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La Justicia federal procesó a 23 miembros del clan Los Monos

La banda operaba desde la cárcel de Piñero, donde estaban presos los cabecillas, que contaban con el apoyo de sus mujeres.

A un mes del operativo Los Patrones, que a fines de noviembre desbarató parte de la banda Los Monos que operaba desde la Unidad Penitenciaria de Piñero, la Justicia Federal procesó por tráfico de estupefacientes a 23 personas sobre las que dictó embargos y prisión preventiva. En el mismo fallo, el juez Marcelo Bailaque ordenó la detención de tres personas y citó a indagatoria a otras 13 bajo apercibimiento de dictar su rebeldía.

La investigación se inició hace un año en torno a un búnker de drogas de zona sur desde el cual buscaron dar con los eslabones más altos de la cadena de comercialización y así llegaron al corazón de la banda Los Monos que operaban dos de sus líderes desde prisión. A fines de noviembre, la Policía Federal realizó casi medio centenar de allanamientos simultáneos en el centro y sur de Rosario y en las provincias de Corrientes y Chaco, donde se incautaron alrededor de 700 kilos de marihuana y 11 de cocaína, además de precursores químicos, armas y vehículos.

Según la resolución dictada anteayer, la banda era manejada desde la cárcel de Piñero por “Guille” Cantero y “Ema” Chamorro a través de sus respectivas mujeres, Vanesa Barrios y Jésica Lloan, quienes ejecutaban sus directivas recibidas de forma telefónica desde el penal o a través de las visitas que realizaban. Los cuatros fueron procesados como presuntos coautores del delito de tráfico de estupefacientes, agravado por la participación de tres o más personas, lo que comprende una asociación ilícita, en calidad de “organizadores”.

Entre el resto de los procesados, todos vinculados a Los Monos con distintos roles y jerarquías, figuran desde los “soldaditos” a cargo de la seguridad en los puntos de venta hasta encargados de proveer la droga, incluyendo a quienes facilitaban el almacenamiento y la logística a la organización.

Entre ellos Horacio “El Viejo” C. y Daniel M., fueron procesados por “producción y comercialización de estupefacientes” con prisión preventiva. A ambos se les atribuyó “ocupar un rol importante en esa organización al ser el primer encargado de elaborar la cocaína que era distribuida por la misma en las distintas bocas de expendio” y por “colaborar en la elaboración y distribución de ese estupefaciente”.

Otras 14 personas, la mitad mujeres, fueron procesadas con prisión preventiva por “comercializar estupefacientes” con el agravante de haber intervenido más de tres personas en forma organizada y siempre vinculados al clan Los Monos.

Entre ellos figura Diego Cuello, absuelto en la escandalosa causa conocido como “Narcochacra”, quien aparece en las escuchas como “Amigo” o “El muchacho del Pollo” a quien le imputan “poseer un rol importante en la organización proveyendo estupefacientes a la misma, que almacenaba en el domicilio ubicado en calle Dorrego al 20 bis”.

Otras dos personas, Elizabeth C. y Andrés L. fueron señalados como coautores del delito de transporte de estupefacientes. En tanto Cristian T. fue procesado como responsable de almacenamiento de estupefacientes.

Bailaque trabó embargos sobre los cuatro organizadores por la suma de 40 mil pesos cada uno, y 20 mil por cabeza de los 19 procesados restantes.

También ordenó la detención de Jonatan F., Eliana C. y una persona individualizada como “Paola Vega” o “Tito” a fin de recibirles declaración indagatoria.

Por último dictaminó un plazo de cinco días para que 13 sospechosos comparezcan a prestar declaración indagatoria en la causa bajo expreso apercibimiento de ser declarados rebeldes y dictar su captura.

Tres mujeres lograron una morigeración de la sanción y están bajo prisión domiciliaria por tener a su cargo niños menores, aunque el fiscal federal Marcelo De Giovanni, que impulsó la investigación, ya apeló esa decisión que se encuentra en la Cámara.

