La Cámara de Diputados de la provincia sancionó este martes, en sesión especial, la ley de Necesidad Pública remitida por el gobernador Omar Perotti y una autorización para que el Ejecutivo pueda tomar deuda por un monto máximo de 15 mil millones de pesos para hacer frente a la emergencia por la pandemia del coronavirus.
El proyecto de endeudamiento fue aprobado en forma unánime por los 43 diputados y diputadas presentes. En cambio, la ley de Necesidad Pública fue votada sólo por los bloques del PJ, Cambiemos y Somos Familia y Vida, mientras que el Frente Progresista, Somos Vida, el Frente Social y Popular e Igualdad se abstuvieron. Ese proyecto se convirtió en ley con 12 votos positivos y 31 abstenciones.
La sanción de ambas leyes se aceleró a partir de la pandemia del coronavirus, que puso en evidencia el estado de necesidad argumentado por el gobierno desde el mismo inicio de la gestión, agravado en el último mes por la emergencia sanitaria.
Sin embargo, pese a la delicada situación desatada por la pandemia, el gobierno y la oposición no lograron acordar el texto de la ley y, después de la votación, los principales referentes de cada bloque político –incluido el presidente de la cámara, Miguel Lifschitz– se trenzaron en una extensa discusión sobre los alcances de las nuevas normativas y sobre las responsabilidades previas y actuales de cada espacio.
Las dos leyes
La autorización de endeudamiento por 15 mil millones de pesos incluye una partida especial de 3.000 millones que se distribuirá entre los municipios y las comunas de la provincia para que puedan afrontar sus gastos más urgentes.
A través de la ley de Necesidad Pública –que se terminó aprobando en forma definitiva después de cuatro votaciones, dos en el Senado y dos en la Cámara de Diputados– se declara hasta fin de año la emergencia social, alimentaria, sanitaria, de las contrataciones públicas, financiera y de seguridad.
Esa norma incluye un esquema de financiamiento de 39 mil millones de pesos, entre créditos externos, reprogramación de deudas y reasignación de partidas. Entre los puntos centrales de la ley se incluye un programa de emergencia alimentaria para el cual la provincia podrá tomar un crédito de hasta 2.500 millones de pesos y un programa de fortalecimiento sanitario, también por 2.500 millones de pesos, para el sistema de Salud Pública.
Además, para saldar deuda flotante con proveedores y deudas con contratistas de obras públicas, la provincia podrá negociar un crédito de 6.000 millones de pesos. Con esos recursos se ofrecerán a los acreedores “papeles negociables” (pagarés o cheques diferidos) para cancelar las deudas. De esa cifra, 1.600 millones de pesos se destinarán a municipios y comunas. Con esa deuda se busca bajar el déficit financiero de 2019, que fue de 18.000 millones de pesos.
Se faculta además a la EPE a buscar mecanismos para refinanciar la deuda que mantiene con la mayorista nacional Cammesa, que ascendía a principios de febrero a 2.700 millones de pesos. Y para recomponer el Fuco (Fondo Unificado de Cuentas Oficiales), se autoriza a la provincia a tomar un crédito por 16.000 millones de pesos: un primer tramo de 8.000 millones y luego dos tramos de 4.000 millones previa autorización de la comisión legislativa de seguimiento.
La ley también crea un régimen transitorio de asistencia financiera a municipios y comunas por 3.500 millones de pesos. De ese total, 300 millones corresponden a un programa de saneamiento financiero para los municipios de segunda categoría y comunas. Del resto (3.200 millones), el 60% (1.900 millones) se distribuirán entre Rosario (1.400 millones) y Santa Fe (500 millones), el 30% para los municipios de segunda categoría y el 10% restante para las comunas.
Debate caldeado
La ley de Necesidad se aprobó con solo 12 votos favorables y los líderes de cada bloque fundamentaron sus posiciones. Desde la centroizquierda, Carlos del Frade (Frente Social y Popular) y Rubén Giustiniani (Igualdad) justificaron las abstenciones de sus bloques por el artículo que habilita el pago de sumas en negro para los empleados públicos y porque entienden que es muy bajo el aporte que hará la provincia a los municipios y las comunas.
Luego, la diputada Betina Florito, del bloque Somos Vida que lidera Amalia Granata, explicó que la abstención de su espacio se debe a que tienen sus propios proyectos vinculados a la pandemia de coronavirus, que no fueron tenidos en cuenta por los bloques mayoritarios: uno solicita el relevamiento del estado de hospitales y centros de salud y propone subir a 10 mil pesos el incentivo al personal de Salud, Seguridad y Desarrollo Social; otro establece la colaboración del Ejército para la entrega de viandas en los domicilios de ciudadanos de barrios más vulnerables para evitar grandes concentraciones de personas; el tercer proyecto solicita al Ejecutivo el diseño de estrategias para implementar un Programa de Atención en Salud Mental para atender las demandas generadas por la pandemia de coronavirus.
