El fiscal federal Jorge Di Lello sigue evaluando la treintena de Reportes de Operaciones Sospechosas (ROS) bancarias que corresponden a la hija de Hebe de Bonafini, María Alejandra, al exapoderado de la Fundación Madres de Plaza de Mayo, Sergio Schoklender y otros imputados, en el marco de la investigación por supuesta defraudación y lavado de dinero en la construcción de viviendas.
Así lo informaron fuentes judiciales a Noticias Argentinas las cuales dieron cuenta que para la próxima semana, el fiscal tiene previsto acompañar un escrito en el que requerirá medidas para avanzar sobre esos ROS que aportó la Unidad de Información Financiera (UIF) días atrás y que involucran a varios de los imputados en la causa que lleva el juez Norberto Oyarbide.
Di Lello determinará cuáles de los ROS pueden ser útiles para la causa, ya que son de entre 2001 y 2011, y puedan aportar información en cuanto al movimiento de dinero de algunos de los imputados.
«Algunos de los ROS puede que tengan que ver con otros hechos y sirvan para emprender otras causas ajenas a ésta», indicó una fuente judicial a NA.
Entre esos reportes, hay dos que corresponden a María Alejandra Bonafini, quien se apartó de la dirección de la Fundación Madres de Plaza de Mayo el pasado viernes por una presunta pelea con su madre Hebe de Bonafini, aunque de la entidad lo negaron y dijeron que ella decidió irse por propia voluntad.
Esos dos reportes sospechosos bancarios de María Alejandra son por sumas de 50 mil dólares y 100 mil pesos.
La mayoría de los otros ROS aportados a la causa corresponden a la financiera Monetización S.A, donde se supone que Sergio Schoklender habría cambiado varios de los cheques del programa «Sueños Compartidos», de la Fundación Madres de Plaza de Mayo.
Algunos otros -según las fuentes- son del empresario Fernando Caparrós Gómez, quien sería el dueño de Monetización, y quien vendió la constructora Meldorek a Sergio Schoklender.