Por Gisela Romero, desde La Paz (Entre Ríos)
El Tribunal de Juicio y Apelaciones de Paraná con asiento en La Paz (Entre Ríos) decidió este viernes condenar a Joe Lemonge, un varón trans, por considerarlo “autor material de homicidio en grado tentativa” a una pena de cinco años y seis meses de prisión. La lectura de la sentencia empezó poco después del mediodía y duró casi dos horas. Durante toda la audiencia, Joe fue tratado en femenino a pesar de que su identidad autopercibida es masculina.
El hecho que se le imputó ocurrió el 13 de octubre de 2016 en su vivienda en el barrio Hipólito Yrigoyen de Santa Elena. Aquel día, Joe fue atacado por dos varones en su casa y al defenderse de las agresiones hirió a uno de ellos en el cuello, según declaró ante la Justicia.
La jueza Cristina Lía Vandembroucke entendió que Joe Lamonge es autor material de homicidio en grado de tentativa y lo sentenció a la pena de 5 años y seis meses de prisión de cumplimiento efectivo. El fiscal Santiago Alfieri había pedido 8 años de prisión. El 11 de mayo a las 9 de la mañana se leerá el fallo completo. El joven permanecerá en libertad hasta que la sentencia quede firme.
La jueza dispuso además que se decomise el arma involucrada en el hecho –un rifle de aire comprimido transformado en calibre 22– y la ropa del hombre que resultó herido. También, que se mantenga en depósito por un año el arma casera secuestrada.
Durante una hora y 59 minutos, la magistrada leyó la parte resolutiva de la sentencia. Fue escuchada en el recinto por Joe, su abogado defensor, Fernando Báez, y el fiscal Santiago Alfieri. La madre del joven, Genoveva Mendoza, ocupó una silla en la primera fila. Un grupo de alumnos de una institución educativa de la localidad también se ubicó en el sector destinado al público. Afuera quedaron integrantes de la agrupación política Sexualidades Disidentes que llegaron desde Paraná para acompañar a Joe.
Lo trataron en femenino “por cuestiones legales”
El silencio fue total mientras la jueza esbozó algunos fundamentos del fallo, e incluso cuando explicó al imputado que sería tratado con el género femenino por cuestiones legales, por no tener actualizado su DNI, y hasta cuando comunicó la pena. “Más allá de la identificación que claramente Usted ha manifestado ante este Tribunal a lo largo de las audiencias, legalmente no tiene hecho el cambio de género y por ende en la sentencia voy a tratarla con el género femenino, sin que ello signifique desconocer y de ninguna manera no respetar la calidad de transgénero que ha invocado. Pero por cuestiones legales debo tratarlo por el género que ostenta legalmente”, justificó Vandembroucke.
Recién cuando Vandembroucke abandonó la sala, la madre abrazó a Joe e increpó al fiscal, advirtiéndole que habían condenado a un inocente.
“Le dije a mi novio que me iba libre y me dieron cinco años”
Cuando Joe se encontró cara a cara con quienes llegaron para sostenerlo, habló, bajo la lluvia, frente a la sede de los Tribunales locales. “Le dije a mi novio que me iba libre y me dieron cinco años. Quiero que toda la comunidad se levante”, dijo ante Presentes. “La jueza es un monstruo. No puede ser llamada mujer. No apoya a las mujeres menos a un trans de mierda. Mi novio está fuera del país, mi amiga está en otra ciudad y todos ustedes compañeros están lejos. No tengo nada que perder. Así no sigo”, contó llorando.
Nadie de los que estaban ahí esperaban que la jueza desestimara la legítima defensa y condenara a Joe. En medio del tumulto, Genoveva Mendoza elevó su voz y dijo: “Estamos vivos y vamos a dar batalla. Dios está con nosotros”.
Una vida marcada por el acoso
Joe contó que desde la adolescencia se sintió señalado por gran parte de los vecinos de Santa Elena. Bromas, chistes, chascarrillos e insultos formaron parte de su cotidianidad. Dijo que cuando caminaba por el barrio o iba al kiosco de la zona, sabía que no se harían esperar las bromas por su orientación sexual y por su identidad de género.
Con el correr de los años las acciones violentas aumentaron y hacia 2016 comenzaron a hacerse presentes en su propia casa. Tres varones, siempre los mismos vecinos, lo increpaban cara a cara. Joe contó que no podía sentarse junto a su papá o su mamá en el patio porque lo acosaban permanentemente. Siempre tenía que salir con la moto o en el auto de sus padres, escoltado, “para evitar las hostilidades”. “A esta gorda tortillera, a este macho viejo, hay que matarlo, le voy a quemar la casa”, contó que lo decían.
El 13 de octubre de 2016, según relató Joe, alrededor de las 7 de la mañana dos varones se presentaron en su vivienda a los gritos y lo increparon. Dijo que uno de ellos intentó ingresar. Forcejearon y Joe resultó herido en una mano y pensó: “Este es el final, hoy se termina”. Relató que alcanzó a correr a una pieza donde había cosas en desuso. Intentó agarrar un fierro para defenderse, pero tomó un arma que terminó disparando sin querer e hiriendo a uno de los agresores.
Minutos después, Joe contó que fue a la comisaría, pero no le tomaron la denuncia. Sin embargo, terminó denunciado por el ataque y por supuesta venta de estupefacientes. En el allanamiento realizado en su casa la policía no encontró drogas.
“Desde el primer día se ensució tanto la cancha que fue horrible, y la secuencia de los hechos hizo que terminara como terminé: sin nada. Mi padre falleció a la semana de los hechos, estuve detenido en la Jefatura de La Paz y luego 30 días con prisión domiciliaria. A mi papá no lo pude ver más, tuve que ir esposado y con custodio al velorio. Al mes fue el incendio a la casa y sabemos quién fue porque hubo testigos, pero de mí no se ocuparon ni un instante, ni siquiera con apoyo psicológico”.
Contó que en 2017 se mudó con su madre por tres o cuatro meses a una casita de campo “porque las amenazas eran que iban a volver a terminar lo que empezaron y me iban a matar. Perdimos todo con mi vieja”.
Un proceso signado por la transfobia
Esta semana, organizaciones de la diversidad sexual se movilizaron frente a la casa de Entre Ríos en Buenos Aires para denunciar transfobia de la Justicia, y entregaron un documento. Entre otras cosas, el escrito señala que Joe “fue sometido a un proceso signado por la transfobia, discriminación en su lugar de origen, y sin ningún tipo de acompañamiento terapéutico, asistencia, o ayuda (…). La defensa en un contexto de hostigamiento sistemático y de vulneraciones de derechos humanos no puede ser tratada por la justicia como una agresión más. La justicia no puede ignorar que estos ataques fueron por ser un varón trans, además de que debe meritar el contexto de vulnerabilidad social de Joe y su familia”. (Fuente: AgenciaPresentes.org)