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La Justicia ordenó que Amelong vuelva a la cárcel

El Juzgado federal N° 4 de Rosario ordenó el traslado a la Unidad 34 de Campo de Mayo del represor que estaba cumpliendo condena en su domicilio en Fisherton. Ya tiene tres condenas a prisión perpetua por delitos de lesa humanidad

El único lugar para un genocida es la cárcel repiten siempre los organismos de derechos humanos, en este caso la Justicia escuchó y ordenó que Juan Daniel Amelong sea trasladado a la Unidad 34 de Campo de Mayo. El ex integrante de la patota de Guerrieri cumple prisión domiciliaria en Fisherton desde fines del año pasado. Había sido una discutida decisión de la Cámara Federal de Casación Penal, que le otorgó el beneficio en las cuatro causas en las que fue condenado por delito de lesa humanidad, durante la última dictadura.

Amelong ya tiene tres condenas a prisión perpetua y una de 14 años por sustracción de una menor de 10 años en Paraná, Entre Ríos. Además el juez federal Nº4 de Rosario, Marcelo Bailaque, le dictó la prisión preventiva en una causa también por delitos de lesa humanidad, por el secuestro y desaparición del militante campesino de la provincia de Mendoza, Miguel Membrive.

Los argumentos de la defensa de Amelong para solicitar la prisión domiciliaria habían sido que el “Teniente Daniel” -el apodo que tenía durante la represión ilegal en el Batallón de Inteligencia 121- cumplió 70 años y tiene problemas de salud que no pueden atenderse en el Servicio Penitenciario.

En septiembre de este año, la Cámara de Casación ya había rechazado el pedido de domiciliaria, por lo que la Fiscalía pidió que se ordene su regreso a una cárcel comun. 

En ese momento el juez Gustavo Hornos había señalado que “del informe se desprende que se realizaron evaluaciones cardiológicas y neurológicas, las cuales indicaron que no posee alteraciones clínicas ni funcionales y que se encuentra compensado desde el punto de vista cardiovascular”.

Para el magistrado, “tal como surge de las conclusiones del Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Juan Daniel Amelong no presenta afectaciones que permitan encuadrar su caso en ninguna de las previsiones” que otorga el beneficio de la prisión domiciliaria.

Miembro de una patota criminal

Amelong fue sindicado por numerosos testimonios de sobrevivientes de la dictadura y por prueba documental como uno de los integrantes de la “patota” del Destacamento 121 de Inteligencia de Rosario, que guiaba Oscar Pascual Guerrieri en los primeros años de la última dictadura cívico-militar.

Ese grupo operó en el circuito represivo conformado por los centros clandestinos de detención Quinta de Funes, La Calamita, Fábrica Militar “Domingo Matheu”, la escuela Magnasco –utilizada durante el verano de 1978, mientras no había clases, como prisión ilegal de 14 militantes montoneros secuestrados en la Quinta de Funes– y La Intermedia.

El compromiso de Amelong con el terrorismo de Estado y su disposición a cometer crímenes de lesa humanidad no sólo quedó de manifiesto en su participación personal en esos hechos como miembro del Ejército, sino en la decisión de su familia de prestar a la institución castrense para objetivos ilícitos el predio del centro clandestino “La Intermedia”, en inmediaciones de Timbúes, la casa de fin de semana familiar.

Según el testimonio del ex Personal Civil de Inteligencia (PCI), Eduardo Costanzo, también condenado, allí fueron asesinados los 14 militantes de la organización Montoneros que estaban cautivos en la Quinta de Funes, una vez que tras la fallida “Operación México” para matar a la cúpula de esa organización política armada, la prensa de aquél país dio a conocer la existencia del centro clandestino ubicado en las afueras de la ciudad de Rosario.

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