Perder es doloroso, pero para este Newell’s importan más las formas. Y la caída de este lunes ante Argentinos abrió nuevos interrogantes sobre el camino del equipo en esta Superliga. El equipo es otro, muy distinto al del inicio del torneo. Parece haber perdido oxígeno, piernas, y también ideas. Y si bien la zona de descenso está lejana, Kudelka necesita proponer una reacción rápida. Y los jugadores responder.
Newell’s extraña a Cacciabue, y este lunes a la noche faltó el ímpetu de Julián Fernández. Pero dos ausencias no deberían cambiar tanto a un equipo. Pero el DT no puede reemplazarlos, y tampoco define el extremo derecho. Y entonces cambia y cambia. Y eso parece desconcertar al equipo.
El arranque dio señales de dudas. Gentiletti tomó riesgos innecesarios en una cancha no tan firme por la lluvia, y con los justo Villarruel tocó el balón antes que Batallini se fuera mano a mano con Aguerre. La postura inicial era clara, Newell’s parado atrás con ciertos recaudos a la hora de jugar, y Argentinos animándose más.
Tras algunas dudas, la Lepra se fue soltando. Alexis encontró espacios y Formica empezó a conducir. Costó tener claridad, aunque hubo algunas aproximaciones, todas mal finalizadas. Pero el partido ya estaba en marcha, y el Bicho no estaba tan cómodo.
Newell’s se cargó rápido de amarillas por la derecha. Alexis y Rivero fueron amonestados por su colaboración en la marca y los condicionó. Pero el Bicho sufrió la baja inesperada por lesión de Quintana.
El momento de desconcierto leproso llegó tras algunos centros. Francis Mac Allister complicó con su pegada. Primero hubo un córner que tuvo un despeje providencial de Gentiletti, luego el volante sacó un envió que se cerró y dio en el travesaño. Y enseguida remató un tiro libre que encontró una gran respuesta de Aguerre.
La Lepra tomó una postura defensiva peligrosa. Ni Kudelka estaba convencido de ese retroceso. Mucho menos cuando Aguerre tuvo que lucirse ante un remate de Hauche.
A Formica y Maxi la pelota le resultó esquiva en la primera parte. En ataque pasó más por Alexis Rodríguez, que casi siempre equivocó el camino y el destino.
Newell’s pareció contagiarse de ese virus que sufre cada vez que se aleja del Coloso. Como si las piernas no respondieran, la cabeza no diera órdenes claras, y el juego perdiera claridad. Por eso el pitazo de Trucco para mandar a todos al vestuario fue un alivio. Mucho más con un 0-0 que por momentos corrió peligro.
Newell’s arrancó mejor el complemento. Dos remates, de Maxi y Salinas avisaron que había otra intención. Pero casi como un castigo a esa osadía llegó el gol de Argentinos.
Tras un córner a favor de la Lepra, Formica no pudo detener la contra, y Hauche, con espacio y velocidad hizo el resto. Contra perfecta y ventaja local.
En desventaja, la Lepra mostró otro entusiasmo, otra postura en cancha, pero nunca encontró claridad. Los nervios fueron imprecisiones y la derrota se hizo irremontable.