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“La Marcha Federal Universitaria será inédita», dijo el nuevo presidente del CIN

Victor Moriñigo, flamante titular del Consejo Interuniversitario Nacional, organismo no estatal que reúne a las autoridades universitarias de todo el país, describió la situación federal de la educación pública

La Marcha Federal Universitaria del 23 de abril en defensa del sistema universitario público argentino y contra el desfinanciamiento que realiza el Gobierno Nacional, convocada por el Frente Sindical de Universidades Nacionales, la Federación Universitaria Argentina (FUA) y el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), que reúne a rectores y rectoras de universidades nacionales, “será inédita por esta unidad impensada 15 años atrás”, dijo a Somos Télam el reciente presidente electo del CIN, Victor Moriñigo.

Moriñigo estará entre quienes encabezarán la marcha en Ciudad de Buenos Aires a partir de las 15:30 desde Congreso hacia Plaza de Mayo, que además ya cuenta con la convocatoria de las tres centrales obreras -CGT, CTA Autónoma, CTA de Ixs trabajadorxs-, organismos de derechos humanos, legisladores y legisladoras, movimientos sociales, científicos/as, y estudiantes secundarios, entre otros.

“La universidad pública no es un tema partidario. No es de radicales, peronistas o de izquierda, la universidad pública es de toda la gente”, agregó a Somos Télam, en una entrevista el también rector de la Universidad Nacional de San Luis, luego de haber arribado a Colombia para participar en representación del CIN del acto de la Unión de Universidades de América Latina y el Caribe (Udualc), que a fines de esta semana elegirá a la Universidad de Avellaneda y a su rector, Jorge Calzoni, como presidente.

La Udualc es la red de Instituciones de Educación Superior más grande, antigua y consolidada de la región, avalada por la Unesco como organismo de asesoría y consulta.

“Mientras eligen a universidades argentinas en toda Latinoamérica y el Caribe, en Argentina no financian la educación. Es muy raro. Todo el mundo nos pregunta por esto”, agregó el rector.

—¿Cuáles son sus principales preocupaciones como nuevo presidente del CIN desde el 9 de abril, en el marco de que ese mismo día las rectoras y rectores de las universidades públicas argentinas convocaron a la marcha para defender la educación pública, la ciencia y el sistema universitario nacional?

—La situación presupuestaria es una urgencia. Aunque a mi me gustaría estar hablando de otros temas de los que está hablando el mundo sobre cómo utilizar la inteligencia artificial en las clases, cómo hacer carreras que vayan de la mano con el mundo laboral, tratar de hacer carreras más cortas, toda una agenda que teníamos y estaba buena porque estaba en consonancia con el mundo; hoy, el tema es si tenemos plata para pagar la luz o no. Así que, lo primero y lo urgente es dar previsibilidad a los rectores, a las instituciones universitarias, a las y los estudiantes y docentes de que la universidad va a estar abierta todo el año. Las universidades no estamos pidiendo un presupuesto que no existe para el cual el gobierno nacional tiene que endeudarse o pedirle dinero al FMI. Se soluciona con poca plata y sentados en una mesa. Si el gobierno nos hace una propuesta y nos pide un esfuerzo, nosotros estamos dispuestos al diálogo siempre, pero la idea es que se entienda que no será bajo los prejuicios, ni bajo esta cortina de humo donde somos los ‘Lali -Espósito’ de la semana.

—¿Qué respuesta tienen del gobierno?

—Desde el gobierno conversan, pero siempre la culpa la tuvo otro, el diálogo pasa sobre que ‘el año pasado con el kirchnerismo no fue Disney, entonces este año tampoco tiene que serlo’. Pero nosotros no estamos en esa discusión, tratamos de llevar la situación de hoy. El dinero está, solo hay que tener voluntad y capacidad de gestión del Estado. Pero mucha de esta gente no ha trabajado nunca en el Estado, entonces les es muy difícil. No hay una solución de fondo, lo comprenden pero aparece la ideología o la idiosincrasia que tienen en el Gobierno Nacional sobre las cuestiones que maneja el Estado, que para ellos es ‘improductivo, ineficiente, corrupto’. Aparecen cosas que tienen que ver con un gran prejuicio sobre el todo lo del Estado y nosotros quedamos en medio de ese preconcepto y empezamos con esta batalla cultural de que todas las notas que nosotros damos como rectores es responder que ‘es cierto que no tenemos para pagar la luz, porque la tarifa de luz aumentó un 300%, el gas el 500%, los insumos de laboratorios son inalcanzables, ya no podremos arreglar equipos, comprar equipos nuevos para investigación, los chicos ya no pueden tener sus salidas de campo a prácticas profesionales’.

