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La literatura argentina actual como inspiradora de películas y series

Obras contemporáneas como “Ladrilleros”, de Selva Almada; “El libro de Tamar”, de Tamara Kamenszain; “Las malas”, de la actriz y escritora trans Camila Sosa Villada, y “Distancia de rescate”, de Samantha Scweblin pasarán a la pantalla adaptadas por guionistas, cineastas y las propias autoras

Obras de la literatura argentina contemporánea como Ladrilleros, El cuaderno de Nippur, El libro de Tamar, Las malas y Distancia de rescate pasarán a la pantalla en formato de películas o series, a partir de adaptaciones a cargo de guionistas y cineastas que en algunos casos incluyen a las propias autoras trabajando en ese proceso.

La primera novela de Selva Almada, Ladrilleros, fascinó al actor y escritor Gonzalo Heredia, quien adquirió los derechos y junto a Fernando Musa trabajó en el guion, que con producción de Dar a luz cine y dirección de Musa, tiene previsto llegar a la pantalla grande.

“El proyecto salió ganador en el concurso del Incaa y también en Ibermedia y tiene una coproducción con una productora brasileña, Valkyria films. La adaptación la hicimos Fernando Musa y yo”, cuenta Heredia y adelanta que “el elenco sería una mezcla de actores y actrices argentinxs y brasileños”.

La historia de amor entre Pájaro Tamai y Marciano Miranda, los personajes creados por Almada en un clima de violencia latente en el Litoral argentino, contará con actuaciones de Valeria Lois, Alberto Ajaka y Franco Massini para los papeles centrales.

Autora y guionista: confianza y cariño personales

La escritora, poeta y ensayista Tamara Kamenszain publicó El libro de Tamar en 2018 y ese ensayo que comienza cuando encuentra un poema escrito y dedicado por su ex marido Héctor Libertella durante el proceso de separación, fue el primer libro de ella que leyó el productor Diego Dubcovsky.

“Lo devoré en una hora e inmediatamente pensé que ahí había una película. Es raro porque es un ensayo, no es una novela. El mundo que relata, de la escritura, la lectura, de una pareja de escritores, que se acompaña en sus profesiones es un tema que me interesa muchísimo”, relata.

Ese entusiasmo lo llevó a conocer a la escritora: “No conocía a Tamara. Nos pusimos muy rápido de acuerdo en qué película queríamos hacer”, asegura.

A cargo de la adaptación y del guión de la película, la también actriz y directora Analía Couceyro dice que “Tamara fue quien pensó que podía escribir el guion a pesar de venir más del ámbito del teatro que del cine, y Diego redobló la apuesta creyendo en que también podría dirigirla”. Couceyro detalla que el proceso de adaptación tuvo varias etapas:

“Decidí no volver a leer el libro en el comienzo del trabajo para quedarme con la primera impresión que me había quedado de su lectura, un libro de amor, de detectives, un ensayo sobre el amor, el tiempo y la literatura. Me aferré al concepto de ensayo, y después de charlar con Tamara y Diego, durante el comienzo del trabajo me dediqué a juntar materiales”.

Leyó y subrayó todos los libros de Kamenszain y los que ella cita en los suyos, tuvieron charlas y entrevistas y vio películas que “por alguna razón pensaba que podían vincularse al tema o al procedimiento para contarlo”, mientras en paralelo se afianzó el vínculo entre ellas: se hicieron amigas, y esa “confianza y cariño personales” –explica– ayudaron muchísimo al proceso.

“Fue importante leer los libros de ensayo de Tamara porque esos libros donde ella escribe sobre otres autores y autoras, pero siempre desde su propia voz y experiencia, me impulsaron a encontrar mi propia voz, mi «primera persona» desde donde contar la película. El tema fue que después de la etapa de juntar materiales, estos eran tantos que parecía imposible amalgamarlos”, reflexiona Couceyro.

