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La Kawasaki Ninja fue eje en el juicio a Los Monos

Una jornada trabada por las objeciones de la Fiscalía fue la de este jueves. La herramienta utilizada para impedir el avance de la prueba de la defensa fue la constante.

Las motos son una pasión del juez Juan Carlos Vienna. Es un secreto a voces su hobby y las recorridas que le gusta hacer sobre dos ruedas. Este gusto dejó a la vista su relación con Luis Paz, el padre de Martín “Fantasma” Paz, asesinado en septiembre de 2012, cuyo homicidio derivó en la megacausa por asociación ilícita contra el clan Cantero. El negado vínculo con el padre de la víctima, a quien sólo aceptó conocer como familiar del joven asesinado, se vio desvirtuada en la audiencia de este jueves del juicio a Los Monos. Testigos hablaron sobre Martín Paz, sus negocios, su padre, Vienna y la famosa moto Kawasaki Ninja incautada en el local de un empresario narco. Mientras tanto, dos fiscales que declararon en la sala, quienes habían tenido en sus manos denuncias contra el magistrado, no pudieron reconocer sus propios legajos.

Una jornada trabada por las objeciones de la Fiscalía fue la de este jueves. La herramienta utilizada para impedir el avance de la prueba de la defensa fue la constante. Los defensores Fausto Yrure y Carlos Edwards plantearon en un inicio la parcialidad del juez instructor Juan Carlos Vienna y su relación con el ex mánager de box Luis Paz. En este marco declaró el ex dueño de la conocida concesionaria Spadoni Motors, que estaba ubicada en Mendoza al 1600.

Ariel Spadoni contó que se dedicó a la venta de motos durante unos 10 años.  El 1° de julio de 2013 fue detenido en una causa por narcotráfico conocida como Peras Blancas, dónde en febrero de 2016 fue condenado a 12 años de cárcel por el envío de 1.235 kilos de cocaína a Europa. El juez Vienna era un cliente de la concesionaria desde 2010, aproximadamente. Las motos podían distinguirse desde el exterior del local en una imponente vidriera de unos 25 metros de largo.

En el mundo de las motos, la concesionaria era una referencia obligada y grupos de motoqueros iban los sábados al local a charlar de estos fierros, café y facturas de por medio. En esa circunstancia el dueño y Vienna mutaron la relación comercial a una amistad. Compartieron viajes en grupos motoqueros, a Victoria, cruzando el río, o la bonaerense San Pedro; comían asados con el resto de los amantes de estos fierros, declaró Spadoni.

El juez pasaba a ver motos en el local. Compró una primera moto Kawasaki Versys de 600 centímetros cúbicos que luego cambió por una BMW de 800cc. Finalmente entregó ese rodado y adquirió una BMW de 1200cc, relató.

En un momento Vienna le dijo que tenía un amigo, un conocido que tenía una moto que quería vender. Cuando el magistrado le contó la historia de la moto se dio cuenta que ya conocía el rodado. Es una moto “un poco particular”, era una Kawasaki ZXR de 1000cc. La habían importado desde Buenos Aires y nunca fue patentada. Un tal Chino, quien tenía una concesionaria en Cruz Alta (Córdoba), fue el primer destinatario de la moto y se la vendió a un mecánico rosarino que nunca la patentó. Pasó por otras manos y luego llegó al dueño de la disco Yamper –donde estuvo Claudio “Pájaro” Cantero minutos antes de que lo mataran frente a un boliche villagalvense–, quien la llevó a la concesionaria para vender. “Pero la retiró poco después, porque logró venderla particular y me pagó la comisión”, dijo Spadoni, quien añadió que entonces le perdió el rastro. La moto volvió a aparecer con el amigo de Vienna: Luis Paz.

La Kawasaki era muy particular, incluso su color y no había muchas. Era una moto pistera y no tenía los papeles. “Era complicado conseguirlos porque nadie quería patentarla y pagar la deuda”, dijo Spadoni. Esa moto fue secuestrada el 12 de septiembre de 2013 en el allanamiento a la concesionaria por el caso Peras Blancas. En el acta de secuestro, algunas fuentes del caso refieren que figuraba el nombre del juez junto a los datos de la moto. La Kawa Ninja nunca fue retirada del depósito fiscal donde se encuentra secuestrado.

El amigo

Spadoni contó que el juez le dijo que le iba a mandar a su amigo, Luis Paz, y unos días después llegó el hombre al local. Lo recuerda porque dejó el auto en doble fila y “entró eufórico, alborotó el negocio”. La moto la trajo otro muchacho y Paz preguntó las condiciones de la consignación. También hablaron de boxeo, dijo el hoy convicto empresario, quien añadió que Paz dijo ser representante de (Lucas) Matthysse, quien en ese momento era un boxeador en pleno auge, y de Sebastián “Iron” Luján, rosarino.  “Una persona  un poco agrandada: se presentó diciendo quién era y que hacía”, afirmó Spadoni.  El testigo no se acordaba el nombre de pila, pero lo describió: “Morocho, bastante robusto, cabezón, entre 50 y 60 años”. Dijo que venía de parte de Vienna y dejó la moto, lo que ocurrió entre febrero y marzo de 2013.

