“Tengo una combinación de las dos culturas: la disciplina oriental y la creatividad occidental, esa fusión me ayudó a alcanzar mis objetivos y a ser quien soy”, asegura con orgullo Yi Ting Tsai, o directamente Meli para los amigos, quien será distinguida hoy por haber sido la estudiante universitaria con mejor promedio de la provincia de Santa Fe entre los egresados de 2011.
Meli, de 25 años, es licenciada en Biotecnología y alcanzó la calificación más alta con 9,82, lo que le valió obtener una beca para el Conicet. Actualmente trabaja en el Instituto Molecular Rosario, el polo tecnológico inaugurado el año pasado por la presidenta Cristina Fernández. “Nuestro grupo está estudiando sobre tuberculosis y tratando de encontrar nuevos blancos para combatir esta enfermedad”, explicó la becaria nacida en la isla china de Taiwán.
El padre de Meli, ingeniero electrónico, trajo a su familia a la Argentina “en busca de otro estilo de vida; yo tenía 8 años cuando llegamos a Buenos Aires y dos años después nos vinimos a Rosario”, narró la joven, quien completó sus estudios en la escuela Mariano Moreno. Amante del periodismo y la medicina, finalmente se decidió por la biotecnología, carrera que cursó en la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas de la UNR.
“El hecho de haberme trasladado y tener cambios constantes fue bueno para mí, me entrenó y preparó a nuevos desafíos, lo cual me pareció interesante; está bueno cambiar de ambiente y ahora ya me siento más arraigada”, explicó Tsai, desbordante de simpatía y locuacidad.
Meli asegura que no se propuso ser el mejor promedio, pero entiende que sin esfuerzo no se logra nada a la hora de estudiar, y explica su método: “Se requiere mucho esfuerzo y dedicación, hay mucho tiempo de cursado y de estudio. Lo más importante es entender lo que uno estudia, noto que muchos estudiantes lo hacen de memoria y tratan de captar la mayor cantidad de información, pero es importante analizar primero esa información y después, una vez que uno entendió el tema, hacer como un link de todos los conceptos, memorizar cosas muy puntuales. Si uno estudia de memoria está encasillado en una línea de pensamiento y si lo sacan de ahí se pierde; pero si uno estudia analizando puede ser flexible, puede enfrentarse a distintas situaciones sin problemas. No hay que tener miedo a preguntar y a plantearse dudas, porque a veces uno se queda con la información que el docente te da y no sigue el tema. A mí me gusta ir a fondo y preguntar, que haya un ida y vuelta. Al docente también se le puede generar una duda a partir de una pregunta. En el área de las ciencias el feed-back es muy bueno, el plantearse interrogantes también porque, justamente, la ciencia avanzó en base a eso, rompiendo paradigmas…”.
Sobre el trabajo que está realizando en el Instituto Biomolécular, donde está completando su doctorado en Ciencias Biológicas, Tsai detalló: “Nuestro grupo está estudiando sobre tuberculosis y tratando de encontrar nuevos blancos para combatir esta enfermedad reemergente y a su vez encontrar nuevos compuestos que puedan erradicarla. La tuberculosis generalmente se da en los países en desarrollo, pero en realidad todo el mundo es vulnerable, porque es una enfermedad de transmisión aérea; mucha gente está infectada pero no se manifiesta. Es muy interesante porque se manifiesta cuando uno tiene el sistema inmunodeprimido, por eso se manifiesta, muchas veces, en los pacientes con sida. Es una enfermedad que se está haciendo resistente a las drogas que hay en el mercado, por eso estamos trabajando para encontrar nuevos lazos para combatirla”.
Nacida en la ciudad de Kaoshiung, al sur de la isla de Taiwán, Meli –dice que su verdadero nombre es imposible de pronunciar– afirma que se siente contenida por los dos países, donde nació y el adoptivo: “La educación es la base del desarrollo de un país, hay que enfocarse en ello, sobre todo en la primaria y secundaria, que será lo que definirá lo que uno hará en el futuro”. Y sobre su trabajo en el futuro admitió que no sabe si se insertará en el ámbito privado o académico. “No lo pensé aún, quiero seguir haciendo investigación porque me gusta mucho el trabajo de laboratorio, lo que estamos haciendo en el área salud me parece muy desafiante, que tenga una aplicación a futuro para mejorar la calidad de vida de la población. Me gustaría más adelante tener una experiencia afuera, Estados Unidos o Europa y luego volver a la Argentina para devolver todo lo que el país me dio”, expresó.
El promedio universitario más alto de la provincia, que la llevó a conseguir una beca del Conicet, puso la lupa en el enfoque molecular y lo explicó así: “En la medicina uno estudia la parte anatómica y fisiológica de la enfermedad, pero el enfoque molecular es ir a las partes más diminutas, a las partículas; eso me abrió la cabeza, porque uno se mete en la base de la enfermedad, se puede estudiar más a fondo y erradicar la enfermedad de raíz. El enfoque molecular es la nueva tendencia en el área ciencia, como que todo está relacionado con biología celular y molecular. Un amigo, por ejemplo, en el laboratorio está trabajando con una semilla que resiste al estrés hídrico, realmente es un orgullo trabajar en el Instituto porque se aprende cada día algo nuevo”.