*Por Ari Lijalad para El Destape
Techint y Clarín son dos de las empresas más grandes del país, tienen fuertes ganancias que aún en este contexto reparten entre sus accionistas, en el caso de la industrial sus dueños o familiares blanquearon millones durante el macrismo y despidieron trabajadores en plena pandemia y ambas tienen cuentas en guaridas fiscales.
Pero aún así, el gobierno nacional las incluyó en el programa de ayuda para el pago de sueldos. No son las únicas: El Destape reunió información de otras grandes empresas que aprovechan esta situación mientras miles de pymes no acceden a los fondos estatales. Entre ellas, está la multinacional Viacom, un gigante de las comunicaciones que controla Telefé.
Que Techint y Clarin aprovechen la ayuda del Estado tiene una lectura económica y una política. La económica, es que absorben recursos escasos que se les niegan a miles de Pymes en medio de esta crisis económica. La política, Paolo Rocca y Héctor Magnetto son quienes lideran la Asociación Empresaria Argentina (AEA), la entidad de lobby empresarial más potente del país. Y que ese poder de lobby tuvo su efecto para que sean quienes aprovechen la ayuda estatal. Son dos casos paradigmáticos, el de la familia más rica del país y el del principal multimedio que ataca desde la negociación de la deuda hasta el proyecto de impuesto a la riqueza. Lo que es claro es que si el Estado paga sueldos en Techint, Clarin y otras corporaciones es un subsidio a millonarios. Un Plan Ganar, Fugar y Subsidiar.
Los fondos en cuestión son del “Programa de asistencia de emergencia al trabajo y la producción”, el Programa ATP, cuyo objetivo es “dar alivio económico inmediato a aquellas empresas y trabajadores afectados directamente por la caída de la actividad económica luego de las medidas de contingencia implementadas durante la Emergencia Sanitaria”. Uno de los problemas de ese programa es el diseño para otorgar los fondos, que requiere que las empresas hayan tenido una reducción “sustancial” en sus ingresos después del 12 de marzo. Mientras Techint, Clarín o Viacom lograron demostrar eso muchas Pymes no. Y el resultado es una nueva transferencia de recursos públicos hacia sectores concentrados de la economía.