Gana los partidos que debe ganar y aprovecha que tiene a Maxi, por ahora no mucho más. La Lepra cosechó su primera victoria en el Coloso y derrotó a un débil y limitado Crucero del Norte por 2 a 0. Con la jerarquía de algunos jugadores frente a un rival que se acerca más a lo amateur, el equipo de Gallego se quedó con tres puntos que sirven desde lo anímico.
Esperar ver a un Newell’s vistoso por ahora es demasiado ambicioso. Salvo alguna muestra de Maxi de su nivel europeo o algún chispazo aislado de Figueroa o Scocco, la Lepra está alejada de los lujos y el juego virtuoso. Más bien es un equipo que tiene como premisa no descompensarse atrás, sin importar que el rival, como anoche, tuviera escasas pretensiones ofensivas.
El partido tuvo el trámite lógico. Newell’s salió obligado y el rival se refugió cerca de Caffa con mucha gente. Bastó un buen pase entre líneas y un movimiento de cintura de Scocco para que Caffa le cometiera penal. Maxi definió con exquisitez y puso el 1-0.
Nada cambió. Crucero se debatía entre sus ganas y escasas virtudes técnicas y Newell’s por momentos parecía sobrar el partido.
La Lepra empezó titubeante el segundo tiempo y el Tolo dejó en claro su postura.
Adentro Orzán y afuera Figueroa: 4-4-2 y no tratar de minimizar el riesgo de recibir un gol, sin importar los cuestionamientos de los hinchas a la hora de producirse la variante.
Es que Gallego por ahora prioriza el resultado sobre cualquier otra cosa.
Caffa tenía guardada una ‘chambonada’ y Maxi le demostró que esto es Primera División.
Así, después del golpe duro del debut ante Independiente, el Rojinegro hilvanó su tercer partido sin perder, ganó los que estaba obligado por historia y plantel y empató con Vélez, lo que no es poco. Maxi y el orden defensivo por ahora alcanzan. El lujo es vulgaridad en el Parque. Y no está mal.