¿Ensayo, documental o ficción?

Para la segunda etapa trabajó en nueve carpetas separadas donde aparecían las distintas voces (la de Tamara, la de ella, las de les escritores que ella cita), escenas interpretadas por actores, materiales de archivo o puras imágenes.

“Finalmente la voz de Tamara, extraída de sus libros, y mi propia voz estimulada por la de ella, sirvieron como hilo para ensamblar gran parte de esos materiales que fui acumulando e imaginar nuevos. Y que esto genere, como pasa en el libro original, una progresión en el vínculo con el personaje y lo que le va sucediendo”.

Dubcovsky cuenta que si bien “la pandemia ha demorado el proyecto, está muy avanzado” y acaba de ser elevado al comité de evaluación del Instituto del Cine así que en los próximos meses tendrán el resultado y si todo va bien en el primer semestre del año que viene se filmaría con Mara Bestelli como protagonista. Kamenszain dice que en principio tomó “el asunto con mucho escepticismo, no entendía cómo era posible que se filmara un material tan poco estructurado para ese fin”.

“Me acuerdo que le pregunté: ¿tu idea es hacer un documental o una peli de ficción? A lo cual enseguida contestó; ¿y tu libro? ¿es novela, es ensayo o qué es?

Le contesté que no sabía y me respondió: bueno, con la película me pasa lo mismo y eso es justamente lo que me interesa. Ahí su entusiasmo me convenció, me di cuenta que iba a respetar el espíritu del libro”.

Sobre el trabajo de adaptación, Kamenszain asegura que “adaptar algo ya escrito es volver a escribirlo, lo mismo que pasa con las traducciones”, por eso dice que siempre respeta mucho las versiones que hacen los traductores de sus libros.

“El eternauta” en proyecto

Distancia de rescate, la novela de Samanta Schweblin en la que el tono inquietante conecta el desastre ambiental con la crianza y deja inaugurado un concepto al narrar ese momento que calcula una madre o un padre para llegar a salvar a su hijo, llega al cine de la mano de la directora peruana Claudia Llosa –la misma de La teta asustada–- con Dolores Fonzi y la española María Valverde como protagonistas.

Producida por Netflix, la película se rodó durante 2019 y no es la única obra de literatura contemporánea que la plataforma de streaming tiene en sus planes: El cuaderno de Nippur es otra de las historias que también tendrá su correlato en la pantalla.

La historia escrita a mano en cursiva e imprenta, y diseñada como un diario de vida, con dibujos, sobres con mensajes y carteles por María Vázquez, una arquitecta y dibujante de 43 años, afectada de cáncer terminal, que le expresa su intenso amor y le da consejos para su vida futura a su pequeño hijo, fue dirigida por el director argentino Carlos Sorín.

A principios de año, Netflix anunció que el clásico El eternauta tendría una versión en formato serie que fue presentada como una versión contemporánea basada en la novela gráfica homónima de Héctor Germán Oesterheld, que se realizará con producción de K&S y dirección de Bruno Stagnaro.

Esta historia de ciencia ficción situada en Buenos Aires, con su protagonista Juan Salvo tomando decisiones ante una invasión extraterrestre que lo obliga a asumir la resistencia como forma de vida, contará con la participación de Martín Oesterheld, nieto del autor, como consultor y hasta donde se informó, está en sus primeras etapas de desarrollo.

Nuevos formatos audiovisuales

Las malas, de Camila Sosa Villada, la novela que narra la vida de una comunidad de travestis en la ciudad de Córdoba que unen la invención fantástica con la desmesura trágica, también se convirtió en un proyecto de serie ya que la productora de Armando Bó, About, anunció que adquirió los derechos.

Difundida la noticia hace pocos días, el proyecto recién comienza y todavía no hay detalles sobre cómo será llevado a cabo pero se suma a la lista de ficciones argentinas de los últimos años que habitarán nuevos formatos audiovisuales.

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