—¿Hasta cuándo resistirán las universidades en esta situación?

—A nivel comunicativo es muy fuerte decir hasta qué día puede estar abierta la universidad. Creo que la universidad pública argentina va a estar abierta siempre, porque es la universidad que resistió abierta durante los Golpes cívicos militares que secuestraron docentes. No la va a frenar no tener presupuesto un año, pero nos va a herir un poco de muerte porque lo que nosotros estamos haciendo es que, si no hay para pagar la luz, vamos a dar las clases de día, lo que no se puede pretender es que tengamos la misma calidad que venimos teniendo porque no vamos salir en los rankings, como lo hacemos hoy, no vamos a ser los más prestigiosos, como lo somos hoy, y porque no vamos a liderar la investigación de nada en el mundo. Lo que hay es una merma en la calidad y cuando eso sucede hay una merma en el prestigio, algo que se ha ganado muy bien. Somos un país que invierte entre 0,7 y 0,9 del PBI en Educación Superior mientras que otros países invierten el 2. Ya invertimos poco y, con lo poco, hacemos todo esto. No se puede invertir menos.

—En este momento ¿cuántos/as estudiantes y graduados/as hay en las universidades nacionales?

—Hay unos 2.200.000 estudiantes en las 57 universidades nacionales públicas y las 14 universidades provinciales -que cuentan con presupuestos otorgados por las provincias-, y están adheridas al CIN. Siempre los graduados universitarios en la historia de la universidad argentina han estado entre el 25 y 30%. Siempre se dijo que era poco, pero es fruto de una división entre la cantidad de graduados dividido entre la cantidad de estudiantes que hay en el sistema universitario argentino, que es enorme, porque tenemos un ingreso irrestricto, una universidad pública y no arancelada, y puede venir a la universidad todo el mundo. Acá cada estudiante estudia lo que quiere, bajo el tiempo que quiere, sobrevive dentro de la universidad como puede y se lo aguanta y se lo o la readmite todas las veces que sea necesario.

—¿Cómo caracteriza a la Marcha Federal Universitaria del 23 de abril? ¿Cuáles serán las principales consignas?

—La marcha será inédita por la conjunción gremial del Frente Sindical de las Universidades Nacionales (integrado por de CONADU, CONADU Histórica, FEDUN, FAGDUT, UDA, CTERA y FATUN), sumado a la FUA -que representa a más de 2 millones de estudiantes de todo el país-y al CIN, tres condimentos que hacen que sea una marcha inédita, por esta unidad impensada 10 o 15 años atrás. Las principales consignas son el pedido de aumento de presupuesto de gastos de funcionamiento de las universidades, el aumento salarial para los docentes y no docentes, y el presupuesto para sostener a los y las estudiantes, a quienes les subió el alquiler cinco veces más, que pagan un transporte cien veces más… Si nosotros logramos que esa marcha, además de tener vida universitaria, tenga vida comunitaria, habremos logrado tocar la fibra del ADN argentino que habla de que la universidad pública no es un tema partidario, no es de radicales, peronistas o de izquierda, la universidad pública es de toda la gente.

—¿Cuáles son sus expectativas con la marcha?

—Si en nuestro país vecino, Chile, este tema -de las universidades- logró poner un presidente de la Nación, también se da cuenta que es un tema que no le queda lejos a la gente. La universidad ha penetrado en lugares insospechados y ojalá esto toque la fibra del ADN argentino.

—En su asunción como presidente del CIN dijo: “Cuando se nace pobre estudiar es un acto de rebeldía enorme. No hay verdadera libertad sin educación”. ¿Por qué considera es importante salir a la calle el martes?

—Uno trata de canalizar distintas historias. Imaginemos a un chico que quiere estudiar en la universidad, su mamá no tiene secundario terminado, su papá es empleado público, y la única forma de ser profesional es ir a ese lugar donde no le cobran, porque si no, no podría. Esa es mi historia. Si se tiene la universidad, se tiene la oportunidad. Uno en primera persona lo ve, lo siente… Todos los años, veo entrar a la Universidad de San Luis a 15 mil chicos buscando esa oportunidad. No hay dudas de que la universidad argentina está del lado de las soluciones a los problemas del país y no es un problema más.

 

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