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La Metro-Goldwyn-Mayer a un paso de la quiebra

Los históricos estudios cinematográficos se enuentran en venta, pero hasta ahora nadie se arrimó a los 4 mil millones de dólares que los dueños de la firma pretenden recaudar.

La firma cinematográfica del león, es decir, la Metro-Goldwyn-Mayer está por estos días a un paso de la quiebra. Ya está en venta, pero hasta ahora no hubo nadie que se arrimará a los 4 mil millones de dólares que los dueños requieren para saldar sus exorbitantes deudas. Por ello, si en breve no aparece un salvador, la MGM y sus estudios desaparecerán del mundo del cine.

Dicen los propietarios de la casa (con Sony, COmcast y Providence a la cabeza) recibieron unas cuantas ofertas después del plazo límite fijado para una subasta de sus bienes el pasado viernes.

Pero si bien no hay datos concretos sobre las cantidades planteadas, fuentes cercanas a las negociaciones aseguran que no hay ninguna oferta que llegue a los 2.000 millones de dólares, una cifra que los propietaros de la MGM se habían fijado como mínimo irrenunciable para hacer frente de forma inmediata a sus deudas bancarias.

Según el diario El Mundo, se sabe que de las seis empresas que coquetearon hace unas semanas en hacerse con el monstruo que produjo «Lo que el viento se llevó», «El mago de Oz» o «Cantando bajo la lluvia», sólo tres entraron formalmente en la puja, aunque ninguna puso más de 1.500 millones de dólares sobre la mesa, algo que no sería suficiente para que el estudio pudiera seguir operando tal y como está.

Así las cosas, Time Warner, Lions Gate Entertainment y Access Industries, un conglomerado operado por el millonario Len Blavatnik, deberán esperar a la decisión de los estudios, que de momento confían en ganar tiempo para prorrogar su primera cita seria con el pago de su deuda bancaria, fijada para el próximo 31 de marzo.

Si para entonces las ofertas no mejorasen, MGM podría declararse en bancarrota y dejar la empresa en manos de sus acreedores, lo que abriría la puerta a la venta por piezas de las joyas de la corona: por ejemplo, la franquicia del agente británico James Bond, 22 títulos cuyos derechos tienen un valor de 1.000 millones de dólares, según los cálculos de los expertos.

Lo que sí está confirmado es que la Metro mantiene en marcha el rodaje de la película «The Hobbit» basado en la obra de J.R.R. Tolkien en Nueva Zelanda.

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