Un juzgado de Familia de Rosario autorizó a una mujer separada y sus tres hijas a radicarse en Uruguay, El fallo se basa en la falta de ayuda económica de su ex marido y padre de las chicas, pero también tuvo en cuenta la inseguridad que se vive en Rosario

El fallo lleva la firma de los integrantes del juzgado de Familia 5 (juez Ricardo José Dutto, y juezas Sabina Margarita Sansarrico y Milca Milena Bojanovich), se autoriza a la mujer con tres hijas, dos de ellas menores de edad, a que se trasladen a la ciudad de Paysandú donde viven familiares maternos y paternos de la señora-, donde vivirán en la casa de su madre y ya tiene asegurado un trabajo, según la documentación presentada ante la Justicia.

En declaraciones a LT8, la Defensora General 7, Elvira Sauan, señaló que «tras divorciarse de su marido, la mujer no encontraba trabajo y empezó a ser ayudada por sus vecinos, quienes le consiguen un trabajo como empleada doméstica y le ayudan con comida. Lo que ganaba acá le resultaba insuficiente para cubrir los gastos de sus tres hijas. Se dio también que en diciembre tenía que reintegrar el inmueble que alquilaba porque no lo podía pagar»

La funcionaria judicial agregó que «cansada de esta situación le comienza a pedir ayuda a su familia materna y paterna, que vive en Uruguay. Allí consigue un trabajo como empleada administrativa en una empresa y una casa donde poder vivir».

Sauan comentó que la mujer sufrió violencia de género económica y emocional por parte de su ex pareja, como también «destrato hacia sus hijas», quienes al ser consultadas sobre la posibilidad de trasladarse a Uruguay dieron su conformidad.

«Ella se encuentra con un padre ausente y cuando les comenta la situación a sus hijas las tres dan su conformidad. Consigue colegio para las dos menores y la mayor puede seguir sus estudios universitarios. También le cambia la situación habitacional porque se va a vivir a la casa de su mamá, que es una casa grande».

La resolución judicial consideró los argumentos de inseguridad indicados por la solicitante y sus hijas, quienes vivían en barrio Godoy, una de las zonas de Rosario más «pesadas» por hechos de narcocriminalidad.

«Cuando planteamos la demanda, además de la situación laboral y habitacional, manifestamos que la ciudad vecina (Paysandú) es tranquila, donde las chicas pueden estudiar y movilizarse sin problemas. Acá vivían en una de las zonas más peligrosas», explicó Sauan.

El juez Dutto resaltó que «Rosario es la ciudad donde el 41% de las familias sufrió algún tipo de robo o tentativa y que entre los damnificados más perjudicados figuraban el distrito sudoeste, donde residía esta familia, y el sur. Y que también Rosario encabeza la tasa de criminalidad en el país, con 10,5 homicidios por cada 100 mil habitantes, que es el doble de la media nacional según el Ministerio de Seguridad (5,3%)».