Organización

“Se puede apreciar del desarrollo efectuado el rol de co-organizadores que tenían las cuatro personas, pues más allá de que tanto Lloan como Barrios ejecutaban las decisiones de Chamorro y Cantero, básicamente por tener mayor capacidad de hacerlo materialmente por estar ambas en libertad, mientras ellos no, la actuación de ambas fue imprescindible también para organizar el esquema y llevar adelante las actividades delictivas de todo el grupo”, señaló el magistrado. En línea con la posición sostenida desde el Ministerio Público Fiscal, a la hora de resolver la situación procesal de los imputados el juez asignó a las dos parejas el rol de organizadores de la estructura delictiva dedicada al tráfico de estupefacientes, mientras que para el resto la calificación legal fue la de presuntos autores de violaciones a la ley de estupefacientes, bajo distintas modalidades.

A un penal Federal

El magistrado dedicó un párrafo aparte a señalar la particular situación de Ariel Cantero y Emanuel Chamorro, quienes a pesar de encontrarse privados de la libertad no tenían inconvenientes en mantener comunicaciones telefónicas con sus respectivas parejas para manejar el negocio del tráfico de estupefacientes. “Corresponde señalar que se encontraban detenidos en la Unidad provincial de Piñeiro y que esa situación de detención previa ofrece dos conclusiones; una es que ambos tenían antecedentes penales siendo que estaban, y continúan estándolo, detenidos a disposición del poder judicial de la provincia de Santa Fe, y otras es que, estando ambos detenidos, igualmente tenían capacidad desde la unidad de detención como para organizar la estructura funcional para la comisión de estos delitos”, apuntó Bailaque.  Como consecuencia de ello, el magistrado ordenó el traslado de ambos desde la cárcel de Piñeiro –bajo la órbita del gobierno provincial- hacia algún instituto de detención dependiente del Servicio Penitenciario Federal.

Pollo

“En virtud de las numerosas intervenciones telefónicas y prórrogas de las mismas que se fueron ordenando en autos, se fue conformando un cuadro de situación a raíz del cual se pudo establecer las distintas conexiones entre las personas que iban surgiendo durante la pesquisa, pudiéndose establecer las personas que ocupaban los escalones superiores de esa organización delictiva”, dice un párrafo del fallo donde se transcribe el léxico que utilizaban para realizar los pedidos de cocaína que mencionaban como pollo. “Traeme un poco de pollo”, se escucha en varios audiones en tanto algunos son pedidos más específicos y reclaman “escama”, “pura”, “especial” y “ala”.

La despedida de Berni de Rosario

“Después de un año de investigación, podemos demostrar de una vez y para siempre que los Cantero y los Chamorro son una organización narcocriminal”. Con esta frase, y con un súper operativo el es secretario de Seguridad de la Nación se despedía de Rosario, donde estuvo 19 meses, dejando en claro que el operativo realizado por las fuerzas federales ponía fin a la megabanda de Los Monos, a la que nunca se había acusado por narcotráfico.

No fue el único operativo en el que Berni golpeó al narcotráfico en Rosario. En setiembre de 2013, detuvo a Delfín Zacarías en una casa de Funes cocinando 300 kilos. Y este año, en setiembre, desbarató la banda que contaba con la participación de ciudadanos extranjeros y un médico oncólogo rosarino que intentaban traficar cocaína simulando ser granos de arroz.

Berni siempre dejó en claro la dificultad de trabajar con la Policía de Santa Fe, ya que en la mayoría de las causas aparecían agentes involucrados.

La banda de Los Monos tuvo un polémico paso por la Justicia provincial, donde el juez Juan Carlos Vienna comenzó investigando el crimen de Martín Paz y terminó procesando a 35 personas, muchos de ellos policías, por asociación ilícita. Sin embargo, se estableció un proceso abreviado que nunca llegó a consumarse, ya que tres miembros de la banda; Guille Cantero, Ema Chamorro y Leandro Vilches estaban procesados por el crimen de Diego Tarta Demarre. Por la asociación ilícita y el homicidio debían purgar 9 años de prisión, lo que desató un escándalo que determinó que la condena nunca se homologara.

En ese proceso, además, se cuestionó la relación entre el juez Vienna y el padre de Martín Paz, ya que protagonizaron varios viajes a Las Vegas. Sin embargo, la Justicia dejó sin efecto las acusaciones contra Vienna.

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