La triangulación

Gervasio G. fue dueño de Yamper. El hombre dijo este jueves en la audiencia que desde los 15 años se dedica a la venta de autos. Con ello conoció mucha gente. Del boliche conoce a los asesinados Fantasma Paz y Pájaro Cantero, y también a los ahora juzgados Ariel “Guille” Cantero y Ramón “Monchi” Machuca, entre otros. A Martín Paz le vendió autos e hizo una triangulación con una moto, describió. Gervasio dijo que tenía un amigo que tenía la Kawasaki, sufrió un accidente y entonces se la compró. La reparó y se la vendió a un tal Fabián, alguien que iba al boliche. Al tiempo lo llama Martín Paz: tenía la moto porque Fabián le debía plata. “La había agarrado por una deuda o se la habían entregado por un préstamo o algo así”, dijo el testigo. Entonces Martín le canceló la deuda y se llevó los papeles. Al tiempo la volvió a ver en Spadoni Motors y el dueño le contó que le llegó de parte de un amigo del juez, que la dejó en consignación para la venta. Spadoni le preguntó por los papeles, y el testigo le dijo que se los había entregado a Martín Paz.

El testigo conocía a Vienna de verlo en la concesionaria y a Luis Paz porque era padre del Fantasma. Incluso después de muerto su hijo, lo vio cuando le fue a cobrar un cheque que su hijo le había cambiado y no tenía fondos.

El juez y la Narcochacra

El nombre de Diego Cuello se hizo conocido tras un allanamiento, en abril de 2013, a una chacra de Alvear donde supuestamente podría haber mercadería robada de la firma Calatayud. El dueño del predio, donde criaba chanchos, era Cuello. Este hombre, hoy procesado en el caso narco conocido como Los Patrones junto con Guille Cantero, dijo que conocía al Fantasma, a Monchi, a Guille y al padre de estos dos, Ariel “Viejo” Cantero, del barrio.

Ese allanamiento en la chacra donde la Policía provincial dijo haber encontrado drogas y armas fue desbaratado por la Justicia federal, que absolvió en juicio a Cuello por irregularidades en el procedimiento y además se mandó a investigar a los uniformados que actuaron y al juez que encomendó el allanamiento, Vienna. Cuello sólo quedó vinculado con una tenencia de armas y firmó un abreviado.

Para julio de 2013 Cuello estaba detenido en la cárcel de Piñero por la Narcochacra. Cuello contó que lo llevaron a Tribuales y lo dejaron en el penal como hasta las 15 o 16; luego lo subieron al despacho de Vienna. El juez le empezó a preguntar por los Cantero, de qué vivían. Le dijo que había gente que los señalaba como los matadores de Martín Paz. Cuello desconoció esa información, aseguró.

Según el testimonio, el juez le terminó diciendo que iba a tener que declarar contra ellos, porque le iba a pasar lo mismo que a ellos: no iba a conocer ni a los nietos. Lo amenazó y finalmente le hizo firmar una declaración que no leyó, aseguró Cuello. Cuando le mostraron el acta testimonial, dijo que ninguno de los datos personales, salvo su nombre, estaban correctos. Según trascendió en las audiencias del juicio, Cuello había intercambiado mensajes con el Fantasma, donde le reclamaba una deuda, hasta la noche antes de la ejecución.

En cuanto a Luis Paz, Cuello dijo haberlo visto algunas veces, cuando estaba con Martín, y dos veces tras la muerte del Fantasma. Una vez habló por teléfono, cuando el suegro de Martín se presentó en la chacra a buscar los camiones del Fantasma. Había 5 o 6 camiones Scania y Mercedes, 4 o 5 semirremolques y una Toyota Hilux. Cuello lo llamó para preguntarle si le daba los vehículos; también había un taller mecánico. Paz le dio el visto bueno. La segunda vez lo llamo a un hotel, le preguntó por un auto que faltaba, por los camiones y si había algo más sobre los bienes de su hijo.

Los desmemoriados

Declararon también dos fiscales: Aníbal Vescovo, a cargo de la denuncia que realizó el comisario Sergio Blanche, uno de los 13 uniformados acusados en el juicio, contra el juez Vienna con base en una cámara oculta, donde el juez le aconseja cambiar de abogado para recuperar la libertad y habla de funcionarios del Ejecutivo. Esta causa fue archivada. También testimonió el funcionario Adrián Mac Cormack, a cargo de la investigación por la denuncia que presentó Ramón Machuca contra Vienna por prevaricato y dádivas (en el caso de la moto del Fantasma).

Ambos hicieron el mismo planteo. Desde el Juzgado de Sentencia 6ª se les solicitó fotocopias certificadas de los legajos fiscales. Vescovo lo remitió por mail y Mac Cormack en fotocopia simple. Ante el tribunal, este jueves no pudieron reconocer que fueran sus actuaciones. Sólo aceptaron alguna firma y alguna referencia en letra manuscrita. Vescovo deberá volver, legajo en mano, para contestar las preguntas, y Mac Cormack, con limitaciones al contenido, reconoció la investigación y que mandó las fotocopias que obran en la causa.

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