El debate se empezó a caldear cuando Maximiliano Pullaro (UCR-Frente Progresista) lanzó las primeras críticas directas a la gestión de Perotti. El ex ministro mencionó los indicadores negativos en materia de seguridad y cuestionó el manejo de los proyectos de emergencia que el Ejecutivo envió en diciembre (en ese momento el Frente Progresista hizo valer su mayoría y los mandó al archivo) y que volvió a remitir en febrero con un título diferente: ley de Necesidad Pública. Según Pullaro, que el gobierno haya demorado hasta febrero el envío del segundo proyecto y que los senadores del PJ, que controlan la Cámara alta, se hayan tomado un mes para estudiarlo antes de la media sanción deja en evidencia que la provincia no se encontraba, en ese momento, en una situación de emergencia económica.
El vocero del oficialismo fue el jefe del bloque del PJ, Leandro Busatto, quien contestó las críticas del Frente Progresista y valoró que “luego de varios meses” la Legislatura le otorgara al gobernador Perotti “las herramientas que necesita para gestionar”.
“Hace tres meses que venimos discutiendo esta ley que no busca ni más ni menos que darle herramientas a Omar Perotti para afrontar una situación económica adversa, que es en la que asumió, con una deuda flotante de 29 mil millones de pesos”, sostuvo Busatto en un mensaje que tuvo como destinatario implícito al ex gobernador Lifschitz.
El jefe del bloque justicialista cuestionó la “mezquindad política” del Frente Progresista por las demoras en la sanción de la ley de Necesidad: “Se podría haber construido una mejor ley. Mantuvimos conversaciones con el presidente de la Cámara (Lifschitz) y con los otros bloques. En dos de esas reuniones participó el ministro de Economía (Walter Agosto). Pero dos horas antes de la sesión de la semana pasada, la oposición decidió volver a foja cero y votó un dictamen sin ningún tipo de acuerdo, que no le daba herramientas a Perotti, sino que le marcaba la cancha”.
Sobre el cierre de su discurso, Busatto volvió a cuestionar con dureza a la oposición legislativa: “Ojalá no haya que esperar una nueva pandemia para que se pueda discutir en serio cómo darle herramientas a un gobernador para gestionar”.
“Una mala ley”
En un gesto del cual hay pocos antecedes, el presidente de la Cámara le dejó su lugar a la vicepresidenta primera, Lucila De Ponti, y bajó al recinto a dar su propio discurso en el marco del debate. Lifschitz cargó duro contra el gobierno provincial por “los agravios” de las últimas semanas y dijo que a partir de la decisión del Frente Progresista de facilitar la sanción de las leyes “se cae el relato de la insensibilidad” de parte del PJ.
“El gobierno ya tiene todas las herramientas, es urgente que asuma el liderazgo frente a la crisis. Nadie puede decir que no hay voluntad de trabajo en ésta Cámara. Es verdad que el clima político no es el mejor y quizás todos tengamos alguna responsabilidad, pero la mayor responsabilidad es de quien tiene una mayor investidura”, agregó Lifschitz en directa referencia al gobernador Perotti.
El ex mandatario cuestionó además el contenido de la ley de Necesidad: “No tiene nada que ver con la pandemia; es la vieja ley de emergencia rechazada en diciembre. Es una mala ley. Se ha votado un elevadísimo endeudamiento que comprometerá los próximos dos períodos de gobierno con una deuda innecesaria de más de 50 mil millones de pesos. Es una ley que parte de un diagnóstico falso. No había una crisis de tal magnitud”, en referencia a los diagnósticos que utilizó el gobierno parta justificar el proyecto.
En otro tramo de su discurso, Lifschitz criticó las facultades delegadas a favor del Ejecutivo, uno de los puntos en los que hubo mayor conflicto entre los distintos bloques: “Un gobernador es superpoderoso sin ninguna ley de excepción; sin esta pandemia no hubiéramos permitido el avance de esta ley de Necesidad, que le traerá grandes perjuicios a Santa Fe, pero había que ceder frente a lo urgente”.
En esa misma línea continuaron los cruces incluso tras la votación: «Coherencia y coraje para enfrentar la crisis del Coronavirus. Claridad para poner el eje en los ciudadanos que están sufriendo y no entrar en provocaciones. El #FrenteProgresista posibilitó todas las leyes que quería Perotti. Se acabaron las excusas», advirtió a través de Twitter el diputado socialista Joaquín Blanco, con una foto, precisamente, de Lifschitz hablando desde una banca.
Sin ir al choque, el jefe de la bancada oficialista tuiteó: «@GobSantaFe va a poder atender ahora las emergencias alimentaria, sanitaria y de seguridad, subsidiar la energía para congelar tarifas como lo hizo el presidente@alferdeza nivel nacional, y concretar la promesa electoral del boleto gratuito».
Con todo, para unos y otros ahora sí arranca la gestión de Omar Perotti.