Trescientas escuchas telefónicas hubo en el juicio. En sólo en tres de ellas lograron determinar a sus interlocutores través de un peritaje. “Sólo tres”, dijo el abogado Adrián Martínez. “Pero se intentó minimizar esto y la Fiscalía aseguró que, al escuchar las comunicaciones, cualquiera se puede dar cuenta de quiénes son los que hablan. Para ello trajeron como testigo a una policía especializada y a Ariel Lotito, quien se ocupó de este material dentro de la Brigada de la División Judiciales”, agregó el letrado.
Entonces Martínez fue a la práctica. Tomo la acusación y fue a la transcripción de algunos números telefónicos. Explicó que al apodo Chino le corresponde más de un número y llamó por su celular al primero de ellos: sonó el teléfono de Varela. Hizo lo mismo con otro número también sindicado a Chino y esta vez sonó el celular de Yrure. “Y pidieron que confiemos en la experticia de Lotito”, dijo.
“Hace más de dos mil años había un rey, Pirro, de Epiro, que tuvo una batalla contra los romanos. Ganó pero perdió a todo su ejército”, dijo. «La Fiscalía obtuvo la identidad en tres comunicaciones y perdió 297”. Martínez hizo referencia también al inicio de varias conversaciones dónde se escucha «guey, eh, guacho, loco, negro, cara de pollo», y así siguió, “como se puede ver de estos términos no se puede inferir identidad alguna”, detalló.
En cuanto al contenido de las escuchas no se pueden identificar ni los roles, ni las ganancias, ni la permanencia en el tiempo, ni los delitos indeterminados, todo lo que se expuso tuvo que tener una explicación de las Fiscalía porque de las escuchas no surge nada.