Salir fuera del Coloso ha sido un dolor de cabeza para Newell’s. Y no es sólo un problema de Llop y sus planteos. La racha de derrotas como visitante ya se extiende a seis partidos y si no se corta rápido puede atentar contra el deseo de crecer en la tabla.
¿La racha negra? Boca y Unión con Osella en el banco, Belgrano con Vojvoda, y Huracán, Lanús y Vélez con Llop. Rivales de todo tipo, distintos entrenadores, pero mismo resultado: derrota una y otra vez. La última vez que la Lepra sumó de visitante fue el 29 de abril, cuando Scocco le permitió derrotar a Huracán con un derechazo que se coló abajo contra el palo. Mucho tiempo, demasiado. El calendario dice que pasaron 192 días. El número es contundente.
Llop asume su parte. Y más allá de cierta verdad cuando dice que los rivales nunca se muestran superiores, también debe reconocer que en la última excursión leprosa a Liniers, el equipo mostró su peor versión. Después derrotó a Chacarita, es cierto. Pero fue en el Coloso, un escenario donde la adversidad no encuentra tanta aceptación.
Repetir equipo es buena señal. Newell’s no deslumbró con Chaca, pero ganó. Y en épocas de crisis, sumar de a tres cotiza alto. Y tocar lo menos posible genera idea de menor invulnerabilidad. Aunque en este Newell’s sea sólo una idea más cercana a lo cabulero que a lo futbolístico.
En realidad, las verdaderas señales que hacen pensar en romper la racha negra pasan por otro lado. Si Sarmiento asume responsabilidades y deja un rato el show propio en pos del equipo puede ser una pieza importante. Y Rivero aparece como su ladero perfecto. Corre, quita, mete y juega. Sin estridencias, casi oculto para propios y extraños. Pero muy efectivo para el equipo. Y hará falta que Leal anote. “Esperemos que se los haya guardado para el próximo partido”, bromeó Llop tras Chacarita. Ese partido es hoy. Y nadie mejor que el portugués para romper una racha negra.
Se roba todas las miradas
Nicolás Lamolina y Yamil Bonfá tendrán que tener una muy mala noche para que las crónicas del partido hablen de ellos. Es que todas las miradas futboleras estarán magnetizadas en Mariana de Almeida, que será la segunda mujer en actuar como asistente en un partido de primera. E inevitablemente será observada de una manera especial. Como un bicho raro, aunque parezca increíble en un momento donde la búsqueda de la igualdad es una realidad y no un verso.
En el país hay unos 3.700 árbitros. De esa cifra, apenas 53 son mujeres. El número parece exagerado, aunque es real. Y está más cerca de una mentalidad machista futbolera que emparentada con la capacidad para dirigir. Y eso sólo podrá revertirse con oportunidades como la que tendrá De Almeida hoy.
Dos Mundiales femeninos, un Juego Olímpico, integrante del staff Fifa… el currículum asusta. Pero ninguna de esas pruebas internacionales se comparará con lo de esta noche, donde tener una buena tarea le dará respeto en un ambiente listo para enjuiciarla al mínimo error.
Los jugadores leprosos hablaron en la semana con El Hincha y se mostraron receptivos con la designación de una mujer. Con la cabeza abierta al cambio. Y aseguraron que habrá mayor respeto cuando se dirijan a De Almeida, quien hoy se robará todas las miradas en Paraná en una noche con perfume de mujer.
