La Justicia de Los Ángeles negó en las últimas horas una solicitud presentada por el abogado de Britney Spears en noviembre pasado para destituir al padre de la cantante como su único tutor, decisión que no está vinculada al testimonio que dio la artista la semana pasada en la que lanzó graves acusaciones contra aquellos que administran su tutela desde hace años.
Britney, quien cumplirá 40 años en diciembre, estuvo bajo la tutela de su padre Jamie desde 2008 y de acuerdo con documentos judiciales filtrados recientemente, controló no sólo la fortuna de 60 millones de dólares de su hija, sino también todos los aspectos de su carrera y vida íntima, desde los términos de sus shows en Las Vegas hasta si podría reemplazar los muebles de su cocina.
Hace siete meses, la artista exigía a través de un pedido realizado por su abogado que un fondo llamado Bessemer Trust se convirtiera en su único responsable, pero la Justicia se lo denegó. «La solicitud del curador de suspender a James P. Spears inmediatamente después del nombramiento de Bessemer Trust Company of California como único curador de la herencia se niega sin perjuicio», indicaron los documentos judiciales presentados ayer, según el sitio especializado Variety.
Las nuevas presentaciones judiciales son otro revés legal para la cantante, pero no son novedad para Britney: Samuel Ingham III, su abogado, había presentado la solicitud para remover al padre de Spears en noviembre de 2020, afirmando que su cliente tenía «miedo de su padre» y se negaría a actuar de nuevo, si su padre continuaba a cargo de su carrera.
En ese momento, la Justicia se negó a suspender a su padre de la tutela, aunque no descartó futuras peticiones para su remoción o suspensión. Además, en ese momento, el juez nombró a la compañía financiera Bessemer Trust como co-curadora.
La semana pasada, Spears se dirigió públicamente a la Corte por primera vez durante su tutela que ya lleva 13 años, y dijo que su padre disfruta controlando su vida, que la obliga a utilizar un DIU e incluso habló de «explotación».
Cabe señalar que su vida cambió por completo en 2008, cuando sufrió un colapso mental en medio de su peor momento personal y profesional. Desde entonces, su progenitor quedó a cargo de todo y aunque en más de una oportunidad aseguró que estaba conforme con esta dinámica, recientemente calificó como «abusiva» la conducta de su padre y comparó a la tutela con una «cárcel».
«Quiero poder casarme y tener un bebé. Me dijeron que no podía. Tengo un DIU, pero no me dejan ir al médico para quitarlo porque no quieren que tenga más hijos. Esta tutela me está haciendo mucho más daño que bien», relató. Y reveló que fue medicada con litio, contra su voluntad: «Es una droga fuerte. Me sentí borracha, ni siquiera podía tener una conversación con mi mamá o mi papá sobre nada. Me tenían con seis enfermeras diferentes».
A su vez, la cantante agregó: «Me siento intimidada, excluida y sola. Estoy cansada de sentirme sola. Merezco tener los mismos derechos». También declaró que tanto su madre, Lynne Irene Spears, como su hermana, Jaime Lynn Spears, están de acuerdo con los manejos de su padre.
Mientras tanto, sus seguidores impulsaron el movimiento #FreeBritney en las redes sociales, preocupados por su salud. El pedido desesperado por el fin de la tutela se acrecentó en febrero pasado con el lanzamiento del documental Framing Britney Spears, en el que la cantante cuenta parte de lo que vivió. Por lo pronto, la cantante tendrá que esperar hasta la próxima audiencia del 14 de julio para ver si finalmente podrá tener autonomía sobre su vida.