluntades de la intendencia por eso lo que hemos solicitado es que ahora, al haber un color más afín, se faciliten esas conversaciones, pero ya hemos entregado una nota y todavía no tenemos fecha para reunirnos, y lo más lamentable viene del Consejo Deliberante, que debería ser el órgano más representativo de todos los rosarinos, pero el lunes pasado no tuvieron ni siquiera la dignidad de avanzar en la audiencia pública sobre el Ludeña».