La Liga de Fútbol Profesional de España espió 50 mil celulares para poder localizar los bares que transmitían los partidos sin pagar el codificado. A través de su app, utilizando el micrófono y el GPS de los teléfonos, la Liga realizaba escuchas y geolocalizaciones para terminar con los sistemas de piratería para transmisión de partidos, lo que, según denunciaban, generaba una pérdida de 400 mil millones de euros al año. La Agencia Española de Protección de Datos sancionó a la entidad que rige una de las competiciones más importantes del mundo con 250 mil euros.
La noticia impacta por dos motivos. Uno: es la certificación de cualquier usuario de teléfono móvil sospecha: aquello de que una descarga de una aplicación puede ser usada con fines de espiar los comportamientos del usuario. Dos: porque LaLiga es el espejo en el que se mira la Superliga argentina y Javier Tebas, su presidente, es el Durán Barba que tiene Mauricio Macri en el fútbol, su pasión fundacional.
La polémica tiene que ver con que, si bien en los términos legales podía ser usada para “detectar fraudes”, los usuarios no sabían que la aplicación tenía otros fines además de informar horarios y resultados de partidos. Al ser instalada, como tantas otras app, pedía permiso para activar el micrófono y la ubicación. Con esos dos datos, LaLiga analizaba el sonido para comprobar si en el audio había una retransmisión de partidos o no. El escándalo había estallado hace un año, pero LaLiga se excusó con que estaba indicado en los términos legales. Ahora, luego de una investigación de oficio, la Agencia Española de Protección de datos la multó con 250 mil euros.