Hace rato que Newell’s perdió la dignidad. Vaya a saber uno dónde quedó el amor propio de un equipo que supo imponer un estilo y que si no podía ganar, al menos lo peleaba. La falta de motivación de no pelear por nada es la consecuencia de un pésimo torneo y la continuidad de frustraciones consecutivas. Pero no justifica la presentación del equipo ayer ante Temperley, que se salvó del descenso al vencer 2-0 a la Lepra. Que colaboró, y mucho, para que el Celeste pudiera festejar.
La sensación es que a este equipo todo le da lo mismo. Ganar, perder, empatar… Es inmutable. Nada lo conmueve ni lo moviliza. Perdió el respeto por sí mismo y no hace nada por recuperarlo. Ayer lo superó, sin objeciones, un equipo que tuvo que esperar hasta el final del torneo para asegurar su permanencia. Y que se jugó la vida en el sur bonaerense. Así logró superar a un equipo entregado por completo, poseído por la desidia y la falta de actitud. Una imagen aún peor que la que entregó en muchos partidos de este torneo.
Los chicos que ayer puso en cancha Diego Osella no logran sacar, pese a sus ganas, al equipo del letargo. Se contagiaron de los demás. Y en eso los referentes son responsables de no lograr motivar a sus compañeros en la cancha. Maxi Rodríguez e Ignacio Scocco no supieron imponer la jerarquía que nadie niega que tienen pero que hace tiempo no ponen al servicio del equipo.
Luciano Pocrnjic mantuvo el cero en el primer tiempo. Pero sus compañeros no lo ayudaron en el segundo tiempo. Marcos Figueroa cabeceó con mucha comodidad para poner el 1-0. Y un rato después, le erró Luis Advíncula en el cierre y Gabriel Esparza aprovechó para estirar la ventaja a favor del Gasolero.
Temperley jugó cada pelota como si fuera la última. Newell’s, como si tuviera un millón en el vestuario. La diferencia de actitud fue enorme.
Newell’s hizo sombra todo el partido. Y recién pateó al arco por primera vez en el final, cuando Scocco intentó desde lejos. Todo un reflejo de lo que fue su presentación en el sur bonaerense.
La Lepra volvió a perder. Y a esta altura no sorprende en absoluto. Es que el equipo ha naturalizado la derrota y no hay nada que lo haga salir del pozo. No puede reaccionar. Hasta a veces parece que tampoco tiene muchas ganas de salir a flote. Y aún queda un capítulo más de esta historia, el domingo ante Atlético Tucumán en el Coloso Marcelo Bielsa y ante su propio público.
Osella: “Ellos se tiraban de cabeza y nosotros mirábamos el partido”
Diego Osella no hizo ningún esfuerzo por ocultar su tremenda decepción por el flojísimo rendimiento que exhibió Newell’s en cancha de Temperley en la derrota 2-0. “No se puede jugar así”, repitió varias veces el entrenador ante los micrófonos.
“Si no corrés, si no tenés claro por lo que jugás, que esto es Primera División, que estamos jugando con un rival que necesitaba mantener la categoría, así se hace imposible. Ellos se tiraban de cabeza y nosotros mirábamos el partido”, argumentó el DT. Y enseguida agregó: “Después del Clásico hemos sentido que ya estaba. Esa era mi sensación. Pero hay muchos jugadores que se van y que le quedan pocas semanas en el club. Y yo quedo en el medio, porque trabajamos todos los días para poner la mejor versión. Y no se puede jugar cuando queremos”.
“Se hace muy difícil y estoy re caliente. No quiero decir palabras que después me arrepienta”, disparó Osella sin pelos en la lengua luego del papelón que dio su equipo en el estadio Alfredo Beranger del Gasolero, que con la victoria sobre la Lepra se aseguró su continuidad en la máxima categoría.
“El fútbol es otra cosa muchachos, arranca desde la predisposición, desde la intensidad, desde las ganas de defender una camiseta prestigiosa”, insistió el actual DT de Newell’s, de incierto futuro al frente del primer equipo tras las elecciones del 19 de junio.
“De lo que pueda pasar en las urnas, todo esto atenta para que cualquier agrupación que tenía intenciones de continuidad con nosotros nos vea mal. Lo invita para despegarse de nosotros. Perder de estar manera, invita a cualquiera a poner cualquier nombre menos el mío y me duele muchísimo porque trabajamos un montón”, opinó un superado Diego Osella, quien se despidió diciendo: “Hice todo lo que pude. Hemos dado todo. Todo esto atenta para lo que venga para nosotros en el futuro”.
Franco tuvo debut
Emiliano Franco tuvo su estreno absoluto en primera. El volante de 21 años ingresó en el complemento en lugar de Advíncula. En la tribuna estaba su papá Darío, ex jugador leproso, y toda su familia.
En tanto, el plantel retomará mañana las actividades de cara al compromiso del próximo domingo ante Atlético Tucumán. Para ese duelo, Diego Osella no podrá contar con Diego Mateo y Mauro Formica, quienes se recuperan de sendas lesiones musculares.
Por otra parte, la reserva jugará hoy desde las 15 y seguramente tendrá entre sus titulares a Daniel Mancini y Denis Rodríguez, quienes ayer se quedaron afuera del plantel que enfrentó a Temperley en el sur bonaerense.
LÁGRIMAS DE CULPA
Luis Advíncula tuvo un partido muy malo ante Temperley. El peruano marcó mal y se proyectó peor. En consecuencia Osella lo reemplazó por Emiliano Franco. Una vez que estaba en el banco de suplentes el lateral incaico entró en llanto, quizás consciente del mal partido que había hecho.