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La larga historia de un taller de oficios que llegó a la casa propia

En el corazón de barrio Empalme Graneros capacitan a chicos en carpintería, electricidad y huerta agroecológica. “Las necesidades son muchas pero la voluntad de ayudar es aún mayor”, dijo Jorge Bignami, presidente de la Asociación Civil

La perseverancia y la solidaridad triunfaron. Ayer en el corazón del barrio Empalme Graneros estuvieron de festejo: en la calle Víctor Cue 1051 se enseña a toda la comunidad los oficios de carpintería, electricidad y huerta agroecológica. Pero ahora la casa es propia y ya no tienen que pagar un alquiler difícil de costear. Jorge Bignami –presidente de la Asociación Taller San José de Nazaret– no fue indiferente a la realidad de los vecinos y desde hace 17 años enseña carpintería. “Estamos felices y contentos de tener casa propia. Alquilábamos y conseguir el dinero para asumir los gastos mensuales y los costos fijos fue muy difícil. Gracias a Dios, al arzobispo Eduardo Martín, a varios curas que nos dan auxilio permanentemente y a muchos más, aparecieron los recursos para comprar este galpón que tiene tres veces más superficie que el lugar que alquilábamos”, explicó.

Bignami, de hablar pausado, contó que las necesidades del barrio son muchas pero la voluntad de ayudar es aún mayor. Con mucho esfuerzo y perseverancia lograron tener su lugar en el mundo. En el galpón de la calle Víctor Cue se busca capacitar a chicos que se encuentran en situación de calle, desempleados, que viven en riesgo social y en la pobreza.

“Este proyecto se envió a Santa Fe y el ministro de Producción Luis Contigiani nos lo gestionó (ver aparte). Este lugar tiene un potencial enorme y ahora podemos enseñar más oficios”, aseguró el hombre.

Hoy cerca de 70 personas reciben la enseñanza de los tres oficios. Además instalaron paneles y un calefón solar para que el lugar sea sustentable.

“Lo que enseñamos está alineado con el cuidado del planeta. Utilizamos materiales ecológicos en todos los oficios. Todo está basado en la piedra fundamental que es Jesucristo. El compromiso, la perseverancia y la voluntad es el motor que hace que el Taller San José siga en marcha. Trabajar para la gente es el lema. Estamos abiertos a lo que sea la promoción humana”, concluyó Jorge.

Misa por Monseñor Martín

La misa de ayer en el Taller San José la dio monseñor Eduardo Martín, quien sostuvo que aprender un oficio es tomar conciencia de que cada uno de los chicos es protagonista de su vida.

“Hace muchos años que Jorge dedica su tiempo y está comprometido con la fe y con la gente y busca alternativas para los oficios. Hoy vivimos en una cultura del descarte, del consumismo. Esta iniciativa que ya tiene 17 años ahora tiene un lugar propio gracias a las autoridades. Hay que apoyarlo”, advirtió el arzobispo.

Y agregó: “La palabra de Dios es el camino a la felicidad, la creación es un regalo de Dios al hombre, para que lo cuide y lo transforme para mejorarlo. Aquí pueden aprender un oficio que los haga tomar conciencia de que pueden ser protagonistas de sus vidas con el trabajo, pero cuidando la naturaleza”.

Guiso para todos

Tomasa fue la encargada de cocinar el guiso para los que estuvieron presentes en la inauguración del taller.

En 1990 llegó del Chaco y empezó a cocinar para algunos vecinos del barrio: era la única que sabía agarrar el hacha y cortar la leña.

“Siempre pensé que entre todos podíamos luchar y pedir que nos ayuden a tener un lugar propio. Hay que seguir apostando al desarrollo y al crecimiento para poder incluirse. Si no queda todo en palabras”, aseguró Tomasa, que hace casi 30 años le pone su amor a la cacerola.

“Es un día de mucha satisfacción”

“Es un día de mucha satisfacción porque Dios me dio la posibilidad de regalar a un grupo de gente extraordinaria. A la Asociación San José vienen muchos chicos con dificultades a tratar de pelear por su vida, a llenarse de alegría mediante el trabajo y el vínculo social”, expresó Luis Contigiani, el ministro de Producción provincial. El funcionario explicó luego que el aporte que hizo la provincia se dio en el marco de un programa para microemprendedores dentro de las políticas de desarrollo de la economía social.

“Este proyecto tiene muchos años y es muy importante, sólo contribuí para poder comprarles la casa. Estaban alquilando y el proyecto se venía abajo por los altos costos”, agregó el candidato a diputado nacional del Frente Progresista.

Contigiani sostuvo que a partir de esta iniciativa se van a multiplicar la cantidad de servicios y proyectos del taller.

“Hay muchos jóvenes que necesita pelear por su vida y el trabajo es uno de los mejores vehículos para integrarse”, dijo.

Y concluyó: “Tomé contactos con ellos a mediados de 2016. Se armó un expediente y un proyecto muy importante. A fines del año pasado ya teníamos los recursos económicos y hace unos meses ya están instalados”.

“acá me enseñaron todo”

Cristian Mambrín tiene 18 años y hace tres que se dedica a aprender el oficio de carpintería en el Taller San José. Contó que un amigo lo impulsó para que se anote. En estos años los trabajos que hizo fueron muchos: sillas, bancos, bodegas, repisas y arreglos en general. Tiene que terminar la escuela secundaria y su sueño es vivir de la carpintería. “Soy amigo de todos mis compañeros y del profesor. Acá me enseñaron todo”, dijo.

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