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La nueva Rocinha

Inauguraron comisaría en la favela más grande de Río de Janeiro. En el ex reducto narco, tomado hace un año, aún reina la violencia y la muerte.


Casi un año después de la ocupación militar y policial que arrebató a los narcos el control de la Rocinha, la mayor favela de Brasil situada en una zona acomodada de Río de Janeiro, las autoridades inauguraron ayer la primera unidad policial permanente.

La Rocinha, con unos 70.000 habitantes y donde la Policía no pudo poner un pie durante más de tres décadas, cuenta ahora con su primera Unidad de Policía Pacificadora (UPP), con agentes entrenados especialmente.

“La policía está aquí, y va a permanecer aquí para siempre”, prometió el gobernador de Río, Sergio Cabral, en una ceremonia celebrada bajo una persistente garúa en la entrada de la favela, al pie de un enorme arco diseñado por el célebre arquitecto brasileño Oscar Niemeyer.

Pero reconquistar este territorio escarpado y de callejuelas laberínticas abandonado por el Estado a manos del narcotráfico es un enorme desafío, y los frutos recién se verán en varios años, advirtieron autoridades.

La favela registró 12 muertes violentas en lo que va del año, la última de un policía de 25 años que patrullaba a pie la comunidad la semana pasada. Sólo el 20 por ciento de este enorme barrio puede transitarse en coche, por lo que debe ser patrullado en moto y principalmente a pie, con un apoyo por radio, dijo a periodistas el mayor Edson Santos, nuevo comandante de la UPP de la Rocinha. También se instalarán 100 cámaras para vigilar la comunidad, añadió.

Desde la ocupación hace 10 meses “la situación ha mejorado mucho, se puede caminar por la calle con tranquilidad, algo que antes no se podía hacer. Pero aún hay mucho camino por recorrer”, dijo a la AFP Edwirges Mattoso Kneip, una jubilada de 63 años nacida en la Rocinha.

“Ahora hay bandidos que están robando las casas, no puedo dejar mi casa sola. Antes la ley del narco decía que dentro de la favela no se podía robar”, y castigaba cruelmente a los ladrones, añadió esta ex empleada de una panadería, vestida con una camiseta con la bandera olímpica y el logo Río-2016, regalo del gobierno estatal.

La UPP de la Rocinha será la 28ª instalada en una favela de Río de Janeiro desde 2008, cuando comenzó la estrategia de ocupación de estas comunidades para mejorar la seguridad antes del Mundial de Fútbol 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016 en Río.

Hace 10 meses, cuando la favela fue ocupada, muchos moradores declaraban tener más miedo de la policía, que posee un largo historial de corrupción y abusos, que de los propios narcotraficantes.

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